Y de repente me encontraba frente a esas personas, recuerdo a un hombre alto muy blanco con ropas negras que lo abrigaban junto a una bufanda con rayas de distintos grises enroscada en su cuello, su cabello era de un azabache de tonos fríos que cubría casi todo su rostro estoico y serio, frente a él, un par de niñes tomados de la mano, parecían ser mellizos porque su parecido era absurdo, fácilmente confundibles si no fuera porque uno era del genero contrario del otro, con trajes rojos a juego, cabellos rubios con peinados parecidos que combinaban perfecto con sus azules ojos y sus sonrisas angelicales. Me miraban expectante.
Corrí mi mirada curiosa de sus presencias después de examinarlos por completo, estábamos en medio de lo que parecía un camino al costado de una carretera poco transitada, a los costados había blanca nieve, fue ahí que noté que estaba nevando y eso justificada perfectamente los conjuntos tan cálidos que llevaban mis acompañantes. Fije mi mirada en los pinos, no sé porque, eran demasiado imponentes y bellos, pero parecían estar demasiado lejanos. Gire por completo mi cuerpo, comencé a avanzar, sentí como los pasos de las tres personas tras de mí se movían en sincronía con los míos, me sentía segura, pronto visualice al final la carretera principal y en esta había un auto rojo bastante pequeño, alargado y viejo esperándonos.
Cuando estaba a punto de abrir la puerta de aquel auto, sentí una atmosfera bastante oscura, me sentí de repente solitaria, como si todos me hubieran abandonado. Efectivamente, por el rabillo de mi ojo no pude ver ese rojo chillón que me acompañaba ni el profundo negro, mientras la ansiedad me obligo a mirar hacia atrás mis pies me alejaban del vehículo. Vi a lejos y entre aquellos bellos pinos una sombra, que avanzaba de a poco, mientras la luz lo iba bañando de a poco me di cuenta de la nieve manchada de un carmín líquido que parecía irse oxidando.Aquel monstruo era grotesco, con una apariencia humanoide muy extraña, su cabeza muy pequeña para su enorme cuerpo que parecía estar hinchado en su estómago, mientras sus extremidades y parte superior de tronco se veían esqueléticos y groseramente largas. Sus cavidades oculares parecían estar huecas, su rostro sin expresión, me miraba fijamente. Recorrí todo el camino, observando que llevaba un delantal de carnicero manchado con sangre seca, para pronto fijarme en su brazo derecho que parecía un poco más robusta que la contraria, y la cual tenía una especie de prótesis de una enorme hacha muy descuidada. Vi que cargaba los cuerpos de mis previos acompañantes destrozados y sin retirar.
Durante todo ese tiempo, me mantuve inmóvil escuchando mis latidos en la boca de mi esófago y que retumbaba en mi cabeza. Pronto aquella pesadilla personificada estaba frente a mí, solo ahí mis piernas atinaron a moverse, obviamente en vano y morí, una de tantas veces, todo eso una y otra vez, se repetía en bucle, con ciertas modificaciones. Hasta que por fin nos volvimos consiente, algo activaba el ataque, no sabíamos qué momento, pero talvez estar dentro del auto nos ayudaría a escapar. No recuerdo dicha discusión, pero nos movimos lo más rápido que podíamos, aunque, como las otras veces no fue suficiente.
Siempre iba tras el pelinegro alto primero, luego seguía con los niños, con ellos tenía una cierta lentitud que aproveche para escapar de su visión y esconderme debajo de un cumulo de nieve, o bueno es creí, porque en unos segundos sentí un estirón de mi pierna que me lanzo lejos, trate de incorporarme nada más toque el suelo pero solo pude arrastrarme apenas sintiendo mis músculos entumecidos, la desesperación se apodero de mi hasta que sentí como mi mano de despegaba de mi brazo y la sangre brotaba de aquella amputación, la vista se me empaño y grite me ardía la garganta por el frio que se coló a mis pulmones. Subí la mirada, ahí estaba ese vació rodeado de piel grisácea casi putrefacta, y antes de siquiera estar completamente cociente del miedo que sentía, aquella hacha maltratada golpeo brutalmente mi cuello, sentí como se arrancaba cada trozo de tejido en dos. Todavía podía observar como mi cabeza daba vuelta hasta como mi cuerpo semierguido se desplomaba en la nieva manchándola. Desperté, la garganta me ardía, pero al menos todo seguía en una sola pieza.
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Simples sueños
RandomDeseaba plasmar mis sueños y algunas pesadillas para desahogarme, tan simple como eso. Muy probablemente haya fallas gramaticales y de sintaxis.