Cap. 3

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Momo notó algo raro en su amiga.

- ¿Estás bien Nayeon?

- No - contestó fríamente - no estoy de humor, Momo.

- ¿Quieres ir a golpear a los de secundaria? - Momo sonrió - sería divertido.

- Golpea pubertos sola.

- Nayeon, desde el otro día estás rara... ¿por qué? - de verdad le preocupaba su "amiga", ella la quería pero Nayeon no parecía ver a Momo como algo más, a pesar de saber la verdad.

Nayeon recordó una Mina, apretó los puños y se levantó.

- Momo, perdóname - abrazo a su amiga - se lo que sientes por mi, pero yo no siento lo mismo.

Momo luchaba por contener las lágrimas.

- Entiendo.

- Voy a hacer algo que te va a doler - Nayeon se separó de ella - de verdad perdóname.

- Te perdono - Momo la abrazo rápidamente - eres libre de hacer lo que quieras, solo somos amigas... nada más.

Nayeon corrió dentro del colegio. Momo corrió en sentido contrario, se escondió detrás de una pared y dejo salir aquellas lágrimas que pedían salir a gritos de ella.

- ¿Estás bien? - Momo levanto la mirada, Minatozaki Sana estaba mirándola.

- ¡Que te importa! - la empujó suavemente y se llevó las manos a la cara - ¡Déjame sola, Sana!

- Discúlpame, señorita Momo Hirai.

- ¿Qué? - Momo se levantó del piso.

- Tu dijiste el otro día que para nosotros eres, "Señorita Momo Hirai"

- ¿Y tú qué eres para mí? - pregunto Momo limpiándose las lágrimas.

- Yo-Sana - la rubia sonrió ampliamente, Momo soltó una pequeña risa.

- ¿Yo-Sana?

- ¿Ves? - Sana busco en su mochila, saco un pañuelo y limpio la cara de Momo - no es tan difícil sonreír de vez en cuando ¿Verdad?

- No - Momo limpio sus ojos y devolvió el pañuelo, pero Sana se lo devolvió - ¿Qué haces?

- Quédate lo, es muy útil.

- Pero es tuyo.

- Tengo muchos - Sana desató un perrito de peluche de su mochila - toma, el es mi mejor amigo, su nombre es Lucho, cuando lo necesites habla con él, llora con él, abrazalo a él. Ojalá te guste mi humilde regalo.

Momo abrazo a Sana.

- Gracias, me haz hecho sentir mejor - le mostró el perrito a Sana - Lucho está en buenas manos.

Momo sacó de su bolso una pulsera con un número de teléfono.

- Toma - le puso la pulsera - cuando me necesites llámame a este número.

- ¿De verdad? - Sana estaba sorprendida.

- Si, no eres la perdedora que creía que eras - Momo sonrió.

- ¡Gracias, señorita Momo Hirai!

- Momo - dijo riendo.

- Gracias, Momo - el timbre sonó - ¡Debo ir a clases! Adiós Momo.

- ¡Adiós Sana! - grito antes de que Sana saliera corriendo por el pasillo.

                                        (...)

Corría por el pasillo, buscando a la chica pelirroja, por la que lloraba algunas noches, por la que había rechazado a Momo. Diviso su figura al final del pasillo.

- ¡Myoui Mina! - grito desesperadamente.

La chica buscaba quien la llamaba, cerró su taquilla y camino al frente.

- ¡Espera, Mina! - se detuvo.

Mina giro molesta.

- ¡¿A qué vienes?! - le dijo molesta - ¿A molestarme de nuevo?

- No - la tristeza invadió a Nayeon de repente - escúchame.

- Déjame, no tengo nada que escuchar.

Nayeon la tomo de la mano.

- ¡No te vayas! por favor...

- ¿Qué quieres? - Mina se cruzó de brazos.

Nayeon la tomo por la cintura y planto un beso en los labios de la chica. Mina la empujó y salió corriendo por el pasillo.

La sonrisa de Nayeon se hizo más grande, lo había logrado. Momo la odiaría si se enterara.

Mina entro al baño, se recargo en el lavabo, su cara quemaba. Por alguna razón estaba llorando.

- ¿Por qué me haces esto, Im Nayeon?, el único error mío fue enamorarme de ti - se dejó caer al piso.

ɪɴᴀʟᴄᴀɴᴢᴀʙʟᴇ [ᴍɪɴᴀʏᴇᴏɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora