-Mamá, por favor, necesitamos que cuides de Rosalía. Será algo temporal, hasta que nuestra situación mejore-. Esmeralda, la madre de Marisa, se negaba rotundamente a acceder a la solicitud que ésta le hacía. Tenía que hacerse cargo de las consecuencias de sus actos.
Todavía estaba fresco el recuerdo de aquella conversación que sostuvieron hace dos años, en la que le advirtió que era demasiado joven para tener una relación tan seria con un hombre mayor que ella, aún así inmaduros ambos. Y aún así Marissa, de a penas 18 años de edad, se fue con Pablo de 25, quedando embarazada un mes después. Fue una noticia hermosa que luego del nacimiento de Rosalía, pasó de ser una bendición a un problema, pues no bastaba el salario de Pablo para suplir las necesidades básicas de la pequeña. La situación fue de mal en peor hasta que empezaron las disputas por la precariedad en la que vivian, pero ya no habia tiempo de arrepentimientos, algo debían hacer.
Juntos tomaron la decisión de entregarle la niña a su madre, ella podría cuidarla mejor, ya que se dieron cuenta que no estaban monetaria ni mentalmente preparados para tener una personita dependiendo de ellos. Rosalía iba a crecer con una mujer ejemplar, y por más dolor que causara tener que hacerlo, sabía que hacía lo correcto. El detalle radicaba en que no era tan "temporal" como intentaba hacerle creer a Esmeralda.
Marisa continuó rogando hasta que su madre accedió. -Está bien, la cuidaré, solamente porque sé la etapa tan difícil por la que están pasando, inmediatamente todo esté bien les pido se hagan cargo de ella, es su hija despues de todo y necesita de sus padres-. Luego de esto tomó en sus brazos a la pequeña, se despidió de su hija y llevó a la pequeña dormida adentro.-Eres toda una ternurita, mi Rossy. Te prometo que no te va a faltar nada, lo prometo mi amor.
Rossy tenía dos años cuando sus padres la abandonaron con su abuela, tan plácida, inocente y profundamente dormida, sin tener idea de lo que le deparaba el futuro, de lo que estaba sucediendo a su alrededor.
Aún sabiendo esto, los seguía queriendo y añoraba algún día volver a verlos. Esmeralda le regaló una foto de sus padres para que nunca los olvidara y siempre los tuviera presente, aunque sabía que no era lo mismo que tenerlos enfrente. Cada año que pasaba sentía tristeza por Rossy, como decidió apodarla, perdía la esperanza de que ellos volvieran algún día puesto que ya no mantuvo contacto jamás con Marisa, su hija.
Sin embargo Rosalía nunca perdió la fe de volver a verlos y saber de ellos, ya que su abuelita le había enseñado que todo lo que pedimos a Dios nos lo cumple, así que cada noche le hablaba pidiendo que sus padres regresen, no sin antes agradecer por la maravilla de tener una abuela como la suya.
Pero un día lo cambió todo, y Rosalía no fue la misma jamás.
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¡HOLA! Estoy de vuelta y solo quiero decirles que espero disfruten mucho la historia, para los que ya la leyeron y los que no, la misma se encuentra en un proceso de edición puesto que fue escrita hace 4 años y desde entonces no le había hecho cambios. La historia presentará muchas escenas diferentes sin perder la esencia de la misma. Amo esta historia y espero que ustedes la amen tanto como yo.
También estaré haciendo lo mismo con Solamente Tú, la que no pude terminar porque estuve presentando un pequeño bloqueo de inspiración pero vendrá completa y renovada con mucho amor para ustedes.
Gracias por el apoyo.
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En busca de mi luz
Teen FictionNo podemos decidir qué nos depara el destino. Simplemente aprender a lidiar con las consecuencias de nuestros actos, nuestras decisiones, o las de otros. La vida se tiñe de pequeños detalles que hacen grandes diferencias, amores, desamores, felicid...