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- Bueno amigos, por lo visto spreen su casita es un intolerante al alcohol, y si le sigo dando mas va a explotar, así que hasta aquí el directo de hoy. – dice Rodrigo viendo el estado en el que se encontraba su amigo.
- Cheee, wacho. Yo estoy re bien jejeaj. – Respondió Iván, hipeando un poco, con los ojos entrecerrados y las mejillas rosas. El cual estaba tratando de alcanzar la botella de vodka, Rodrigo la alejo.
- ¿si ven chat? Si mi amigo amanece mal mañana, los culpare a ustedes.
Rodrigo despidió el stream, ya que era el que estaba más cuerdo. No sabía en que momento Iván se había puesto tan mal, si fue el que menos tomo.
Apago el stream y se quedó viendo a su amigo.
- que me mirás chavon, ¿se te perdió uno igualito o qué?
- Ivi, estas muy mal. Déjame llevarte a tu habitación. – Rodrigo se levantó de la silla y se acerco a su amigo para ayudarlo, este hizo un vago intento en levantarse, apoyándose en el cuerpo de su amigo. - ¿será bueno que lo lleve a dormir así? Ivi... ¿puedes ponerte la pijama tu solo?
Iván asintió, y Rodrigo empezó a caminar hasta la habitación del menor, abriendo la puerta, y entrando con Iván a la fuerza, escuchando algunos balbuceos por parte del azabache.
Iván ni siquiera se tomó el tiempo en buscar la pijama, y se tiro a la cama, rendido.
Rodrigo se acerco a Iván, y se sentó en la orilla de la cama y se le quedo viendo.
A el siempre se le hizo atractivo su amigo, ese rostro perfilado, con una tez tan blanca como la leche, o sus ojos con unas largas pestaña. Simplemente era perfecto. Rodrigo ya tenia definida su sexualidad. El sabia que sentía una fuerte atracción hacia los hombres, pero no podía hacer eso publico aun. Temía hacerlo publico. Asi que simplemente lo mantiene en secreto.
Asi como le había ocultado al pelinegro su ya viejo interés hacia el. Y es que a pesar de que Rodrigo actué normal frente a Iván, este en realidad de esta muriendo de ganas de confesarle sus sentimientos. Pero simplemente no lo hace porque sabe que su amigo es abiertamente hetero, y que en todos los acercamientos que el ha tenido hacia Iván, este los rechaza.
El castaño se quedó unos minutos contemplando el rostro dormido del menor, supuso que estaba dormido, y se levantó de la cama para el irse a su casa, pero una mano lo detuvo.
- No te vayas... quédate a dormir conmigo... - murmuro Iván, pero Rodrigo logro escucharlo.
- Siento que al Iván sobrio no le gustaría ver a su amigo mañana durmiendo junto a el. – Río Rodrigo, Iván solamente resoplo.
- Cállate, eres un tarado... M-me emborrachaste, y ahora no puedo ver...
- ¿no puedes ver la serie esa? ¡Vamos, Iván! Es solo una serie
