"Puedes quedarte en mi casa entonces" le propuso Namjoon después de conocerlo un poco más. El ángel, ahora humano, tenía un esguince en el tobillo, producto de la caída.
En el hospital, le contó que estaba en Seúl buscando su historia, que no tenia donde quedarse y que le habían robado su equipaje en el camino.
El moreno se compadeció de su estado y le prestó un lugar en su hogar. Así ahora convivían juntos, eso ayudaba al moreno a despejarse. En esos días donde era imposible no extrañar a NaEun hasta las lágrimas, los brazos de Yoongi eran el consuelo perfecto. Decir que ese humano le interesaba era poco, quería resguardarlo de todo mal.
Caminando por la casa, encontró una foto guardada que le llamó la atención, en ella salian dos niños, uno más alto y otro más pequeño, abrazados haciendo una v con sus dedos.
Tomó la imagen enmarcada y la llevó frente a Namjoon, con ojos curiosos la puso en sus manos.
―¿Quienes son esos niños? ―preguntó parado frente a él.
―Este soy yo ―señaló al más alto, ―Y este niño tan precioso era mi amigo, no recuerdo bien su nombre, pero nos conocimos en una casa hogar ―Yoongi asintió ―a él lo mataron, era un bebé, lo secuestraron y luego la policía encontró su cuerpo.
Su voz se quebró, cientos de flashes empezaron a inundar la mente de Yoongi, quien trató de mantenerse en pie, más su cuerpo cedió ante la última imagen que logro visualizar.
―¡Yoongi! ―Namjoon lo cargo en sus brazos y deposito al ángel humano en el sillón.
―Soy yo...―murmuró en voz baja.
―¿Q-Qué? ―susurró un Namjoon incrédulo.
―Ese niño...soy yo...era yo―habló con la poca voz que las lágrimas espesas le permitian tener.
Por eso nadie venía, por eso jamás recordaría quien era, no descansaría ni ascendería a otro cargo. Él era huérfano, sus padres estaban muertos y no tenía a nadie más. Era un ángel incompleto, o lo había sido hasta ahora.
Namjoon retrocedió asustado, sin poder entender lo que ocurrió.
―P-Pero c-cómo, tu estabas muerto, tu estas muerto ―balbuceo perdido entre miles de pensamientos por segundo.
―Yo...no te asustes ―se levantó de donde estaba y por primera vez enseñó su forma natural. ―Soy un ángel.
Esa era la verdad del cielo, los ángeles de la guarda son niños muertos que en la tierra nunca crecieron.
Ambos lloraron y se abrazaron, Yoongi sabía que quedárse era imposible, pues había roto todas y cada una de las reglas del cielo que adoraba. Tomo el rostro de Namjoon entre sus manos y lo miró fijo.
―Un ángel se enamoro de un humano, entenderé si mi esencia verdadera te asusta Namu ―sonrió con calidez.
El moreno no tuvo que pensarlo mucho, se acercó, acortando la distancia entre ellos y de ahí surgió el más puro beso que se haya dado jamás. Los labios de un ángel eran divinos, y los de un humano el adictivo pecado.
Namjoon también sonrió, abrazando al chico celestial frente a él.
―¿El cielo es bonito? ―preguntó de repente.
Yoongi lo miró, secando sus lágrimas con el dedo pulgar.
―Es hermoso, NaEun es feliz allí, hasta que se convierta en una guardiana como yo ―sonrió.
Hablaron toda la noche, él le explicó todo lo que no había podido decir antes, también le dijo que lo que no deseaba escuchar.
―No puedo quedarme ―una fina lágrima rodó por su mejilla.
―¿No hay alguna forma? ―quiso saber.
Yoongi negó, no había una forma que fuese inmediata.
―Todavía no...Quizás, en el futuro, pueda encontrar una forma ―prometió entre sollozos.
En el cielo, un milagro sucedió, SeokJin se apresuró a buscar al otro ángel para poder contárselo.
―¡Yoongi-chi! ¡Yoongi-chi! ―lo trajo consigo a la nube mas alta.
―¿Qué es lo que sucede hyung? ―preguntó intrigado.
―¡Asendiste! ¡Lo hiciste! ―sonrió en grande.
―¿Cómo sucedió eso? Yo rompí muchas reglas ―le dijo sorprendido.
―Tu acto fue noble y ese chico te devolvió la memoria, pero... es más como un castigo, serás un ángel en la tierra ―mencionó más calmado.
―No entiendo... ―murmuró para luego quedarse en silencio.
―Te van a quitar las alas ―mencionó con un dejo de tristeza.
―¿Seré un guardián en la tierra? ―preguntó incrédulo.
―Lo harás, pero hay más ―dijo tomando sus manos. ―Namjoon será tu última misión, cuando eso pasé podrán estar juntos.
Sus palabras eran claras, desde ese instante Yoongi volvió a la tierra, para reencontrarse con quien aprendió a amar.
Toco la puerta de la casa y respiro profundo, estaba muy emocionado. Al abrirse la puerta amaderada lo vió, las miradas de ambos se llenaron de emoción, podían verse otra vez.
―¿Yoongi? ―murmuró anonadado.
―Soy yo, me quedaré ―respondió extendiendo sus brazos.
Ambos sellaron su reencuentro en ese abrazo lleno de ilusión, Yoongi le explicó todo, que aún no era el tiempo, pero que aún así nunca lo abandonaría.
Los años pasaron y la vida transcurrió con ellos, Namjoon fue un hombre feliz y Yoongi fue el angel más feliz por verlo sonreír. Era una presencia que sólo él moreno podía ver, pero que amaba con todo su corazón.
Una noche, igual a aquella donde se conocieron físicamente, Namjoon salio a andar en bicicleta, con Yoongi disfrutando el azul del cielo y las estrellas, ya era el momento de partir.
El ángel quizo esperar un poco más, una vez que volvieron a la casa, un cansado Namjoon se recostó en la cama. Suspiró, el aire entraba con cada vez menos fuerza en sus pulmones, respiro por última vez, sonriendo hacia Yoongi como su hermana lo hizo antes de irse.
"Nos veremos pronto mi amor, mientras tanto se feliz con NaEun"
Susurró antes de acariciar su rostro, cerrando sus ojos para siempre. De nuevo la luz, el túnel y el final. Con la pequeña diferencia de que ahora Yoongi descansaría hasta la próxima vida donde se encuentre con Namjoon, el hombre que le enseñó a un ángel el significado de la felicidad.
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Espero que les haya gustado, me gustó mucho escribir este pequeño relato para ustedes♡
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ᴜɴ ᴀɴɢᴇʟ ᴅᴇ ʟᴀ ɢᴜᴀʀᴅᴀ ᴘᴀʀᴀ ᴀᴍᴀʀ ✓ Namgi |Three Shot|
RomanceKim Namjoon perdió a su hermana menor en un accidente de tránsito fatal, pero allí, en medio de ese dolor que lo envolvió, conoció a Min Yoongi, el ángel guardián de los niños. Namjoon no era un niño, pero estaba triste, solo, y desorientado como u...