Entre paredes y gomitas |L.S|

Capitulo Dos

Con el entrecejo fruncido y su boca formando un puchero triste, Harry styles se encuentra ordenando sus cosas de higiene personal en una pequeña maleta de mano, mientras el ruido de la música metal retumba en el cuarto de su mejor amigo.

Se encuentra triste, enojado y estresado. No logra comprender como su madre es capaz de odiar a su propio hijo a tal punto de enviarlo a vivir con el enemigo, seguramente su progenitora aún le sigue guardando rencor por aquella vez que la subió a un columpio y este se rompió. Rencorosa

—Quita esa cara, por favor —escucha un quejido proveniente de la puerta, es zayn

—¿Y cuál cara quieres que tenga? ¿eres consciente de con quien viviré? —cuestiona con una ceja alzada, poniendo sus manos en su cintura en forma de jarra

—Tampoco es el fin del mundo, rulitos.

Harry bufa y sigue ordenando sus cosas

—Claro que lo es, estamos hablando de Louis.

El morocho se recuesta en el respaldo de la puerta, está vestido únicamente con un pantalón suelto de pijama y su pecho está descubierto, dejando a la vista sus muchos tatuajes.

—Tal vez ya cambió. —añade Zayn

Harry ríe fuertemente, una carcajada que casi lo pone a llorar. Piensa en que el día que Louis decida dejar de joderle la vida, será el día en que unos alienígenas se lo lleven y le coman el cerebro.

—No me hagas reír —dice cuando su carcajada ya se ha calmado —es más fácil que los cerdos vuelen a que ese engendro del mal cambié.

Zayn ríe y se acerca para comenzar ayudarle a su amigo a empacar sus cosas. Se siente nostálgico y es que a pesar que Harry solo se irá unos días, no sabe como vivir sin él, es su mejor amigo y el único que sabe  mantener a flote el apartamento.

—Me vas hacer falta —dice el morocho con los ojitos tristes

Harry lo ve y su corazón se hace chiquito. Zayn podrá tener fama y apariencia de chico malo, pero es la persona más bonita y sensible que conoce.

El rizado rápidamente lo abraza.

—Awww zayn no me digas eso —dice  sintiendo sus ojos lloros —También te extrañare, y mucho. Hasta el olor a cigarrillo del que tanto me quejo.

Zayn sonríe

—¿Como sobrevive sin mi chef personal? —dice el morocho

—Tendrás que aprender a cocinar.

—¿Quien me recordará que debo alimentar a mi pez?

—Te enviaré mensajes y si es necesario te haré un horario

—¿Quien verá K-dramas conmigo?

Harry lloriquea
—Tendremos que verlos por face time

Y así siguen hablando y ordenando las pertenencias del rizado hasta que el taxista que va a recogerlo le avisa que ya está abajo esperándolo, no sin antes recordarle que sin mascarilla no lo dejará ingresar al automóvil.

—Zayn por favor, no metas personas al apartamento.

—No lo haré.

No le cree, porque sabe que cuando su amigo toma ese sentimiento de soledad se hace presente y siempre termina llamándole a sus parejas sexuales para que le hagan compañía.

Harry lo toma de las mejillas y hace que lo mire fijamente.

—Por favor, prométeme que no lo harás. —dice con seriedad —No sabemos la altitud de peligro de este virus y no quiero que te infectes, es por tu seguridad. Por favor.