Prólogo

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James y Lily Potter se encontraban en Godric's Hollow escondidos, el pequeño Harry se encontraba ya dormido en su cuna, un hermoso bebé de cabello azabache como su padre, pero ojos azules como los de su madre, dormía tranquilamente sin saber que esa noche sería la última en la que vería a sus padres con vida.
En Grimmauld Place, los Black reposaban en su hogar, la pequeña Adhara dormía en los brazos de su padre, una pequeña bebé de un año y medio, la misma edad que el pequeño Harry, una hermosa niña de cabello negro y rizado como su padre, y sus ojos, sus peculiares ojos, uno verde y uno café con azul, hacían que la pequeña destacará sobre todos.
Rebecca terminaba de tejer un par de zapatitos para su hija cuando un mal presentimiento llegó a ella.
-Sirius- el joven Black la miró, ambos tenían el mismo pensamiento.
-Debo ir, Becca- la joven lloro y negó con la cabeza.
-Sirius, no, piensa en Adhara- le dijo la joven Rebecca mirando a su amado prometido cargando al fruto de su amor.
-Es por ella por quien lo hago, Beck- le dijo el y se levantó de su sillón y puso a la pequeña en brazos de su madre, la miró detalladamente y luego beso su frente antes de acercarse a su pequeño oído- recuerda, mi pequeña Adhara, te amo más que a nada y nadie en este mundo.
Sirius Black beso a su prometida una última vez y partió hacia casa de sus mejores amigos, la cual se encontraba completamente destruida.
Esa misma noche, Hagrid tomó prestada la motocicleta de Sirius y fue a dejar al pequeño Harry con sus tíos, los Dursley, Sirius, en un intento de enfrentar al causante de la muerte de sus mejores amigos, quedó injustamente inculpado y enviado a Azkaban sin un juicio, juzgado como un Mortífago y sentenciado a pasar su vida entera en Azkaban.
Remus Lupin fue a visitar a Rebecca y a la pequeña Adhara, pero sólo se encontró con una nota que decía que se habían ido a casa de la madre de Rebecca, las cosas de Rebecca y de Adhara no estaban, solo quedaba un peluche en forma de perro negro, el juguete favorito de Adhara.

***

Adhara rápidamente demostró ser una niña muy lista y mágica, su magia salió a relucir cuando cumplió los 3 años, hizo flotar un bote de galletas hasta sus manos, su abuela no podía estar más feliz cuando presenció eso con sus propios ojos.
Rebecca reconecto con sus viejos amigos y contactos cuando Adhara tenía 6 años, Andromeda y su familia hicieron de Adhara una más de la familia de inmediato, Remus no podía creer lo parecía que era a su amigo y no podía creer el amor que le tenía a esa pequeña, mientras que conocieron a la familia de magos más grande que habían visto, los Weasley.
Ron y Adhara se hicieron mejores amigos en cuanto se conocieron, y, aunque fueran como el agua y el aceite, se complementaban el uno al otro.
Adhara creció rodeada de amor y cariño por todos aquellos que la conocían, pero en su corazón y en su mente siempre vivía el recuerdo de su padre, al que llevaba con ella a todas partes en un collar con su foto.
En su cumpleaños #11, los Weasley ofrecieron La Madriguera para festejar a la pequeña, Rebecca y GramGram, la abuela de Adhara, decoraron todo el lugar con las cosas favoritas de Adhara, mientras que la señora Weasley preparo todos los bocadillos favoritos de la que era como su hija, los Tonks no se quedaron cortos en los regalos y muestras de cariño para la pequeña, y Remus Lupin no paro de consentir a esa pequeña siempre que la veía.
-¡Hora de los regalos! - grito el señor Weasley llamando a todos, era Diciembre, lo cual hacía feliz a Adhara, ya que los Weasley más grandes también estaban en casa y no en Hogwarts o en sus respectivos trabajos.
-El mio primero- dijo Bill, el hombre perfecto ante los ojos de Adhara.
Bill le entregó una caja de tamaño mediano de color blanco con un enorme moño rojo, Adhara lo abrió sonriendo y era una libreta de cuero negra con el símbolo de los Black enmedio, Adhara acarició el símbolo sonriendo y luego abrió la carta.

Adhara,
Espero te guste mi regalo, es una pequeña muestra de mi cariño hacia ti pequeña.
Escribe todas tus aventuras, todas ellas con lujo de detalle, y no olvides que yo querré escucharlas todas.
Te quiere,
Bill Weasley.

-Gracias Bill, me encantó- dijo Adhara y abrazo a Bill, el sonrió y regreso a una charla en voz baja con su padre.
Adhara pasó su cumpleaños 11 junto a todas las personas que quería y no podía esperar por comenzar a escribir sus aventuras en Hogwarts.
Y aquí es donde comienza nuestra historia.

El Diario de una BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora