Estaban por dar las seis de la mañana, para ese entonces Dazai ya tenía todo preparado para antes de partir a su trabajo.
Desde hace un año que sus horarios habían cambiado, un giro inesperado para sus compañeros de trabajo, y claro, un gran nivel de dificultad para el mismo y su pareja.Cada amanecer, Dazai logra escuchar los balbuceos que emanan de la habitación contigua, un espacio compartido con Chuya. Una sonrisa se desliza por sus labios, una anticipación de felicidad ante la identidad de la creadora de esos sonidos: los primeros intentos de su pequeña por entablar conversaciones, un lenguaje lleno de misterio para cualquier adulto, pero de gran significado para él.
A sus siete meses de vida, la pequeña muestra una vitalidad sorprendente. Sus ojos curiosos ya son capaces de seguir el movimiento de las personas, y su risa bulliciosa llena cada rincón de la casa. Para algunos, es una versión en miniatura de Chuya, un reflejo de sus características únicas. Dazai asiente en acuerdo; solo la hija de Chuya podría albergar tanta determinación en un cuerpo tan diminuto, aunque, como es natural, esta determinación se manifiesta en episodios selectos.
A lo largo del día, la bebé tiende a encontrar serenidad, entregándose plácidamente al sueño en los brazos de cualquiera que la sostenga, con una excepción, los brazos de papá Chuya. La semana apenas les concede tiempo para compartir, haciendo que esos raros momentos juntos se vuelvan aún más preciados y anhelados.
Con cuidado, la pequeña es acomodada en la silla especial, una periquera seleccionada por Koyou hace algunos meses como un obsequio para su sobrina. Presenta un diseño encantador, con un tono blanco que adorna los lados y la base, contrastando con el tono lila que domina el asiento.
Con meticulosidad, Dazai dispone la papilla de zanahoria sobre la mesa, estratégicamente ubicada cerca de él. Esta elección revela una lección aprendida, rememorando el incidente previo en el que, al intentar dejar la papilla al alcance de su hija, esta desafortunadamente acabó en el suelo, marcando una anécdota que más tarde contaría a Chuya. La medida de situarla con precaución es una demostración de la atención y cuidado que Dazai dedica a evitar contratiempos similares, proporcionando así un entorno más ordenado y tranquilo para la experiencia alimentaria de su hija.
-Yuko-chan, di ahhh -dijo, jugueteando con el movimiento de la cuchara.
En respuesta, Yuko agita emocionada los brazos, como si cada cucharada fuera un premio especial. La papilla ya encuentra su camino hacia su boca dónde se pueden ver los primeros dientes.
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𝑪𝒉𝒐𝒄𝒐𝒍𝒂𝒕𝒆 𝑨𝒛𝒖𝒍- 𝑪𝒉𝒖𝒛𝒂𝒊
Fanfiction𝘠𝘰𝘬𝘰𝘩𝘢𝘮𝘢 𝘴𝘦𝘳𝘢 𝘵𝘦𝘴𝘵𝘪𝘨𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘤𝘳𝘦𝘤𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘶𝘯𝘪𝘰́𝘯 𝘮𝘢𝘴 𝘴𝘰𝘭𝘪𝘥𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘢𝘨𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘺 𝘮𝘢𝘧𝘪𝘢. 𝘚𝘰𝘶𝘬𝘰𝘬𝘶 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘱𝘢𝘥𝘳𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘣𝘦𝘳𝘪𝘢 𝘴𝘦𝘳 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘥𝘪𝘷𝘦𝘳𝘵𝘪𝘥𝘰 ¿𝘯𝘰 𝘤...