Algo malo sucedió en el Dangai, puesto que nuestro protagonista de cabello anaranjado al momento de cruzar al otro lado, terminó en otro lugar, un Japón igual al suyo, más o menos, solo que con héroes de aquí allá.
Todos los sucesos de Bleach ocurrieron como en la historia original, hasta cierto punto, Ichigo Kurosaki, Shinigami sustituto que recuperó su poder recientemente se había despedido de su mejor amiga, una Shinigami llamada Rukia Kuchiki justo antes de entrar por el Senkaimon y regresar a casa.
Habían pasado muchas cosas antes de eso, la aparición de un nuevo villano que planeaba atacar la sociedad de almas con el poder que le había robado a Ichigo, pero por bendición del destino (o guión) Rukia había aparecido devolviendole así sus poderes de Shinigami.
Así logrando combatirlo y derrotarlo con facilidad, terminando con la muerte de Ginjo Kugo, antiguo Shinigami sustituto.
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Tras la platica con el viejo Yamamoto y los demás capitanes de los demás escuadrones, Ichigo se dispuso a irse a su mundo, siendo acompañado por dos de sus amigos más cercanos, Rukia y Renji, no los veía desde hacía tiempo, la nostalgia lo invadió una vez que los observó por sobre su hombro.
Una vez que los Shinigamis que llevaban el cuerpo de Ginjo terminaran su trabajo, el pelinaranja oyó una voz conocida a sus espaldas, no decidió en mirar, solo escuchar.
_Gracias, otra vez..._ La voz de Rukia pronunció en voz baja.
El Kurosaki no volteó hacia ella, solo dejó salir una pequeña sonrisa en sus labios, había recordado la última vez que la pequeña Shinigami ahora teniente dijo algo como eso, fue en otras circunstancias, sin embargo, eso trajo algo de nostalgia a su consciencia.
Eso mismo sucedió con ella, recordando las veces en que pelearon, estuvieron y vivieron juntos a lo largo de esos años.
_Hasta pronto, Rukia_ Ichigo pronunció, aun dándole las espaldas a la Shinigami.
La Shinigami miró la espalda del sustituto con atención, notando como este se dirigía hacia ella una última vez antes de partir, ella sonrió un poco, pero con sinceridad.
_Jeje, ¿Cuantas veces hemos pasado por esta situación? Escuchando la misma oración_ Dijo Rukia, manteniendo su sonrisa.
_No es como si no volviéramos a vernos nunca más, así que, ¿Que importa que ocurra en esta ocasión?_ Ichigo comenzó a decir, con una sonrisa en su rostro.
Rukia igualmente sonrió, con algo de gracia y alegría.
_Tienes razón_ Dijo finalmente.
En eso, Ichigo viéndola por última vez se despidió con su mano y se dirigió al Dangai a paso tranquilo, para finalmente, tras entrar por completo, las puertas del Senkaimon se cerraron en su totalidad, siendo visto por los demás Shinigamis que lograron percibir aquello desde sus respectivas ubicaciones.
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El pelinaranja estaba actualmente cruzando a través del espacio que dividía el mundo humano del de los Shinigamis, aunque, tenía una duda sobre su cabeza ahora mismo.
_(Mm, es extraño, ¿Como es posible que los hombres que llevaban el cuerpo de Ginjo estén más adelantados que yo? Juraría que no tardé máximo un minuto en entrar)_ Pensó Ichigo con cierta duda.
Tras ello, sintió un leve temblor y gran presión en el pequeño mundo en el que estaba, pues, las paredes del Dangai estaban a punto de hacer su limpieza al detectar intrusos.
_Será mejor que me de prisa_ Susurró con algo de seriedad, usando Shunpo para agilizar sus movimientos.
Al ser más rápido, Ichigo pudo ver una gran luz adelante, sonrió triunfal al pensar que finalmente regresaría a Karakura con los demás.
Dio un gran salto hacia la luz, y tras unos segundos salió ileso de aquel espacio oscuro y mucoso.
Rápidamente aterrizó en la punta de un poste de luz.
_Finalmente, estoy en casa_ Sonrió tranquilo, mirando al cielo.
Sin embargo, esa tranquilidad no perduró, puesto que había algo mal.
_(Espera un momento, ¿Por que no puedo percibir ningún Reiatsu en la zona? Ni siquiera el de mi familia)_ Pensó sorprendido e incrédulo
De forma rápida desapareció para luego aparecer en la cima de un edificio, llevándose una sorpresa grande, pues, las edificaciones, letreros y demás construcciones se le eran algo desconocidas, si bien, manejaban el Japonés que podía entender, no reconocía la estructura de la ciudad.
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_¿No estoy en Karakura? ¿Será acaso...que el Dangai me envió a otra ciudad?_ Ichigo se cuestionó, intentado encontrar una respuesta lógica a su situación.
Tras ello, notó algo más, algo que ahora sí, lo dejó perplejo e incrédulo, pues pudo ver a una persona estirar sus extremidades para cruzar a la otra parte de la calle evitando los autos, y unas personas disfrazadas desplazándose por el lugar saludando a los civiles, y pareciera que los alabaran.
_¿Que es este lugar? Pareciera que...estoy en otro mundo..._
