Te amo y te amaré

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Decir que Felix y Hyunjin eran amigos sería quedarse corto, esos dos niños que vivían rodeados de flores de todos los tipos y colores eran la perfecta definición de almas gemelas, compartían secretos, risas y momentos que perdurarían toda la vida en sus mentes. Tenía solo seis años y un enorme campo en el cual correr, solo el sol y el cielo eran testigos de los inocentes y más puros sentimientos que comenzaban a crecer en el pecho de un pequeño rubio con decenas de pecas en la cara.

Ambos estaban en su lugar predilecto cómo favorito, un pequeño riachuelo de agua muy fría dónde también podían encontrar pequeños insectos a los cuales Hyunjin temía pero aún así amaba pasar sus días jugando con el otro chiquillo.

-Hyunie ¿Cuando seamos grandes también seguiremos estando juntos?- una pregunta tan inocente como sus ojos brota de los labios del más chico.

-Claro que si Lix, seremos amigos para toda la vida- dice el mayor con una sonrisa que contagia al contrario -Es una promesa.

Ese dulce pacto fue cerrado con risas a las cuales les faltaban un diente y una de las tantas flores adornó el cabello sedoso del más pequeño de los dos.

-Te amo muchos Hyunjin.

-Y yo a ti Felix.

Y no había sido una mentira, ambos niños crecieron juntos hasta convertirse en dos adolescentes bastante atractivos aunque tan distintos de personalidad, como una orquídea y un tulipán hermosas pero cada una tenía su propio brillo, mientras que Hyunjin se había convertido en alguien muy social, personas a su alrededor no le faltaban, Felix terminó siendo mucho más tranquilo y con un grupo reducido de amigos aunque eso no significaba que su amistad y cariño hubiera disminuido.

Eso es lo que Felix quiso pensar.

Pero ese sentimiento que quiso que se quedara en su niñez lo siguió acompañando hasta la edad de dieciséis años cuando se dió cuenta que quería que quería pasar mucho más tiempo con Hyunjin, tal vez fue que se dió cuenta de la suavidad del tacto del mayor cuando acariciaba sus mejillas de manera inconsciente o que la usual sonrisa que veía todos los días ahora le parecía la más hermosa de todas.

Eran sentimientos nobles aunque estos le causaran un enorme malestar en su pecho, una sensación de no poder respirar cada que veía a Hyunjin coquetear con alguien y con ese alguien se refería a un chico de ojos tan lindos como los de un zorro, de piel pálida y sonrisa atrayente. Claro que Felix se había dado cuenta de cómo la mirada de su amigo seguía de largo cada que aquel muchacho pasaba por su lado cuando lo esperaba a las afueras de la escuela para regresar juntos a casa.

La incomodidad en su pecho seguía creciendo a pasos agigantados.

Quería confiarse, no desistir de sus pensamientos y seguir creyendo fervientemente que Hyunjin le contaría cualquier cosa que estuviera pasando en su vida, aunque cada vez notaba como su amigo pasaba menos cantidad de tiempo en su habías y que sus horas de llegada pasaban de las diez de la noche.

Pero no decía nada, prefería observar a ambos desde lejos pues nunca se creyó capaz de confesar todo lo que su corazón guardaba de forma recelosa. Sufriendo de manera silenciosa.

Un enorme error que debió nunca haber cometido, las ramificaciones de una hermosa y letal planta comenzaron a crecer, siendo la prueba suficiente para saber el poco tiempo que aún quedaba.

Pero era terco y él también esperaba que sus sentimientos fueran correspondidos de la nada ¿Cómo decirle? Solo era un chico enamorado en plena juventud.

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Fue esa mañana después de colocarse su usual tapabocas negro que recibió un mensaje de texto que abrió con rapidez al ver al remitente.

Flor de invierno [HyunIn/HyunLix] One Shot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora