Único Capítulo

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En el pueblo de Wendigo, se dice que existen criaturas peligrosas muy extrañas, criaturas parecidas a unos conejos, solo que estos eran de color completamente negro y en su rostro solo tenían un ojo gigante, seguido de de una sonrisa macabra. Muchas de las personas en ese pueblo dicen que son conejos corrompidos por el mal, y que si alguna vez se ve uno, evite todo contacto y huya lo más rápido posible.

Adam era un niño que vivía en ese pueblo, junto con sus padres y sus 2 hermanos. Desde que era muy niño, la vida de Adam era un total infierno, él no entendía porque su familia entera lo trataba mal, su hermano mayor sobre todo, él era quien lo golpeaba todos los días sin razón alguna además de que lo insultaba, Adam no entendía, su hermano tenía todo lo que él anhelaba, entonces porqué?

-"¡¿PORQUÉ?! ¡¿QUÉ HE HECHO MAL?!"

Eso era lo que se repetía Adam todos los días de su vida, mientras lloraba, sin parar.

Eventualmente Adam tuvo que crecer, y sus hermanos también, pero eso solo empeoró más las cosas. Ahora su hermano mayor decía mentiras sobre Adam a sus amigos y a sus familiares, pero cuando Adam decía que todo lo que su hermano decía era mentira, nadie le creía, Adam no lo entendía, porqué le creían todo a su hermano y no a él?

-"¡¿PORQUÉ?! ¡¿QUÉ HE HECHO MAL?!"

Se volvía a repetir Adam así mismo, todos los días.

Un día, Adam no lo soportó más, y decidió acabar con su propia vida, salió corriendo de su casa hacia el bosque, corrió lo más rápido que pudo, estaba lleno de ira con los ojos llenos de lágrimas. Adam de tanto correr se topó con un acantilado, era el escenario perfecto para acabar con todo. Adam se preparó para saltar, pero para su sorpresa, no podía hacerlo, un pensamiento fugaz pasó por su mente en ese instante.

-"No quiero morir..."

Es lo que dijo Adam, de repente se empezó a reír pero al mismo tiempo lloraba.

-"No quiero morir...pero tampoco quiero vivir así...qué debo hacer...?"

Adam estaba totalmente desorientado, no sabía que hacer. De pronto, Adam escuchó una voz detrás de él.

-"Tal vez yo pueda ayudarte."

Era una voz chillona, como la de un niño pequeño, cuando Adam se giró, lo vió, era uno de esos conejos corrompidos por el mal, como decían las historias de los pobladores de Wendigo. Adam se quedó atónito, no sabía que hacer, que decir o como reaccionar, de repente Adam se dijo así mismo:

-"Si vas a matarme, hazlo de una vez, no me resistiré, no tengo nada que perder..."

El conejo se quedó viéndolo fijamente con ese ojo gigante que tenía, pero no dijo nada. De pronto, el conejo empezó a brincar hacia otra dirección, Adam por alguna razón, sentía que tenía que seguirlo.

Adam empezó a seguir al conejo por todo el bosque, casi por 1 hora, el conejo brincaba muy rápido y Adam lo seguía rápidamente. Luego de un rato, el conejo se metió dentro de una cueva, a Adam le daba mala espina pero aún así lo siguió. Al entrar, todo estaba muy oscuro, Adam no podía ver nada así que sacó su celular y encendió la linterna, al hacerlo, se encontró con una cantidad inmensa de conejos similares, todos mirándolo con ese ojo gigante que tenían.

Adam tenía muchos sentimientos mezclados, sentía miedo, tristeza, enojo, confusión, no sabía como reaccionar. De pronto, uno de los conejos se acercó a él y le entregó algo, era una máscara, una máscara con un ojo gigante en medio, similar a los ojos de aquellos conejos, de pronto, se escuchó la misma voz de antes resonando en toda la cueva.

"Póntela."

Fue lo que se escuchó, Adam tenía dudas pero por alguna razón confiaba en aquellos conejos, al ponérsela cayó inconsciente al instante.

Wendigo: AdamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora