CAP 2

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Narradora:
Después del señor salir por aquella vieja puerta la pequeña se dispuso aún preocupada a seguir su mañana, primero colocó todo lo que había utilizado en su lugar, con trapos humedecidos trató de borrar las manchas de sangre que quedaron por el suelo, sacudió el mueble donde durmió y finalmente su ropa e inmediatamente iba a salir, pero de pronto tocaron la puerta bruscamente lo que hizo erizar su piel y el miedo apoderarla sin previo aviso.

Lu: N~No, ya llegaron

Dijo en un susurro asustado y rápidamente se escondió detrás de la caja de madera con el pensamiento latente de no ser encontrada. Por otra parte, una conversación comenzaba fuera de la vieja casa.

Xx: ¡Heeey Max ven! Esta maldita puerta se atrancó de nuevo

Se escucha el sonido de un golpe logrando que la puerta rebote y se abra por la fuerza.

Max: JAJAJA - se ríe exagerado - viste eso, soy tan fuerte.
Xx: sí, claro Max... hasta yo lo puedo hacer
Xx: Jajaja solo por eso te dejaré pelear hoy contra mi - dijo entrando a la sala
Max: ¡¿Qué?! - gritó exaltado siguiendo lo detrás- No gracias, Jeffrey la vez pasada termine con mi hermoso rostro lleno de moretones - se coloca a su costado
Jeffrey: Entonces, si no quieres una paliza solo has cuatro cosas
El hombre se acerca al sillón polvoriento para sentarse, miró a otro sujeto que se encontraba en la sala, esté al percatarse sumiso saca un cigarrillo de su bolsillo, se lo alcanza para después inclinarse a encenderlo.

Max: ¿Qué cosas debo hacer? -hablo mostrando un poco de duda en sus palabras

Jeffrey: simple... - levanto su mano derecha y mostró su dedo índice - Háblame como tu jefe, halágame, cierra la boca y ¡DAME MI MALDITO LICOR INBECIL! - Su expresión se mostraba fría.

Max: jejeje claro... je~jefe - Asustado le acerca la botella y esté la toma
Jeffrey: ¡Estoy harto! necesito más dinero y esa bruja maldita no quieres soltar más- Toma un trago largo del licor hasta soltarlo solo para recuperar el aire- ...desde que le hice ese último trabajito me tiene esperando y solo me da limosnas - estrella la botella con molestia contra la caja de madera- ¡Como si yo fuera igual que esa mocosa! - aplasta el cigarrillo con su mano

Xx: Es verdad jefe usted merece ¡Más! es tan importante... deberíamos hablar amablemente con ella- saca un cuchillo de su chaqueta y lo pasa por su mejilla - ¿no cree?

Jeffrey: Si, eso debiéramos hacer, excelente sugerencia Cris- sonríe malvadamente- bueno dejemos eso para después, ahora deberíamos divertirnos desapareciendo pestes que se encuentran escondidas escuchando conversaciones de adultos - estiro sus brazos de ambos lados sobre el respaldar del mueble.

Los hombres se asombraron de momento al no percatarse de la presencia de la niña, quien detrás de la caja se mostraba paralizada y asustada por ser descubierta. Trato de moverse silenciosamente hacia atrás, pero chocó contra algo o alguien quien sin previo aviso la agarro del cabello tirando de este y causándole dolor.

Xx: ¿Qué tenemos aquí?... Mire jefe una rata se atrevió a entrar en nuestra casa y no ir a trabajar - aprieta más su agarre.

El hombre aprieta más su agarre sobre el cabello de la pequeña quien evidentemente mostraba miedo y su cuerpecito no dejaba de temblar. Trataba de contener sus gritos por el dolor que sentía, pero en su rostro se mostraban lagrimas rebeldes resbalando por sus mejillas.

Lu: Me duele...M~Me duele, suelta me... P~Por favor seré buena niña.

La niña trataba de soltarse, pero era un intento casi inútil. Por el contrario, sus agresores solo reían y se burlaban, de un momento a otro el sujeto que llamaban "Jefe" se levantó del sillón acercándose a la niña se puso de cuclillas frente a ella con una expresión neutra le propino una cachetada anunciándole que si no se callaba sería peor.

El sujeto se levantó, poso su mirada sobre un afilado cuchillo que se encontraba sobre una desordenada mesa llena de desperdicios acumulados de muchos días, camino hacia el objeto y lo tomó mostrando inconscientemente una sonrisa tenebrosa. Nuevamente caminaba lentamente hacia la niña, le dijo a su compañero que la sujetará bien pues "gritaría como un puerco en el matadero". En un inicio la pequeña no entendió lo miró con miedo y pena, después solo cerró los ojos suplicando por ayuda además de repetir en su mente una y otra vez que sería buena.

Soy una niña tonta y crecí para ser feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora