Lee Yeong, mantuvo planeada y en orden toda su vida desdé pequeña.
Claro, eso hasta que apareció él.
- No podemos elegir a quién amar -
𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙩𝙖 𝙥𝙤𝙧 𝙢𝙞.
𝙛𝙖𝙣𝙛𝙞𝙘 𝙝𝙬𝙖𝙣𝙜 𝙝𝙮𝙪𝙣𝙟𝙞𝙣
esperó la disfruten ♡
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▏ 𝙪𝙣𝙤 ▏
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La chica bajó rápidamente las escaleras, mientras sus lágrimas se esparcían lentamente empapando por completo su rostro.
— ¡Yeong!— gritó el chico mientras con sus manos trataba de encajar el botón de su pantalón — ¡Puedo explicarte!— la castaña quien abría la puerta, escuchó la petición y sé detuvo en seco.
— ¿Qué diablos me tienes que explicar Han? — se giró lentamente y un sollozó se hizo presente.
— Ella solo me pidió ayuda, con un tema de la universidad — trago saliva e intentó tomar el rostro dé la chica.
— No sabía qué los temas se explican de esa manera en la cama — detuvo su tacto e impactó la palma de su mano en la mejilla del chico — Ni se te ocurra volver a molestarme, mandaste al carajo 4 años de relación por un maldito acostón, púdrete— escupió y giró devuelta hacia la salida del departamento.
— Por favor, Yeong escúchame te amo, nosotros planeamos esto desde siempre, no me dejes — adjuntó mientras envolvía los brazos alrededor de la chica.
— Yo no era importante mientras hace 15 minutos estabas en la cama con ella — se soltó de su agarre y salió del departamento.
Recorría los pasillos sollozando, mientras trataba de encontrar una explicación en sí misma acerca de lo sucedido hace unos instantes. Se acurrucó entre sus piernas y brazos, mientras su espalda bajaba lentamente al suelo. No entendía por qué el único hombre con el que había compartido los últimos 5 años de su vida la había traicionado de esa manera.
Un mar de recuerdos se hacían presentes mientras trataba de mantener la compostura, sabía al final se encontraba en un lugar público y no quisiera que alguien la mirara en ese estado. Llevó una de sus manos a su bolsillo y tomó su celular, con un poco de dificultad dificultad debido a su visión borrosa ante sus lágrimas marcó al número de su amiga.
— Yeong — preguntó la chica al otro lado de la línea.
— ¿Estás en casa? — sollozó.
— Si aquí estoy, diablos Yeong, ¿estás bien? — un tono de preocupación se hizo presente en su amiga.
