Lagunas ; Quackity | Karmaland & DSMP |

Capítulo 6. Un desastroso día

____________________

Vegetta ya estaba al tanto del regreso del grupo de exploración, pero no fue a buscarlos de inmediato, les permitió descansar y recobrar las energías el resto del día, siendo convocados hasta la mañana siguiente.

Quackity se alegraba de ello, pudo dormir como un bebé durante horas, disfrutando y valorando más que nunca el calor de su cama. Su cuerpo descansó todo lo que necesitaba, desapareciendo el dolor de sus extremidades, ahora el único inconveniente era que volvía a tener hambre, por lo que se levantó con la batería totalmente cargada.

Sus brazos estaban arriba al estirarse y tronar algunos músculos tensos, después de tallar sus ojos miró por la ventana, notando que era demasiado temprano, el cielo comenzaba a iluminarse con los primeros rayos del día. Quackity quedó extrañado, estaba acostumbrado a despertar cuando el sol estaba en lo alto y había el típico bulliceo del pueblo por todos lados, pero se alegró al ver que su horario de sueño podría ajustarse y ser uno normal.

Dio un brinco de la cama y buscó con la mirada su conjunto de ropa habitual, pero en la silla donde siempre se encontraba no había nada. Repentinamente recordó su altercado con Luzu el día anterior y su rostro mostró una expresión complicada, sintiendo un escalofrío.

Inconscientemente llevó sus dedos a la parte trasera de sus orejas, sintiendo horror recorrerlo de arriba hacia abajo, mareándose al escuchar una voz que le llamaba a la lejanía de forma obscena, haciéndolo sentir asco. Alejó sus manos de su cabeza y entre movimientos rápidos buscó otro conjunto de ropa para ponerse; en los cajones de los muebles tenía otras prendas similares a su habitual uniforme, así que se vistió rápidamente para distraerse de aquella voz masculina.

Quackity se puso en cuclillas al abrir el último cajón donde tenía gran variedad de gorros que le pidió a la costurera, colocó uno sobre su cabeza, cubriendo todo su cabello y orejas incluidas, cuando imágenes aleatorias en su mente comenzaron a verse en sus ojos, viendo cosas que no estaban allí.

Su corazón dio un vuelco al percatarse que estaba manifestando otra disociación de la realidad, aunque quiso evitarla, no pudo moverse para volver en sí.

Repentinamente, el escenario de un despacho desordenado se presentó ante él; documentos regados por el suelo, cuadros de pinturas derribados de la pared, sillas volcadas y libros que parecían importantes apilados de forma descuidada, con algunos por caerse del escritorio donde estaba apoyado. Sus ojos se clavaron por un momento en una bandera rasgada en una esquina, maltratada con desprecio y arruinando sus colores brillantes con manchas de tinta negra que planeaban teñirla por completo.

Quackity no sabía que era lo que estaba viendo, pero el lugar le resultaba familiar. Sin embargo, sentimientos de rechazo surgieron en él y su cuerpo comenzó a temblar, temiendo de la vibra que se encontraba dentro de esa habitación.

Quackity respiraba de forma agitada con el pecho pegado al escritorio, de sí mismo solo podía observar sus brazos que colgaban del borde y la corbata azul que tambaleaba de su cuello. Unos lentes se resbalaban por el puente de su nariz de una forma incómoda, cayendo finalmente sobre su gorro que se encontraba en el suelo.

Sus ojos se abrieron con pánico al percatarse de que su cabeza estaba descubierta, tomándole más importancia a eso en lugar de la posición comprometedora en la que se encontraba. Al querer inclinarse para recoger su gorro, un peso sobre su espalda no se lo permitió, en cambio Quackity congeló sus movimientos al sentir alguien sobre él, y su mente se perturbó cuando unos dedos atrevidos fueron detrás de su oreja, jugueteando con las plumas que sobresalían de sus cabellos.

"Has sido un chico muy malo, Flatty Patty" la voz levemente ronca intentaba ser seductora, pero en lugar de eso era atemorizante, siniestra con toques de crueldad.