Capítulo 1: Piloto

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Sakura Sato. Sakura Sato. Sakura Sato. Sakura Sato. Sakura Sato. Sakura Sato. Sakura Sato. Sakura Sato. Sakura Sato. Sakura Sato. Sakura Sato. Sakura Sato.
Esa soy yo, escrita un total de doce veces. ¿Las contaste, o eres de ese tipo de gente ignorante? Va, responde.
...
Lo suponía.
Simplemente, lo suponía.
Y la razón por la que escribí mi nombre doce veces, ¿te la has planteado, o sigues siendo igual de ignorante?
Responde.
...
Lo suponía.
¿Por qué estás pensando lo que piensas?
¿Por qué no puedes dejar de tener la mente llena de ideas innecesarias?
¿De qué te va a servir, si después de todas esas ideas insignificantes, vas a morir?
Yo ya estoy muerta.
Estoy muerta.
No estoy con vida aquí.
O así es como me siento, cuando estas doce personas pasan a machacarme.
¿Por qué doce? Doce es tu número favorita, Sakura. Es la cifra de tus hijos.
Sí. Amo a mis hijos. El doce es mi número favorito, pero a la vez, el que más odio, el que menos me odia, el que más me desprecia, nunca en mi vida he sido capaz de imaginar con mi cerebrito tonto, lleno de ideas, cómo se puede odiar tanto a una persona. Y de esas personas, me ha tocado a mí. Es una lotería, pero una mala lotería. En vez de dar dinero, da insultos,traumas, maltrato en general, ansiedad, impotencia, rabia.
Rabia. Por gente irracional que le están comiendo el culo a una persona, a la líder de la puta secta, que les está lavando el cerebro a la gente que pertenece. Es increíblemente estricta, y en mi vida, la persona que más daño me hizo en mi jodida vida. Siempre está ahí, robándole oxígeno a las personas. ¿Cómo se puede ser tan psicópata? Pregúntale a ella. Suky Sato, la perra de mi asquerosa prima. Me dan ganas de cortarme todas las venas al recordar que tengo que compartir sangre con este desperdicio de monstruo.
De verdad, ¿cómo se puede ser así?
Suky. Significa luna. Y yo odio la luna. Quiero acabar con la existencia de la luna. Pero me encanta la noche, la oscuridad.

Sakura Sato, 5 años
¡Reunión familiar!
En casa de los tíos
Sakura: ¡Tía Emma! ¡Tía Emma! Gritando emocionada, feliz al verla
Tía Emma: ¡Pero si es Sakura, mi sobrina favorita! Exclamó en un tono cariñoso, feliz al verla

Ahí estaba mi tía Emma, era una mujer alta, elegante, maravillosa. Rubia, con pelo corto y liso, las puntas teñidas de verde lima, al igual que sus penetrantes ojos, que me producían calidez, cariño, seguridad. Sabía que en tía Emma, yo siempre podía confiar.

Tío David: ¿Y a tu querido tío de verdad no le dices nada? Tío David está triste... mira cabizbajo, triste

Mi tío David era también alto, con un cuerpo robusto, elegante, lucía bien, era un hombre saludable y el mejor de baloncesto en el instituto. Tenía los ojos azules y el pelo rizado y castaño. Era suave...

Sakura: Yo también quiero mucho a mi tío David, no tienes razones para estar triste digo, intentando consolar (obviamente no le iba a mentir)

Nos la pasamos en su casa lujosa en Alemania, yo me la pasaba jugando, tocando el piano con mi tía, el arpa, cantando con ella...
Feliz. Pasándolo bien, aprovechando de los buenos momentos con la familia.
Y mientras tanto. Estaba ese bicho raro.
La podía contemplar aislada, seria, cabizbaja, ya que estaba dibujando sentada en la alfombra.
Me fui a hacerle compañía.
Me tumbé boca arriba, con mis dos manos en las mejillas, moviendo los pies de arriba a abajo en el aire, con una sonrisa pura e inocente en mi rostro.

Sakura: ¿Qué dibujas, Suky? Pregunté curiosa
Suky: Osos de peluche, sangrientos. Con un tono frío

La niña psicópata me enseñó su dibujo. Fue entonces cuando la casa se me descompuso, y la sonrisa ya no era lo mismo. Era incómoda.

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