En la cafetería más antigua pero la más bella y lejana florecía un hermoso jacarandá luego de un largo invierno. Esta primavera, cuando las plantas más delicadas comenzaban a formarse, el jacarandá siempre tomaba la delantera. Decoraba el barrio tan tranquilo y silencioso de la ciudad con sus flores, lilas azules que resplandecían y le daban más color al general verde del lugar que le rodeaba. Las jacarandá caían bailando a la par del viento, cayendo delicada y cuidadosamente sobre el pavimento y el agua que se hallaba debajo de toda plataforma, flotaban y continuaban moviéndose de forma sútil, como el acogedor canto de cuna de una madre. Esa zona era unos de mis lugares de escape cuando tenía que reflexionar sobre quién era yo, mi ocupación y utilidad en este mundo tan perverso y monocromático, y mis dudas de existencia, junto a otros miles de pensamientos que se me ocurrían a lo largo del tiempo que allí me quedaba.
Cerca de esa cafetería se encontraba una de las tantas casas que tenía mi familia. El lugar y la zona era una de las razones por las que más me quedaba por ahí, podía apreciar sin que nadie me molestara esta vista tan agradable. Sin embargo, me quedaba lejos de mi escuela y me tocaba todas las mañanas levantarme temprano para poder viajar y llegar a tiempo a clase. El viaje siempre valió la pena ya que los cantos angelicales de las aves y el alba alumbrando mi camino me podrían generar un sentimiento de conformidad, a pesar de saber que luego me tocaba hacer mis deberes y cuidar de la casa por mi cuenta.
Luego de mucho tiempo, podía vivir lejos de mis padres, era lo que tanto deseaba, y se me hacía agradablemente amargo porque eso significaba no verlos por mucho tiempo; era un precio por desear tanta libertad. Quizás si manifestaba otras fantasías estaría con ellos, pero volver al pasado es prácticamente imposible si no lo hago a través de los recuerdos; pero los recuerdos también son dolorosos, sean felices o no, nunca existirá algo que en el fondo del alma no te haga sufrir. No era la primera vez que tenía este pensar, pero sabía disimular mi interior tan desordenado, desolado y deprimente con una sonrisa agraciada y un mirar simple, perdido y presente, y un humor y personalidad auténticamente falsa y construida de modo que nadie sospechara, pero dependiendo del lugar, la multitud y la hora yo llegaba a cambiar de acuerdo al momento.
Siempre me diferenciaba con base a la gente que me rodeaba. Si eran personas mayores, mi conducta optaba por ser sumisa, obediente y cálida, si era un adulto podía incluso ser neutral y tener conversaciones de su agrado y de un nivel mucho más "inteligente", con los adolescentes tendía a ser extravagante, chistosa —de acorde al humor de cada uno— y excelente compañera. Muy pocas veces me interesaban, sólo deseaba que no descubrieran esta farsa construida con hilos de seda.
Me considero una excelente actriz, pero todo el tiempo fue muy dificultoso el actuar en el escenario más grande, las ciudades. Complicado era tener unos diez papeles a la vez al mismo tiempo, ¡Pensar en qué decir, cómo decirlo, cómo moverse, cómo verse; todo en breves momentos para decenas, centenas de personas, y no descuidarse! ¡Qué complicado! Pero era normal lograba superarme cada día con triunfo.
Posiblemente, en el fondo de mi ser y alma, solo aumentaba mi temor ante el ser descubierta y juzgada otra vez por las personas, ahora bien los conocía que era experta en ejercer papeles dentro de la sociedad y pasar de bajo. Un ejemplo claro era en el salón: constantemente fui una estudiante ejemplar y adorada, mis notas eran casi perfectas y mi esencia combinada con mi humor lograban milagros para caerles excelentes a la mayoría de personas y, por más que existieran los choques por mi persona tan directa, franca y altamente amante de decir las verdades, siempre las cosas quedaban en buenos términos; a excepciones cuando comenzaban a indagar y a estropear todo mi argumento bien estructurado con palabrerios absurdos y sin esqueleto, esas personas eran capaces de sacarme de quicio. Todo una farsa porque realmente solo fui procrastinando mis deberes estudiantiles y prioricé otras cosas. ¡Realmente una alumna demasiado ejemplar!
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MIS NO POESÍAS ELEGIDAS
FanfictionPerdida y cansada de continuar viviendo debido a su poca felicidad y armonía en sus vidas, y luego de varios intentos de acabar con su vida; Elayne opta por caminar por los largos senderos de lo que llaman "vida" buscando un motivo para volver a sen...