IV

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Narra Billy M.

Mamá y la abuela habían acompañado a Yelena al hospital donde llevaban a Natasha porque se había caído dormida o eso nos dijeron para no preocuparnos, lo que significaba que el abuelo Jack nos cuidaba

—oye ¿qué tal si entramos al cuarto prohibido?

—no seas tonto Tommy la abuela dice que no debemos entrar ahí

—¿pero no te da curiosidad de saber qué hay del otro lado?

—no

—no seas aguafiestas, ven hay que entrar

Y como era de esperar mi hermano entró en aquel cuarto y yo terminé siguiéndolo, el cuarto estaba casi a oscuras, la luz de la ciudad y de una lámpara de luz amarilla iluminaba lo poco de aquel cuarto hasta que mi hermano decidió prender la luz

—oh es una señora

—¿qué hacen aquí?

—nosotros vivimos aquí ¿que hace usted aquí?

—mis hijas me tienen aquí porque no me dejan que regrese a Long Island

—¿porque tiene ese pañuelo en la cabeza?

—es porque el medicamento de mi enfermedad me hace perder mi pelo

—¿qué clase de enfermedad hace que el medicamento le tire el cabello?

—el cancer

Mi hermano y yo palidecimos cuando ella nos dijo aquella enfermedad, en la escuela nos habían hablado del cancer y que muchas veces las personas que lo padecían terminaban muriendo

—¿se va a morir?

—mis médicos no han dicho nada todavía

—un segundo ¿y cual es su nombre?

—Melina Romanoff

—¿podemos llamarla abuela?

—¿o abuela Melina?

—o si prefiere abuela Romanoff

—como ustedes prefieran pequeños

Narra Natasha

Empezar con la quimioterapia era lo que más me preocupaba en este momento ¿cómo iba a costearlo si con mucho trabajo apenas mi hermana y yo podíamos pagar el tratamiento de nuestra madre, el que yo también ocupara no era mas que una carga. El rostro de Wanda reflejaba confusión ¿porque debía yo recibir quimioterapia si mi madre es quien estaba enferma? En efecto no le dije que yo dé igual manera estaba enferma de leucemia

—no puedo, con trabajos tengo para pagar el de mi madre... ya que ella esté mejor iniciaré yo

—señorita Romanoff si espera para el tratamiento los niveles de la leucemia pueden avanzar rápidamente

—ella va a comenzar inmediatamente con su tratamiento doctor

volteé a ver a Wanda quien me observaba de forma seria, el doctor dijo que enviaría a una enfermera que me enviaría al ala de cancer, yo rogaba al dios que escuchara que el doctor se quedara y no me dejara a solas con ella ya que no estaba lista para enfrentarla. Desgraciadamente estas cosas no suceden y él se fue dejándome a solas con ella

—¿porque no me dijiste que también estabas enferma?

—por que sabía que querrías que comenzara con el tratamiento y no tengo dinero suficiente para el mío y mi madre es mucho más importante

—tu también eres importante... además no es necesario que tú pagues yo lo haré!

—¿porque harías eso? No es tu batalla!

—pero me importas ¿ok?! Si tal vez no fue buena idea enamorarme en cuanto te vi pero emos salido muchas veces durante esta semana

—¿como puedo gustarte si no me conoces?

—no te conozco a fondo pero si hay muchas cosas que sé de ti que me dijiste en la semana y no pienso ver como te dejas morir

Después de aquellas palabras fui llevada sin rechistar hasta aquella sala con asientos donde me darían el medicamento; en el lugar había desde niños hasta adultos mayores, solo verlos me dio un escalofrío. Me senté donde me indicaron, Wanda pasa solo unos minutos después ya que de los pacientes que había visto la mayoría estaban acompañados por alguien mientras una enfermera encuentra la vena para poder pasar la quimioterapia tomó la mano de Wanda con mí única mano libre ya que estaba cada vez más nerviosa; cerré los ojos cuando el líquido comenzó a entrar pero lo peor fue que no pasó mucho cuando termine vomitando en un cubo que afortunadamente me habían dado antes de ingresar el líquido por mi sangre, cuando termine me recosté en aquel asiento esperando a que pasará todo el medicamento. Wanda se la pasó a mi lado en todo momento, no decía nada pero el silencio y su compañía
era todo lo que agradecía en ese momento.

Tras el medicamento regresó al penthose Bishop, Natasha se saltó parte del día ya que se había quedado agotada y solo quería dormir así que se dirigió a su cuarto para entregarse a Morfeo.

Un par de ojos azules, una brillante sonrisa y el pelo castaño invadieron mis sueños... ya tenía mucho tiempo sin pensar en ella, su mano se estira hacia mí "ven conmigo Natasha" su voz azota mi memoria es como si aún estuviera aquí, estiro mi mano para tomar la suya. Fría. Su tacto es frío pero aún permanece aquella sensación de electricidad, sonríe mucho mostrando su hilera de dientes blancos  "Maria" susurro entre sueños su nombre... llamándola... cuando suelta mi mano comienza a alejarse cada vez más y yo no puedo alcanzarla.

Despierto sudando, son las 6:45 de la mañana, me dispongo a tomar un baño notando como me han caído unos mechones de pelo; tomó unas tijeras y corto lo suficiente terminando por tenerlo a la altura de la barbilla. Tomó un suéter y salgo del edificio en completo silencio; por suerte el cementerio no esta muy lejos como para ir a pie. Me paseo entre las lápidas, algunas de ellas con nombres y otras con nombres ya nada legibles debido a los años que tenían aquellas....
Finalmente llegó a su lápida, acarició su nombre Maria Hill tallado en piedra, suspiró y me pongo de rodillas frente a ella

—ha pasado mucho desde la última vez que vine... mamá sigue en tratamiento... Yelena y yo trabajamos muy duro como guardaespaldas. Primero trabajamos para la familia Grey y ahora trabajamos para los Bishop... el trabajo es muy demandante por eso no había podido venir, las chicas están increíbles Kara ya tiene un corazón que se adaptó a ella... sobre mi repentina aparición... hace poco me diagnosticaron leucemia también y comencé con quimioterapia... cuando mamá fue diagnosticada y yo también sentí mucho miedo... verte a ti sufriendo y perdiendo la batalla fue aterrador... ahora estoy en tu lugar y tengo miedo a morir.

Me permití llorar un poco antes de limpiar mis ojos para regresar al penthouse de los Bishop, al llegar Yelena estaba desayunando y Wanda estaba a su lado, en cuanto entre sus ojos se posaron en mi

—¿donde estabas? Tienes que desayunar, pronto tendrás quimioterapia

—la fuiste a ver... ¿cierto sestra?

—la última vez que la vi... fue cuando diagnosticaron a mamá

—¿que está pasando?

—fui a ver a mi primer amor... ella murió cuando teníamos diecisiete años... cancer de hígado

Flores de invierno: Con amor Natasha Romanoff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora