MEMORIAS SEMPITERNAS I

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   Dicen por allí, que cualquier cosa que ocurra es porque así tenía que suceder, o también que lo llamado "destino" no existe y que tus actos son consecuencias de lo que has hecho a lo largo de tu vida. Asimismo, he escuchado que los católicos u otros creyentes dicen que todo está planificado por Dios, "el todo poderoso", "el omnipotente", "el que todo lo ve", que nadie más que no sea él escribe y te otorga o quita dependiendo de lo que llegue a querer de lo que tienes o careces. Aunque para mí, no podría ser nada más que todo es una simulación propia que me he creado y que yo misma soy mi propia enemiga y me creo absolutamente todas mis dificultades.

   Cuando yo visitaba las iglesias —por así decirle ya que siempre me mantuve observando desde la entrada todo el interior y las pocas veces que entraba, me terminaba yendo por aquellas energías extrañas y deprimidas — para encontrar una respuesta inconclusa y silenciosa la cual yo me daba; la gente se me acercaba con intenciones de inculcarme en su religión o si yo realmente tenía interés en ser uno como "ellos".

   Por lo general eran los cura, sacerdotes y los ancianos quienes venían a interrogarme tantas cosas o a darme una charla de horas y horas de sus vidas y el porqué creían en Dios, todo lo que él les ayudó, sus dificultades y con la magia santificada y divina todos los problemas se solucionaban con cinco rezadas de rodillas e implorando con deseo benéfico para uno mismo.

   Antes de finalizar me miraban con curiosidad debido a mi nulo sonido, y era allí antes de que hablasen que yo decidía decir unas vacías e hipócritas pero bien disfrazadas de dulzura, compasión e interés «Dios es muy bondadoso, pero aún así decido no creer en su existencia. No le busco ofender, conozco bien las maravillas que ha hecho este ser supremo a almas creyentes o no, pero no me interesa vivir a base de fé o de un ser que extrañamente es lo más sano y bueno del planeta..» Aún así el hecho de "vivir" nunca me llamó la atención hacía mi persona. ¡Oh! ¿Pero cómo olvidar sus rostros impactados al escuchar el rechazo de una blasfemia doncella luego de sus largos discursos del amor, fé, y ataduras emocionales al ser inexistente al cual extienden sus manos e hilos de la vida?

   Sus expresiones podrían confundirme en cuestión de segundos para luego volver a sentirme como siempre. Inevitable eran las largas palabrerías y argumentos del porqué estaba en un pésimo camino hacía el "abandono de Dios"; pero de todas maneras sistemáticamente venía acompañado el final de la charla con un "Dios siempre te estará esperando", "No temas en pasar, Dios tiene sus brazos abiertos para cuando lo necesites", "Nunca es tarde para tenerle amor a tu prójimo", "Ten fe en Dios"..., y esa es una de mis experiencias.

   Luego, están los que creen en el destino el cual nunca importa nada, estás condenado a un solo final; y por el contrario a estos, los del libre albedrío, que no estás atado al destino. Una constante discusión entre ambas, por una parte los que creen en el destino le dicen a los del libre albedrío que por más "libertad" que tengan, estarán atados al mismo camino, y viceversa; que pese a esto no estás atado por el mero hecho de ser libre. ¡Por favor! Si es que al ser humano le encanta complicar todo, y me incluyo en su totalidad. A todo esto, nunca dejé de ser fanática de dar mi opinión con fundamentos o no así qué, cuando se me presentaba la oportunidad de participar en una de las entretenidas charlas, lo hacía. En varias ocasiones solo he dado mi criterio y luego me hacía silencio para proseguir escuchando.

   Los que creen en el destino solo dicen que estamos atados a un solo final, que todas tus acciones ya están predestinadas; los que creen en el libre albedrío son todo lo contrario, que no existe un «destino» como tal y que solamente están y hay las consecuencias por acciones. Sin embargo, no son la una ni la otra, con cada acción de libre albedrío se crea un nuevo destino, un sinfín de destinos que habrán de ser realidad en otros universos. Así que no existe un solo destino, sólo múltiples y un meta destinos al cual nadie es capaz de acceder.

   Cada vez que presentaba esto ante los demás, ellos me daban opiniones y se creaba un ambiente agradable. Eran de los pocos momentos y situaciones que me podría llegar a entretener, interesar y distraer con facilidad, ¡Y cómo no! Si eso significaba encontrarle sentido a esto llamado "vida", podía pasar horas escuchando. Sin embargo, perdí el interés en el momento en el que ya dejaba de encontrarle razones al saber; y esto aún siendo persona curiosa y admiradora del conocimiento. Pero las constantes vueltas y caer al mismo lugar, no lo hacía más interesante.

   Fue así que abandoné el querer descubrir y me dediqué a solamente caminar sin rumbo por las calles y regresar a cualquier hora a mi casa. Gracias a eso, puedo corroborar que uno es quien se limita, y por ende, soy mi propio enemigo; aún cuando el mundo parezca estar en mi contra, yo me limito todo.

   Aborrezco el tiempo porque cada vez que miro atrás me doy cuenta de que luego me estaré viendo ahora, quien también se observa en su pasado, y así centenares de veces. Desperdicio el apreciado e inexistente—para mi— tiempo, dado que no cuento el valor del día a día por divagar en mis pensamientos abrumadores y recónditos. Esto solo me ha traído críticas por parte de mis familiares, quienes me solían recordar y reiterar un sin fin de veces que debía de atesorar todo lo que el tiempo me brindaba, que en uno de los posibles futuros podría decir "¡Oh, en mi juventud hice...!", "De pequeña usaba mi tiempo para..." y esas cosas; asimismo y lo más importante que me ha marcado por el resto de mis días hasta hoy en día: que constantemente estoy yendo al camino de la muerte sin darme cuenta. Si bien no hay falacias en aquellas palabras, aún así yo misma decido y decidiré manejar los hilos finos y poderosos que me controlan y utilizar mi tiempo en lo que sé que me servirá o no para lo que tanto desean, "el futuro"; porque consciente estoy y a su vez no de como me dejo controlar.

   Contradictorio fue, es y será mis palabras, pero cómo habré dicho justificando "Lo que se escapa de los labios de una persona, no es más que nada su verdaderos pensamientos y sentimientos, por más que luego se arrepienta." He de suponer que siempre he querido expresar que lo que digo es que mi cabeza funciona como desea y al tener tantos puntos diferentes de vista y el aceptar distintas ideas solo complican mi organización: como en estos momentos, ¿Qué es lo que deseaba expresar antes de llegar a estas conclusiones propias? porque del tiempo uno termina hablando de tantas cosas, porque cuando uno comienza a filosofar sin darse cuenta, quizás y solo quizás se condena así mismo, ¿Acaso me estaré condenando sin darme cuenta?

   Como humana anhelante de la felicidad, con frecuencia confundí la realidad con mi verdad por buscar una verdad que abarcara todos los puntos de vista—aunque estos no me interesan en lo absoluto pero conocía la eficacia de tener esto bajo mis manos—, por lo que siempre me sentaba o me detenía a oír las palabras ajenas, cada una con un significado tan diferente. Quizás, algún día podría llegar a entender el significado de la realidad o lo que podría llegar a ser, pero conociendo como yo llegaba a interpretar todo, fácilmente podría estar más confundida y pérdida que antes. Filosofar sólo me llevó a más crisis de las que ya poseía.

MIS NO POESÍAS ELEGIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora