Pequeño e inocente Scamander | Newt Scamander x Lectora |

XXXIII

—No, no, —dice divertido —debes abrirlos delicadamente hacia abajo, —hace una demostración de como se debe de hacer —¿lo ves?

—¡Es que está cosa no quiere bajar! —exclamo, mi paciencia estaba culminando.

—Claro que baja, deja de hacer tanta presión, tiene que ser con suavidad. —él no detenía su risa.

Resulta que mientras caminábamos un poco, Newt encontró un campo con flores pero una llamó su atención en particular: unos capullos.

—Me rindo.

—Ven, te mostraré mejor cómo hacerlo. —sonríe y toma mis manos entre las suyas.

—Bien, bien.

—Vas a tomar el extremo de arriba, con la punta de tus dedos —hace una demostración —así, hazlo.

—Listo. —respondo al tomar aquel pedazo del capullo.

—Ahora, con delicadeza y paciencia, vas a ir bajando lentamente, inténtalo.

Sonríe y sentado a mi lado me observa mientras bajo ese trozo.

—¡Mira, si bajó! —exclamo con emoción.

—Solo debías de dejar de ser tan brusca.

—Creí que te gustaba que fuera brusca, Newt... —muevo las cejas en una expresión pícara.

—Ah...

—¡Por Merlin, hubieras visto tu cara! —me suelto a reír a carcajadas mientras sus mejillas se vuelven mas rojas.

—Hey, deja de reírte. —dice avergonzado.

—Bien, bien, ya, dejo de hacerlo. —me rio una última vez y vuelvo a la normalidad, Newt se había curado de brazos —¿Qué pasa pequeño Scamander? —lo veo con una sonrisa —¿Es que acaso el bebé se molestó? —hago un puchero, frunce el ceño.

—No me hables. —gira su rostro hacia otro lado.

—¿Harás un drama? —sonreí arqueando una ceja.

—Jmp.

—¿Ley del hielo? —no respondió —¿Me vas a ignorar así todo el día? —ninguna respuesta —No me hagas hacer cosas que no quieres, Newt.

Me miró de reojo, pero no dijo nada.

Me arrastré hasta su lado y le tomé firmemente del rostro.

—Ah...

—¿Vas a seguir ignorándome? —tragó duro, pero no hubo respuesta —Bien, atente a las consecuencias.

Justo cuando iba a responder, estrellé mis labios contra los suyos.

El contacto es suave al principio, pero se apoya contra mi como si necesitara más, y nos besamos con intensidad. Mis brazos rodean sus hombros y lo acerco más hacia a mi, su mano temblorosa sube lentamente por mi pierna hasta llegar a mi cadera la cual aprieta delicadamente.

Conforme el beso sube de intensidad  empiezo a escuchar como salen de su boca pequeños suspiros, aunque es un poco inexperto me gusta como succiona mi labio inferior, nuestras lenguas empiezan a juguetear una con la otra en una competencia de quien lidera y poco a poco él se va recostando en el césped, quedando yo sobre su pecho.

Me separo un poco para observarlo.

Simplemente hermoso.

Sus labios se enrojecían con facilidad al igual que sus mejillas, sus pupilas se soltaban y su respiración era irregular.

—¿Qué pasa? —pregunta.

—¿Ahora si hablas? —pregunto con una sonrisa burlona y él sonríe avergonzado.

Estaba por besarlo nuevamente, cuando escucho carcajadas del otro lado de unos árboles, me quedo mirando hacia ese lado.

—¿Qué pa- —cubro su boca con mi mano y le indicó que guarde silencio.

Alcanzo a ver dos personas a lo lejos.

Es un chico y una chica, mismas estaturas.

—¡Harry, me haces cosquillas!

Ah, solo se trata de esos dos.

—Mejor volvamos al castillo, estos dos van a dudar un tiempo aquí. —dije, poniéndome de pie y dándoles una última mirada, ya se estaban besando.

Haré como que no vi nada...

—Oh, está bien.

Empezamos a caminar tranquilamente hacia el castillo, empezaba a helar.