Tres años pasaron. El adolescente, casi adulto, de diecisiete años se encontraba en el sótano intentando acomodar los pedales de la bicicleta. Se quedó ahí un largo rato, empezando a buscar ahora algo con que inflar las llantas.
-¡Pa! -Llamó, pero no obtuvo respuestas. -¡Papá!
Otro silencio.
Suspiró y decidió buscar mejor él solo, moviendo las cosas, quitandolas con las telarañas, abriéndose paso entre cosas viejas hasta escuchar un golpe seco. Se movió y un par de cosas cayeron, una caja de cartón que rodo a sus pies.
La levantó dispuesto a volver a acomodarla, pero sintió pequeños golpes dentro de ella. Pestañeo, confundido la bajó, buscando la navaja suiza con la que perforó un poco el cartón, abriendola y quedar en blanco al encontrarlo ahí.
-¿Tae...? -Susurró al tomar el empolvado muñeco que tenía una cara seria, ojos apagados y las comisuras de sus labios hacia abajo. -No puedo creerlo..eres tú. Pero mamá y papá habían dicho que..
Perdió el equilibrio y cayó, pero rápidamente se levantó con el muñeco pegandolo contra si, pasando saliva. Corrió hacia arriba escondiendolo y se encerró en su habitación, buscando algo con que limpiarlo después colocarlo sobre la cama.
-No puedo creerlo... -Jungkook quería llorar. -Todo este tiempo creyendo que te habías ido, pasé meses en depresión y... -Se volteó.
El muñeco no estaba.
-¿TaeTae? -Lo volvió a llamar y volteó hacia atrás, viendo aquel muñeco dentro del armario acostado. Sintió frío, mucho frío.
. . . . . . . .
-¿Todo bien, cielo? -Preguntó su madre suavemente después de notar que jungkook llevaba un par de días callado.
-Sí..solo es el colegio. -Kook veía hacia su comida y no pasó mucho para que la finalizara con rapidez. -Iré a bañarme.
-Jungkook..jung- Quedó con la palabra en la boca cuando el nombrado salió corriendo de la cocina para subir a su habitación.
El menor no dijo absolutamente nada y sencillamente subió, tomando al muñeco entre sus manos para suspirar. Se relamio sus labios y lo escondió con el monto de ropa, yendo hacia el cuarto de baño de su piso que era donde él se bañaba, pero fue detenido por un pellizco en su brazo.
-¡Tae!
Se quejó por lo bajo sobando la parte donde le ardía, mirando al muñeco con el ceño fruncido.
-Sabes que no puedes, tu mirada me pone nervioso a veces, así que no quiero qu- Volvió a chillar cuando otro pellizco más de hizo presente. -¡Esta bien, esta bien!
Saco al muñeco del escondite y lo llevó consigo al baño cerrando la puerta con seguro, dejándolo sentado en la tapa del inodoro. Viendole fijamente.
-Bien, tú ganaste. -Jungkook suspiro. -Solo, por favor, no hagas nada raro.
El menor le dio la espalda al muñeco y empezó a quitarse la ropa con cierto nerviosismo, colocándola de lado cuando estuvo completamente desnudo. Vio hacia el muñeco que ahora tenía las comisuras de su labio para arriba formando una media sonrisa y se había movido de lugar, quedando más cerca, erguido, aunque no se estuviese apoyando en nada.
-¿Quieres que cierre los ojos...? -Jungkook alzó una ceja y suspiro. -Bien.
Ingresó a la ducha y abrió el agua caliente, cerrando sus ojos con lentitud para disfrutar del calor.
Soltó un pequeño suspiro, congelandose cuando sintió unas manos rodearlo. Unas manos heladas sobre su cuerpo, acariciando su espalda."No abras los ojos...no abras los ojos..." Se recordó constantemente.
Se mantuvo quieto, sintiendo el tacto subir a su nuca, por sus brazos, acariciando y erizando todos sus vellos. Las manos moviéndose ahora hacia la zona inferior de su abdomen, acariciando la cadera para volver al inicio de sus glúteos. Sintió caricias allí, caricias morbosas y apretones que le empezaron a hacer gemir.
Sus labios enrojecieron al sentir algo frío tomandolos, sintiendo que se los succionaban, cómo lo ponían brusco contra la pared y un terrible ardor en sus muñecas comenzaba a surgir efecto. No se quejó. No reclamó y tampoco abrió los ojos. Dejó que esas manos lo tocaran, aquellas manos heladas que lo hacían temblar recorrieran sus zonas privadas y amasara...siendo tocado, tocado.
Salió sonrojado del baño con su ropa, con marcas en todo su cuerpo que escondió con su pijama completo y volvió a su cuarto. Cerrando con seguro nuevamente y dejando al muñeco ahora acostado junto a él, viendo la enorme sonrisa en su rostro.
. . . . . . . .
Los gemidos nocturnos apenas se escuchaban, pero dentro de la habitación de Jungkook eran notables. El adolescente se encontraba en lágrimas, sintiendo más manoseo por su cuerpo, dedos tocándole su sensible ano, su erección debajo de los pantalones y más frío en su boca.
-Tae~...d-detente~... -Pidió llorando, pero solo recibió ardor como respuesta. -¡A-ah!
El rechinido en la cama comenzó, como cada noche, como cada madrugada o vez que el menor se encontraba solo. Cerrando sus ojos para dar paso a que lo tocaran, a que hicieran con su cuerpo obscenidades.
Las primeras veces fue extraño, muy extraño. Se sentía dolido, sucio, vulnerable.
Las siguientes, después de casi cuatro meses de que había comenzado, el joven Jungkook era el que se mantenía desnudo toda la noche, mordiendose los labios cuando aquellos toques empezaban, aquellas manos heladas se colavan por su cintura y muslos, apretando la parte interna haciendo que abriera bien sus piernas boca abajo.
-Tae.. -Gemia, sintiéndose más frío, sintiendo su cuerpo doler, pero no le importaba. Estaba perdido en aquel tacto. -Hazlo~...
Gemidos, el sonrojo se apoderaba de él cuando lo hacía, tapándose la boca para no pedir por más. Había veces que duraba toda la noche, que cerraba sus ojos inclusive a veces en clases y llevaba el muñeco en su mochila, sintiendo un frío tacto en sus muslos y en su cuello.
Siempre, se había vuelto adicto a aquel frío tacto que calentaba su cuerpo cada noche.
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El muñeco. 《Taekook》
De TodoJeon Jungkook amaba a su muñeco, y quizás, ese fue su primer error. ❌ PROHIBIDA LA ADAPTACIÓN/PLAGIO DE LA HISTORIA. No sean ratas y inventen sus propias historias.