Noche. Era el momento en el cual ambas chicas se podían relajar, podían dejar de pensar en tonterías, en responsabilidades. Pero también, era momento para solo sentir el calor y las emociones de la otra. Primero, el esponjoso polo de pijama. Suave, verde marino con una mezcla de colores pasteles. Estaba hecho para invierno, hacía mucho frío, pero, aun así, fueron las manos de Takina las cuales subieron tanto el polo que los brazos de su "compañera" subieron, dejando libre la comodidad del algodón. Dejar todo el torso al descubierto: "Que hambrienta estás hoy...". Piel clara, bien cuidada, sin ninguna cosa que la evite seguir tocándola, era adictivo: "Suave". Iba a por más, quería más. Bajaba sus manos, ahora tocaba aquel pantalón de algodón. Era agradable a la vista y al tacto, pero quería aún más. Esa miel, esas piernas que tanto miraba, también quería tocarlas. Había piel, esa parte no se tocaba mucho entonces era aún mas nuevo tocarlo, se sentía especial: "Solo yo...". Mientras ocurría esto, labios juntos, dos pares de estos jugando, comiendo, hablando sin palabras, solo con ese par de lenguas traviesas, buscaban y no encontraban las palabras, debe ser por la mente en blanco, solo podían pensar en algo: "Más...". Las sabanas jugaban junto a sus cuerpos sin ropa. Sus manos se juntaban, coqueteaban con la piel de la otra. La espalda, los pechos, inferior, posterior, de lado: "Solo dame más". Sus almas se conectaban cada vez mejor. Sentían que bailaban, que esos abrazos y esas palabras que salían de repente, era aquello que las mantenía unidas a la tierra, estaban tan cerca de su paraíso. Era medianoche cuando empezaron, se cansaron, se rindieron, el baile había terminado. Solo había transcurrido una hora de la madrugada, parecía menos. Jadeaban mucho, se acomodaban, brazos sosteniendo el cuerpo de la otra: "No te dejaré ir". Se miraron en silencio. Sus ojos estaban agotados, sus pulmones se llenaban de aire y rápidamente lo soltaban, hacía falta un respiro. Olían la esencia de la otra. Su cuerpo, su pelo, su alma: "Huele tan bien..." Una en la derecha, otra en la izquierda. Se seguían miraron, con casi ninguna separación entre sus cuerpos.
-Creo... - dijo Chisato entre jadeos y intentos de recobrar el aliento -que estabas un poco más hambrienta que de costumbre -.
Takina sonrió un poco, entrecerrando sus ojos morados -No es mi culpa – jadeaba también.
- ¿Cómo que no es TÚ culpa? –.
-Es tú culpa por ser como eres – Chisato se sonrojo al escuchar esa respuesta.
-Tú... tramposa – dijo entre dientes, intentando mirar a otro lado. Pero de pronto, unos brazos en la parte trasera de su cabeza, agarrándola con gentileza, con amor a una dirección. Takina la acomodo en su pecho, una almohada mas cómoda que las mismas plumas.
-Hace frío, aquí estarás caliente – dijo, como un ángel. Chisato se quedó inmóvil, poco a poco se relajó. Empezó a mover sus brazos también, un abrazo, acariciando esa espalda que, en su trabajo, se veía tan imponente, tan fuerte. Era suave, un ángel sin alas.
-Buenas noches Takina, gracias... por todo – dijo Chisato
-Buenas noches, Chisato, gracias a ti... por ti, no tendré frío nunca más- responde Takina.
-Pero si calor algún día – se ríe Chisato.
-Cállate y duerme-.
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Noche (Chisato x Takina)
Roman d'amourCuando llega la noche, las dos no se tienen que contener. PD: Acá el Twitter del autor de la portada, porfa síganlo que lo quiero mucho y dibuja hermoso, muchas gracias. https://twitter.com/ainamoyoK