capítulo cuatro

614 84 8
                                    




sus cuerpos se mantuvieron juntos, aprovechando el calor de cada uno. Los ojos de Quackity quisieron cerrarse de la tranquilidad, pero más de cansancio que cualquier otra cosa. El castaño notó esto, y cómo no, si cada vez que le rozaba la espalda con los dedos, este reclinaba todo su peso sobre él mismo. Agradecía tener la fuerza suficiente para sostener su tonificado cuerpo, hasta que en uno de los cuantos vaivenes, sus manos huyeron de las prendas ajenas para tomarle de los hombros. Quackity, somnoliento, ladeó su cabeza, todavía entrometido en el pequeño mundo que habían formulado ambos dos; uno tibio, reconfortante. Podría estar así por horas, pero su consciencia no se lo permitiría. Lastima que ahora este factor positivo no predominara tanto como hace unos instantes.

El agotamiento le consumía de tal forma, que hasta dejaría aquel extraño dormir con él en su habitación, pero no, simplemente no podía desnudarse así.

Se estiró en un intento de recomponerse, logrando más o menos su cometido.

—¿estás cansado?—preguntó Luzu con una sonrisa ladina, pero no burlona. Quackity bufó.

—después de lidiar contigo casi un día entero, claro que si—respondió con un español acentuado, mientras acechaba los interiores de su recámara. Quizá no debería ser tan cruel a la hora de escoger dónde dormiría; pensó en trasladarlo al hotel, pero descartó esa idea casi al instante, no tenía el tiempo ni las ganas de dar explicaciones de la existencia de Luzu. —me iré a la cama, tu haz lo que quieras mientras no sea nada peligroso— peligroso en contra de su nación, claramente. —ah, y si vas a salir, procura que nadie te vea.

si, realmente no quería que lo vinculasen con aquel extraño.

Luzu se quedó marcando ocupado, ¿Qué se supone que haría sin él? Ósea, se las podía arreglar solo como siempre, pero desconocía hasta dónde estaba parado, y salir a explorar de noche no parecía una muy buena alternativa.

—¿dónde dormiré?—preguntó entrando junto al pelinegro a la habitación.

este ni volteó a mirarle.

—ni idea, hazte un lugar, aunque no aquí—le contestó refiriéndose a la habitación, prefería tenerle lejos. Las palabras de Quackity se deslizaban ilegibles sobre los oídos de Luzu, quien apreciaba como el menor chasqueaba sus dedos cada vez que no recordaba algunos términos en su idioma natal, quizá se deba a la poca costumbre con la que ejercía el español. De cierto modo le enternecía, no lo suficiente luego de que le declarase mantener distancia con él, pero si estuvo a punto de plantar una sonrisa en su rostro por ello, una boba y despreocupada.

Al momento en el que el híbrido se giró para mirarle supo que debía irse. Al principio no sabía por donde escapar, así que la única ocurrencia que tuvo fue devolverse hacia el balcón para lanzarse en parapente. Quackity le miró por última vez, susurrando un 'what a freak' (vaya desquiciado) antes de cerrarle las puertas junto con la gran cortina de color vino. Un escalofrío recorrió sus plumas luego de recordar su olor. Debía hacer algo al respecto, sobre todo porque si el castaño decidía irse muy lejos, las explicaciones en torno a él las tendría que hacer si o si. Se maldijo.

Luzu aterrizó sin problemas sobre las baldosas de la ciudad, dispuesto a explorar después de no oír mayores restricciones por parte del moreno, además del no provocar ilegalidades claro está. Sus acciones se vieron interrumpidas al divisar una figura recargada sobre las paredes del edificio, lo que hizo achinar sus ojos en esta dirección a ver si de esta forma lograba averiguar de quién se trataba, pero no consiguió atinarle. Su ceño se frunció un poco luego de darse cuenta de la situación. El que un tercero haya estado espiándoles sólo le traía mala espina, y con razón, no era algo menor con lo qué lidiar, aunque por un instante quiso preguntarse por qué.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 21, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

swap! [luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora