En un bosque cerca de una carretera, una pequeña familia se encontraba en el nido, un padre, una madre y una pequeña polluela. Vivian felices estando juntos, aun a pesar de la distancia del padre con sus hermanos y padres, la felicidad no faltaba y en sus actos lo demostraba, dando su cariño a toda su familia, aun a la distancia sabía que llegaría.
Pero pasaban tiempos difíciles, su familia tenia una pelea, por culpa de un idiota, el cual ya habia dañado antes a la familia, el señor búho al enterarse fue hasta allá a darle una lección, pero fue detenido por su hermano, él más afectado por ese sujeto, diciéndole que no querría verlo convertido en algo que no es únicamente para cobrar venganza. Con estas palabras, el señor se fue de regreso a su hogar junto a su polluela.
Todo fue bien hasta que un día, su madre le pidió que fuera por ella para ayudarla a llegar a su casa, por lo que al inicio del día, muy temprano, se despidió de su familia y tomo vuelo hacia la dirección del nido de su madre, el viaje era tranquilo, sin contratiempos, ni obstáculos que lo llevaran al peligro, pero se distrajo un momento, vio en esa carretera a un hombre en su auto, un hombre al que por alguna razón cada que pasaba por ahí se encontraban, el humano hizo lo mismo, se miraron por unos instantes, hasta que sintió el golpe contra el árbol.
Mientras caía, pudo escuchar un gran estruendo, no lo vio, pero estaba seguro de que el humano paso por algo similar. Su caída pareció eterna, vio a su familia, su esposa, su polluela, su madre, su padre, sus hermanos. Las lágrimas caían y el solo pensaba en que no llegaría a casa a ver a su hija. Al impactar con el suelo, sintió otro fuerte golpe, escucho el sonido del bosque, mientras escuchaba los autos de los humanos, parecían tener prisa por algo, miro al cielo una ultima vez y comenzo a sentir como todo se oscurecía, como dejo de tener frio o calor, sintió como todo su cuerpo se relajaba y escuchando un susurro cerro finalmente sus ojos.
Por alguna razón sintió ser levantado por unos reconfortantes brazos, se sentía bien, se dejo abrazar por esa sensación, pero recordó a su familia, no quería dejarlas, se preguntaba "¿Qué harán sin mí?", "¿Qué les pasara?". A lo que una voz aterradora, pero a su vez maternal y tranquilizadora le dijo: "Todos estarán bien, nadie te olvidara, estarás en sus corazones, ellos quizás te extrañaran, pero te recordaran con cariño, desde esas veces en las que te cuidaban cuando aprendiste a volar, esas risas que compartiste, lo malos ratos, pero sobre todo ese gran amor y harán lo imposible para que tu esposa y polluela estén bien"
Esas palabras lograron tranquilizarlo y volvió a ser abrazado, esta vez dejándose llevar, quizás con dudas o arrepentimientos, pero sabía que lo que más le importaba estará bien. Miro a su lado y se encontro con ese humano, sonrieron y siguieron su camino.
