No sé de dónde vengo, ni casi nada sobre mi pasado, nada desde hace casi cinco años, casi cinco años desde que llegué a este castillo siendo una sirvienta bajo las órdenes de Lady Dimitrescu y sus tres hijas, muy pocas han sobrevivido tanto tiempo, por no decir solamente dos, lo único que recuerdo sobre mí es mi nombre, sólo eso, Ágata.
-Ágata, la señora desea que acudas a sus aposentos, dice que es importante- me informa mi superior, Layla, es la que más tiempo lleva aquí con vida y ha acatado todas las órdenes al pie de la letra
-En seguida- contesto y finalizo con lo poco que me quedaba de mi tarea antes de encaminarme hacia el lugar que me han ordenado, muy pocas de nosotras han podido ir a los aposentos de nuestra señora y volver para contarlo de una pieza, si me ha hecho llamar con tanta urgencia ha sido porque ya me ha llegado la hora de dejar este mundo, ya sea siendo su alimento, destilada para ser vino o bien siendo convertida en un monstruo que vigila tanto los calabozos como el exterior del castillo, en el camino trato de que mi aspecto esté lo más presentable posible y trato de mantener la calma antes de tocar dos veces la puerta de mi señora
-Adelante- dicen desde dentro y antes de hacerlo tomo aire y abro por fin la puerta me adentro con cuidado- cierra la puerta- obedezco y me acerco con cautela a la gran mujer que se encuentra de espaldas a mi frente a la chimenea y con un libro en mano
-¿Me llamasteis, mi señora?- intento que mi voz no tiemble
-Así es, acercáos, quiero veros bien- trago en seco y acato la orden y me aproximo hasta quedar cerca de ella pero mantengo una distancia y la cabeza agachada- tengo por entendido que eres de las que más tiempo lleva siendo sirvienta en este castillo junto con tu superior, ¿Es así?- puedo notar que se levanta y camina a mi alrededor y siento su mirada sobre mí
-Sí, mi señora- respondo intimidada
-¿Cuánto tiempo lleváis aquí exactamente?- escucho su voz tras de mí
-Si mal no recuerdo, llevo aquí cinco años-
-¿Recordáis algo de vuestra anterior vida?- niego con la cabeza puesto que se me ha formado un nudo en la garganta-¿ Por qué?, esta vez usad palabras- deposita una mano en mi hombro
-No recuerdo nada, mi señora, carezco de la gran mayoría de mis recuerdos de antes de llegar a vuestro castillo, no sé de dónde vengo, ni quién soy, sólo mi nombre, y recuerdo desde que aparecí de repente en frente de usted, mi señora- explico con honestidad
-Es cierto, lo recuerdo, y es sorprendente que aún siga con vida a pesar de todo, me han informado de vuestra disponibilidad a realizar cualquier tarea que se os haya encomendado, ¿Es eso cierto?- se detiene ahora frente a mí
-Sí, mi señora-
-Si yo os ordeno asesinar a una de sus compañeras para que mis hijas o yo nos alimentemos, ¿Lo haríais?- se agacha un poco y me toma de la barbilla para después alzarla pero por instinto cierro los ojos- abridlos querida, no os haré nada puesto que os lo ordeno- tomo aire y por fin los abro para ver a una bella mujer de piel pálida, ojos dorados, cabello azabache y labios escarlata
-Sí, mi señora, puesto que mi vida depende de ello y si se lo proponéis a cualquier otra bajo mi misma situación no dudaría en acabar con una de nosotras- le soy sincera
-Sabia reflexión y pensamiento, si yo deseo que seáis únicamente de mi propiedad, o sólo las de esta familia pueda tocarte o que podamos hacer contigo todo lo que se nos plazca, ¿Aceptarías esa propuesta?, Ágata- se acerca poco a poco y mi rostro cada vez va ardiendo bastante
-Si es lo que deseáis, así será- hago una reverencia
-Buena chica, pues desde ahora en adelante serás mía, no serás sirvienta, vas a ser mi mascota, permanecerás a mi lado siempre y harás lo que te ordene, ¿Te ha quedado claro?- me amenaza levemente
-Sí mi señora- agacho la cabeza por instinto y una pregunta se me viene a la cabeza
-Puedo percibir que quieres preguntar algo, hacedlo si queréis-
-Mi señora, ¿Porqué yo?- tomo el valor para verle a los ojos
-Supongo que siempre me han gustado las cosas rotas- responde con simpleza y se acerca más y me alza tomándome de la cintura y me sienta en su regazo dándole la espalda al fuego- ahora voy a marcaros, así que no te muevas- me hace la cabeza a un lado dejando mi cuello expuesto, aparta mi cabello y siento la caricia de sus labios sobre mi piel y posteriormente se clavan sus dientes en mi carne pero no se alimenta de la sangre que sale de la herida, simplemente clava con fuerza sus dientes y no puedo evitar quejarme de dolor, pero de repente a mi mente llegan escenas de algo que he visto, estoy en un cuarto a oscuras y entra alguien que me golpea y me toca en zonas privadas y me muerde con fuerza la misma zona mientras me hace mucho daño en mi zona íntima, por instinto intento alejarme de esa persona
-No por favor, no lo hagas otra vez, he sido buena, no me castigues, he sido una buena niña- no puedo evitar decir mientras me trato de esconder y tapar con los brazos mientras mi cuerpo tiembla y mis ojos lloran- por favor señor, cualquier cosa menos eso- digo entre sollozos, noto que unos brazos me rodean y trato de zafarme del agarre pero es demasiado firme-Tranquila Ágata, tranquila, es sólo un recuerdo, no es real, respira Ágata, sigue mi voz- escucho esa voz lejana y me aferro a ella con todas mis fuerzas hasta que cuando abro los ojos otra vez me encuentro de vuelta en los aposentos de mi señora y estoy siendo rodeada por sus fuertes y largos brazos, su mirada llena de preocupación está posada en mi figura temblorosa- ¿estás bien?-
-Lo siento mucho mi señora, no sé qué me ha pasado, he recordado algo demasiado doloroso- me justifico mientras sigo temblando
-¿Qué has recordado?- me sorprende su pedido pero no me queda de otra que obedecer
-Cuando me habéis mordido a mi mente llegaron recuerdos, estaba en una habitación oscura, hacía frío y estaba asustada, un hombre abrió la puerta y se acercó a mí, me hacía daño y me mordía con fuerza en donde vos lo habéis hecho mientras me hacía daño en...- no puedo decir esa zona, me da vergüenza por lo que miro mi zona baja y parece entender- creo que me castigaba por algo que hice- termino de explicar entre lágrimas- siento mucho mi comportamiento mi señora, es la primera vez que me ha pasado esto, no debí actuar así cuando me habíais ordenado estarme quieta- agacho la cabeza a la espera de su ira, pero soy sorprendida al ser atraída hacia su pecho y rodeada por sus brazos
-No te disculpes, no has podido controlarlo y es bueno de cierta manera que hayáis recordado algo de vuestro pasado, siento mucho lo que habéis pasado- me mira a los ojos y me aparta una lágrima que desciende por mi mejilla- os quedaréis conmigo mientras sigáis siendo mi mascota y os ayudaré a recuperar vuestros recuerdos, sólo si me obedecéis en todo lo que os diga- me condiciona con una pequeña sonrisa que muestra una pequeña parte de sus colmillos
-Está bien, gracias mi señora, por todo y por entenderme- hago una reverencia
-No hay que darlas, de ahora en adelante puedes llamarme Alcina, creo que te vendría bien darte un baño para calmarte, puedes usar mi baño privado- mira hacia la puerta de dicho lugar antes de liberarme de su agarre y ponerse en pie mostrando su gran altura de unos tres metros más o menos
-Está bien, Alcina, debo ir a mi habitación para coger otra ropa- me detiene cuando me dispongo a ir hacia la puerta
-De eso nada, se acabó el usar uniformes, ya he conseguido nuevos vestidos para que los uses, en seguida te los llevo para más comodidad- asiento y esta vez me dirijo hacia el cuarto de baño, abro el grifo de la bañera gigantesca adaptado al tamaño de mi señora y una vez ya está a una altura considerable me meto tras quitarme la ropa y dejar cerca una toalla a parte de recogerme mi melena, me lavo el cuerpo y cuando termino me envuelvo en una toalla y dejo que el agua se vaya por el desagüe justo antes de que llamen a la puerta y ella entre- aquí tienes tu ropa, espero que sea de tu medida-
-Gracias- ella sale y me visto frente a un espejo del tamaño adecuado de mi señora donde veo el reflejo de una joven de 21 años, piel levemente morena, llena de cicatrices de las que desconozco su origen, cabello largo, ondulado y de color negro con mechones blancos, de ojos bicolores, el izquierdo es azul y el derecho verde, y de cuerpo delgado y de 1'70 más o menos, me visto sobre la ropa interior que me ha dado con un vestido negro que se ciñe a mi figura, muy similar al que las hijas de Lady Dimitrescu suelen llevar diariamente, salgo del baño una vez me he asegurado que todo está tal cual debe estar y ella está sentada de nuevo en el sillón de antes, me ve y esboza una pequeña sonrisa
-Veo que te ha quedado perfecto, me alegro- dice observándome de pies a cabeza, se dispone a decir algo pero llaman a la puerta- adelante- entra una de las otras sirvientas del castillo con pasos temblorosos, su miedo se ve a leguas
-Mi señora, acaba de llegar Madre Miranda- intenta fallidamente de que su voz no salga temblorosa, cosa que no es así
-Está bien, retírate- asiente y se va casi corriendo, ella suspira pesadamente y se levanta- pues tendremos que ir con ella, no sé porqué ha venido- dice esto último para sí misma y yo no sé qué hacer y parece que me ha entendido- vamos, te recuerdo que debes estar siempre conmigo-
-Claro, perdona.....-
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De Sirvienta A Bestia (Alcina Dimitrescu X Chica)
RandomHe pasado de ser una simple sirvienta sin recuerdos de mi pasado a un monstruo que es amado por otro de gran belleza y encanto. De una simple humana a una bestia con una sed de sangre e instintos casi incontrolables. De no saber absolutamente nada d...