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Aquel niño castaño caminaba perezosamente hacia el trabajo de su padre, su madre le había dicho que llevase la comida de su progenitor, con lo que el niño no tuvo ningún problema, o quizás si, Jimin tenía mucho miedo en pasar el bosque para ir al trabajo de su padre que quedaba del otro lado, suspiro y prendió viaje.

Mientras Caminaba su mente estaba en otro tiempo y espacio, trataba de pensar cosas bonitas para que no tuviese tanto miedo, los árboles eran altos muy altos las ramas hacían ruido cuando el viento golpeaba en ellos, la vegetación se comía cualquier cosa que estuviese allí, como la piedra que se encontraba frente al niño o varios troncos de árboles, las plantas lo envolvían como si digiera "Serás mío", mientras tanto los animales eran escurridizos no había mucha variedad como osos o tigres o elefantes, pensaba aquel niño, pero si había ardillas, conejos, serpientes algunas veces alces, patos, armadillos– Jimin pensaba en todo los animales que había allí– gusanos, hormigas, pájaros... ¿ya dijo conej...?

Jimin paro de golpe su caminata al escuchar un

"Crack"

Trato de respirar lo más bajo posible, ya que se estaba poniendo nervioso, los niños del pueblo habían dicho que el chupacabras vivía en este lugar buscando a niños tontos y flacos por no comer la comida de sus madres.

Otra vez escucho él

"Crack"

Pero esta vez un poco más cerca, Jimin antes de que su corazón se saliera de su pecho, decidió caminar rápido, sus muslos estaban tensos, su mirada pasaba por todo el lugar haciendo que se mareara un poco por lo densa que era el bosque, le faltaba tan poco para salir de ese lugar.

Lo veía, podía ver la luz que indicaba que estaba al final del bosque y al principio del pueblo, así que decidió caminar más rápido si eso sea posible. Quizás Jimin estaba exagerando pensando que era el chupacabras o el coco que quería matarlo y hacer sopa con su cuerpo, pero quizá también era un niño asustado, entrando a un lugar donde si daba miedo. Antes de dar un paso afuera del bosque, escucho una melódica risa con los que volteo y vio a una sombra de persona irse tranquilamente.

Claramente, el niño estaba asustado, pensaba en dos opciones, que el monstruo no llegó a comerlo, o también era uno de esos idiotas que lo molestaban siempre y quería jugarle una mala pasada. Pero la primera era mucho más convincente.

Jimin llegó al taller donde su padre trabajaba. Se acercó cuidadosamente y el mayor volteo al sentir la presencia de alguien detrás de él.

— ¿Cómo haces eso papi? — Pregunto inocentemente el niño sonriendo porque nunca podía sorprender a su padre. Él ni nadie.

— Es que soy especial mi niño— susurro para que Jimin solo escuchara. — Veo que me trajiste la comida tu madre...¿no podía hacerlo? — el tono de voz de su padre sonaba raro, como herido.

— Dijo mamá que estaba ocupada doblando ropa y que quería terminar, así que me mando a mi papi — le dio la comida a su padre y empezó a inspeccionar el lugar donde trabaja, su padre ya lo había visto antes, pero Jimin era un niño muy curioso, no querían perderse de nada nuevo.

— Bien, ¿te mando otra vez por el bosque? —

Jimin se tensó no quería responder, sabía que eso era motivo para que sus padres pelearan.

—No.

— Claro, por eso viniste pálido, y con barro hasta las rodillas— Hablo sarcásticamente levantando una ceja.

Jimin se miró el cuerpo cerrando los ojos como si lo hubiesen descubierto de una gran mentira superelaborada, no se había dado cuanta que al caminar rápido todo sus zapatos y pantalones se ensuciaron.

Horns || Kookmin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora