El menor se encontraba dormido en la cama, disfrutando de sus dulces sueños mientras que el de hebras azules disfrutaba de dar húmedos y delicados besos en el puchero que formaba el castañito al dormir.
Kihyun y Hyunwoo, una parejita muy unida, el primer mencionado, es el típico personaje que se avergüenza y sonroja ante el contacto físico, tampoco está acostumbrado a darlo, después de todo, no le presta tanta atención a los que se encuentran a su alrededor.
En cambio, Hyunwoo, es el que siempre da la iniciativa a los besos y abrazos, es capaz de hacerlo en cualquier lugar público sin vergüenza alguna, aunque siempre prefiere demostrar ese amor en privado dónde solo estén ellos dos, se siente más libre.
Él mayor aprovecho de como su menor estaba en un profundo sueño y empezó a pellizcar sus mejillas, estaban calientes e infladas, parecían dos panes recién hechos, más lindos eran cuando estaban rojizos, Kihyun fruncía el ceño y se relamía los labios ante el toque, buscando más calidez por parte de ese contacto físico. Por un momento, el menor empezó a murmurar cosas un poco inaudibles, se podía escuchar un "nunu" leve, mientras se removía.
Hyunwoo río ante esto, se acercó a su oreja y dijo: "Hámster con mejillas de pan, ¿con que sueñas? ¿estás soñando conmigo, mh?" susurró.
Empezó a abrir sus ojitos de ciervo lentamente, su ceño permaneciendo fruncido y sus labios aún con un puchero, sorprendido al encontrarse con la cara de su novio tan solo a unos centímetros suyos, abrió los ojos como platos y corrió su rostro para un costado.
- Buenos días, cariño. ¿por qué soñabas con tu hyung, mh? - sujetó el cuello del contrario para que lo mirara y le obsequio un tímido pero cálido beso, volviendo a hacerlo, esta vez más intenso.
- ¡No t-te interesa! - exclamó sacando la mano que yacía en su cuello.
Hyunwoo se acomodó detrás de Kihyun, sujetando su cintura y besando levemente su nuca, mientras que Kihyun se hizo un tomate, y se iba sintiendo pequeño, con una de sus manos desocupadas - de forma específica, su zurda -, empezó a acariciar y apretujar su mejilla izquierda.
- D-deja mi mejilla... - murmuró él, tratando de quitar la mano del contrario.
- ¿por qué? - pregunto intrigado, giro al menor hacia su dirección, sin embargo este evitaba su mirada a toda costa.
- Siempre me la dejas roja - respondió con sinceridad.
- Ya no lo haré, bebé. Solo no me quites el privilegio de apretujarte tus mejillitas
Y por octava vez en el día, Hyunwoo empezó a amasar las mejillas de Kihyun.
A todos le gustan las mejillas de Kihyun, sin embargo, Hyunwoo será el privilegiado de hacerlo las veces que desee, porque para Kihyun, es especial.
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