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La bebé en brazos de la alfa permanecía con su adorable ceño fruncido y un pucherito que paulatinamente se llenaba de babita que era limpiada por su madre. No pueden culparla porque aún no sabe cómo se manejan las glándulas salivales, pero lo que sí sabe es que se sentía tan tonta con esa capucha con el diseño de la cabeza de un mono. Cuando bajaron del auto su mami insistió en que así se veía más adorable, su mamá Yujin concordó, lo más probable es que fuera solo para complacer a su esposa.

"¿Por qué insisten en ridiculizar a su propia bebé?"

—Mírala, está molesta —señaló Wonyoung, quién reía por la cara seria de su hija, Yujin de inmediato buscó la carita de la pequeña en sus brazos teniendo la misma reacción que su omega.

—Es una bebé muy seria, siempre tiene esa cara —comentó la alfa, que tomaba una de sus manitas para agitarla, con intenciones de hacerla reír pero no obteniendo este resultado.

"¿Acaso crees que tengo cuatro meses? Porque era en ese tiempo que eso me hacía reír, mamá"

—Es una amargada en miniatura —dijo Yujin, recibiendo un empujoncito de Wonyoung.

Esta vez fue la omega que con su dedo índice acarició la naricita de la bebé y esta soltó una pequeña carcajada.

"Mami sabe que mi debilidad de este mes es la nariz, siento cosquillitas" 

—¡Oye! Creo que Leeseo tiene favoritismo —se quejó la alfa, mientras retomaba su caminata hasta la casa de enfrente.

—Es una cachorrita, Yujin, ni siquiera sabe lo que es favoritismo.

"Eh..."

Apuraron su paso pues se estaban tardando en llegar a la casa donde harían su visita, al llegar tocaron el timbre y después de hablar con Gaeul en el intercomunicador la puerta les fue abierta automáticamente por el sistema de seguridad de la casa.

—Recuérdame instalar un sistema así en casa —susurró la alfa, cambiando a la bebé de brazo.

Las Ahn de inmediato fueron recibidas por la omega que vestía ropa bastante cómoda, las ojeras ya estaban presentes en sus ojos pero aun así mantenía una sonrisa radiante, añadiendo su increíblemente dulce aroma maternal, que hacía a Hyunseo acurrucarse en el pecho de su madre entre bajitos suspiros, estaba sintiéndose completamente arrullada.

"¿Qué es esto? Huele como a mami pero más fuerte"

—¡Gaeul! ¿Cómo puedes estar parada ya? Apenas hace cuatro días fue el parto —exclamó Wonyoung, no sabía si se trataba de exageración.

La omega se rio un poco por la histérica de su amiga, desde que Hyunseo había llegado a su vida, aquel lado protector envolvía a todo su grupo de amigas.

—Tranquila, ya me siento bien como para estar de pie, no estoy paralítica —respondió la otra omega —Pero claro, hace cuatro días que no sé lo que es dormir.

Wonyoung pudo entender eso.

—No subestimes el dolor del parto, fue lo peor que experimenté, sin ofender, bebé —tomó la manita de la bebé acurrucada en el pecho de su mamá.

"¿Que yo qué?"

—Bueno, cada parto es diferente, supongo —respondió la anfitriona —Uh vamos ahora que mi bebé está despierta, quiero que Leeseo la conozca.

La bebé, al escuchar su nombre, levantó su cabecita interesada, ¿conocería a su primita? Uh, de haber sabido eso no se hubiera cagado antes de venir para retrasar a sus madres, y sí, justo después de que la hubieran bañado.

—Oh, sí, sí, Leeseo nunca interactúa con otros bebés —comentó la omega mayor, siguiendo con emoción a su amiga.

La casa de Gaeul era realmente bonita, muy moderna pero sin dejar de lado un toque ameno y hogareño, pero claro, en solo cuatro días ya se había llenado de cosas de bebé regadas por diferentes partes del lugar, ropita, juguetes y demás...

''Y lo que le espera...'' —pensaba Wonyoung.

Llegaron a una habitación que se encontraba con la puerta abierta, se podía reconocer como la habitación principal. Allí en la gran cama se encontraba un muro de almohadas, en medio de ellas un pequeño bultito que respiraba con tranquilidad, olía a leche y talco, era una escena que llenaba sus corazones.

Al contrario de lo que dijo Gaeul, la bebé se encontraba dormida, quizás ocurrió en el momento que su madre salió a recibirlas.

—Oh, se durmió —dijo la omega haciendo un puchero.

La familia se acercó lo suficiente para tener una mejor vista del bebé, un pequeño cuerpecito, vestía un trajecito de color lila, el gorrito le quedaba un poco grande haciendo que su ternura se destacara un poco más, era simplemente hermosa.

—Mira, amor —La típica voz aniñada de Wonyoung llamó la atención de Hyunseo, quien siguió el dedo de su mami que señalaba a la cosa que reposaba en la cama.

"¿Esa cosa es mi prima? ¿No te pudieron dar otra, Gaeul? ¡Esta es muy pequeña! No sirve de nada." 

Yujin casi de inmediato la sentó justo dentro del cuadro formado por el muro de almohadas, muy cerca de la recién nacida, la alfa continuó con sus manos alrededor de la pequeña, había que ser precavidas, nunca se sabe cómo reaccionará un bebé.

—Leeseo, esta es tu primita, la que estaba aquí —habló con voz dulce Gaeul y tocó su vientre vacío —te presento a Chaewon.

Por un momento, la pequeña Ahn estudió a la bebé frente a sus ojos. Imposible, era demasiado pequeña como para servirle, entonces eso de la prima había sido un fiasco.

Luego todo sucedió muy rápido, las traviesas manitas de Hyunseo habían tomado el gorrito lila que descansaba en la cabecita de Chaewon, exaltando a la pobre bebé que de inmediato se puso a llorar, y escucharon el jadeo que soltó Gaeul con preocupación.

Las Ahn estaban muy apenadas, mientras que la pequeña Hyunseo reía sacudiendo el gorrito en sus manos.