•Devil in her heart•

-Capítulo 1-

Alex era una chica rebelde, jamás estuvo de acuerdo en los ideales que sus padres tenían para ella, ni tampoco como todo el mundo la tenía etiquetada. Provenía de una familia bien acomodada, por lo tanto, ella tenía que cumplir con ciertos estándares. Tenía que ser bien portada, impecable en su aspecto y en su comportamiento, tenía que ser abogada como su padre, y una mujer de bien y buena esposa como su madre.

No concebía el hecho de verse así a futuro, jamás planeó un itinerario para cada fase de su vida, y como era de esperarse, sus padres no aprobaron tal decisión.

A los 18 años, ni un día más, Alex se fue de la casa de sus padres, tenía suficientes ahorros como para mantenerse bien por algunos meses, y sobre todo, contaba con verdadero talento para la música, lo que le abrió paso para obtener trabajo en ciertos lugares.

Pero había algo más, la gente a su alrededor no se explicaba como no había tenido ningún novio desde Jeff.
Era increíble porque dado a su belleza, muchos estaban tras ella, pero lo cierto era que su corazón estaba cerrado.

La vida le había jugado muy malas pasadas.
¿Quién no ha pasado por una mala relación? Quizá todos lo hemos hecho pero, el caso de Alex era distinto. Tras la fuerte pelea que había tenido con sus padres la noche que se fue, se refugió en casa de su mejor amigo, Jeff. Él había estado toda su infancia con ella, y hasta ahora la apoyaba incondicionalmente, o así lo pensaba ella. Con el paso del tiempo se enamoraron, fue la relación mas hermosa que ella jamás hubiese pensado tener, todo parecía ir de maravilla hasta que aquel viernes, luego de llegar del trabajo con su guitarra al hombro, encontró todas sus maletas fuera de la casa que compartía con Jeff, se quedó atónita. Rebuscó las llaves de la casa en su bolso y prosiguió a abrir la puerta, después de varios intentos y casi doblar la llave, se dio cuenta que habían cambiado la cerradura. Entrando en desesperación asomó su rostro por las ventanas de aquel lugar, sin pistas de que hubiese alguien ahí.
Con la cabeza llena de confusión se encontró con un papel doblado debajo de una de las maletas, era de Jeff, ella conocía su caligrafía perfectamente.

"Siento mucho tener que hacer esto, pero ya no quiero estar contigo, he conocido a alguien mas y la he traído a vivir conmigo, perdón por no darte la cara, no podía soportar verte triste, sé que estarás bien, tú eres fuerte.
Lo siento."

Hizo el papel pedazos, cogió todas sus maletas como pudo y caminó tirando el papel al viento y junto con el y cada una de sus lagrimas, desechó sus sentimientos, la única persona que ella amaba, en la que confiaba ciegamente le había fallado de la forma mas cruel, pero seria la primera y ultima vez. Se juró, que pasara lo que pasara, ella jamás volvería a abrir su corazón.

**
-Vamos John, si no volvemos Epstein nos colgará, sabes que se esta volviendo muy estricto desde que nuestras canciones están comenzando a tomar éxito. -Dijo Paul tratando de detener a John.

-Solo necesito un maldito respiro, ir a un bar, una cerveza o algo, estar ahí encerrados grabando me exprime el lado creativo.

-Es cierto Paul, un poco de diversión no nos vendrá mal. -Objetó George.

Paul solo se limitó a alzar los hombros y seguir a John. Los cuatro muchachos caminaron un par de minutos sin rumbo alguno hasta que dieron con un bar. John no lo pensó dos veces y entró al recinto.

El lugar era pequeño pero aceptable, estaba abarrotado de gente que bebía y fumaba animadamente, habían tomado asiento en una de las mesas que estaban casi frente al escenario, en el se encontraba una silla y un micrófono. Los cuatro pidieron una cerveza y miraron al escenario.

-Veamos que escoria saldrá a tocar basura. -Espetó John mientras le daba un trago.

-Sea lo que sea será mejor que estar encerrados haciendo nada. -Intervino Ringo.

Minutos después, de uno de los laterales del escenario, salió un señor alto, delgado y simpático, se colocó frente al micrófono y tomó la palabra.

-Con ustedes, una de las almas mas talentosas que ha pisado este lugar, interpretará su última canción antes de tomar un merecido descanso.

Dejó el micrófono nuevamente en su sitio y una figura femenina salió de el lateral contrario.
Tomó su guitarra y prosiguió a tocar una balada lenta.
Era increíble lo que ella transmitía en el escenario, simplemente te hacia estremecer, tenía una presencia fuerte sobre el escenario, su voz era melodiosa y preciosa, te envolvía totalmente con cada nota y palabra que ella destilaba.

-Wow, ni escoria, ni basura Lennon, tienes que admitir que es buena. -Comentó Paul.

-Y muy bonita. -Agregó Ringo sin dejar de mirar el escenario.

Y era cierto, su cabello era rojo, un rojo vibrante y precioso, su piel era tan blanca y se le veía delicada, sus ojos parecían cambiar conforme las luces cambiaban, a veces verdes, a veces miel, pero siempre tan envolventes, su porte era fuerte y ella parecía un completo misterio.

John estaba pasmado, había dejado su cerveza de lado solo para concentrarse en tan bella mujer, para dejarse envolver en su canto y que no lo distrajera nada más.
Sin embargo, toda esta ensoñacion terminó luego de que el público estallara en aplausos, la chica había terminado su presentación y se había retirado del escenario.

-Es hora de irnos Lennon. -Dijo Paul tras darle su último trago a la cerveza.

-Espera solo un momento, tengo que saber quien es.

-¡Lennon! ¿Qué rayos haces?

John se levanto de la mesa y atravesó el lugar en busca de la chica, pero de ésta ya no había ni rastro en el escenario. Un par de chicos estaban ahí charlando animadamente hasta que John los interrumpió.

-Disculpen pero, ¿quién era ella?

-¿La chica que cantaba? Es Alex VanderElst, lleva poco más de dos años cantando aquí, lo mejor que ha tenido el lugar. Además es bella, pero no te hagas ilusiones amigo, es imposible que se fije en alguien.

-Nada es imposible. -Musitó John. -Como sea, gracias por la ayuda.