A veces llega un punto en donde te es complicado o difícil convivir con alguien, a tal punto que llegan momentos en donde la presencia de esa persona te genera ansiedad y mucho estrés, lo peor no es eso, lo peor es cuando esa persona se trata de un pariente cercano o en todo caso tú propia madre o padre, el sólo ver su presencia te genera incomodidad y ganas de salir huyendo, odias ese sentimiento porque se supone que es alguien a quien quieres, pero no, simplemente quieres huir, gritar, la mínima palabra de esa persona ya te pone de mal humor, y sólo quieres regresar a tu cama y dormir, quieres gritar, llorar pero sabes que ayer fue lo mismo, y no quieres pasar por lo mismo ahora, mejor mañana, así que escribes tu dolor, tu incertidumbre para calmar esa ansiedad, ese fuego que poco a poco quiere quemar, pero logras apagarlo, aunque sabes que siempre queda una chispa que dentro de poco te va a tocar apagarla nuevamente...
ESTÁS LEYENDO
Azul y otros colores
Non-FictionPorque escribir es una salida de la realidad y al mismo tiempo una forma de liberación... cortas palabras pero llenas de todo y al mismo tiempo de nada....
