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Kahibi: Que has dicho- pregunto exaltada – ¡Acaso estas demente Hiashi! – grito enojada – Como te atreves a querer negar a mi hija, nuestra hija.

Hiashi: Lo estoy haciendo porque la quiero proteger. –

Kahibi: Proteger Hiashi, piensas que negando a tu hija la protegerás.

Hiashi: Claro que lo estaré haciendo, aunque nadie vea tu embarazo y ocultemos el gran poder que nuestra hija tendrá, ella seguirá corriendo peligro al ser nuestra primogénita, querrán secuestrarla para obtener el byakugan de sus ojos.

Kahibi: No entiendo.

Hiashi: Cariño, te iras con mi madre lejos de aquí y tendrás a nuestra hija, pero cuando vuelvas diremos que es hija de una sierva de la segunda rama que se fue contigo y falleció al dar a luz.

Kahibi: Piensas que siendo miembro de la segunda rama no correrá más peligro- dijo enojada por tan mal plan que estaba organizando su esposo – Hiashi sellaran a mi hija si es miembro de la segunda rama y no pienso permitir eso.

Hiashi: Kahibi, Amor, yo haré hasta lo imposible para que ella nunca sea sellada, haré que ella sea criada por ti y sea tu sirviente personal, actuaremos así delante de todos, pero en privado ella sabrá que es nuestra hija.

Kahibi: Estoy en contra de todo lo que has dicho Hiashi- sentencio quebrando en llanto – Mi hija corre un gran peligro y hare hasta lo imposible por protegerla – dijo acercándose con determinación en sus ojos al igual que lagrimas corriendo en su rostro, para con su dedo picar el pecho de Hiashi con cada palabra que decía – Pero te dejare muy claro una cosa Hiashi, No importa si tengo que enfrentar a todo el clan Hyuga o a cualquier aldea, Primero muerta antes que dejar que alguien ponga un solo dedo encima de mi hija.

Hiashi: Lo entiendo.

Kahibi: Me iré mañana mismo- dijo dejando solo a Hiashi en aquella habitación.

Los dos estaban preocupados por el peligro que corría su hija, pero en algo si estaban de acuerdo, primero debían de pasar por encima de ellos antes de que quieras hacerle algún daño a su hija.

Hiashi se encargó de darle la noticia a su madre sobre su partida, agradeció que ella aceptara acompañar a su esposa.

El día siguiente llegó rápidamente, Hiashi había estado toda la tarde del día anterior planificando hasta el mínimo detalle para que su madre y su esposa estuvieran bien en los siguientes meses. El problema fue convencer a su padre de dejar ir a su madre, también les fue difícil ocultarle la verdad, pero sabían que no podían confiar en él.

Kahibi y su suegra estaban en la puerta del clan con cuatro escoltas y dos sirvientas que harían el viaje con ellas hasta el lugar donde se esconderían, delante de ellas están sus esposos.

M/H: El momento de partir ha llegado. - dijo acercándose a su esposo para darle un beso de despedida.

P/H: Aun sigo pensando que es una mala idea que tengan que partir tan repentinamente – dijo comentando su disgusto de ver irse a su amada, aún seguía muy desconfiado del repentino viaje- Además llevan muy pocos escoltas.

Hiashi: No tienes de que preocuparte padre he escogido a los mejores escoltas para el cuidado de las dos – dijo tratando de convencer a su padre, aunque sabía que mentía, ya que los cuatro escoltas y las dos sirvientas solamente eran clones que había hecho.

M/H: Ya cariño, no tienes que preocuparte ya nuestro hijo se encargó de nuestra protección – dijo acariciando el rostro de su esposo – regresaremos pronto.

Kahibi y Hiashi se despidieron con un beso y un abrazo, mismo acto realizado por la pareja mayor.

Emprendiendo camino, mientras se dirigían a la salida de la aldea, Kahibi vio una cabellera negra azulada, una cabellera que conocía muy bien.

Cuando vio el rosto de su amiga no dudo en acercarse a saludar, cosa que fue imitada por ella cuando sus miradas conectaron una sonrisa surgió en ambas.

Xx: Hola Kahibi, señora Hyuga – saludo educadamente a la mayor que estaba detrás de Kahibi, que con una sonrisa devolvió el saludo.

Kahibi: Mikoto – llamo alegremente a su amiga para envolverla en un fuerte abrazo.

Pero un quejido por parte de las dos hizo que se separaran y la señora Hyuga se preocupara por ambas, aunque más por la de embarazo más adelantado.

Cuando el vientre de ambas tuvo contacto provoco una fuerte punzada en ella, por su parte Mikoto sufrió unas pataditas más fuertes de las que su hijo le había dado antes.

Kahibi: Perdóname Mikoto – dijo cuándo el dolor había pasado, claramente preocupada por haberle causado algún daño a su amiga – Me emocione al verte, perdóname tu también pequeño- dijo agachando su cabeza a la altura del abultado vientre.

Mikoto: No te preocupes Kahibi, es normal que se mueva mucho – dijo tranquila, transmitiéndole esa misma tranquilidad a Kahibi –

Kahibi: Si – dijo viendo fijamente a su amiga.

Mikoto: Adelante Kahibi- dijo al darse cuenta del deseo que su amiga tenia – Puedes tocarlo.

Kahibi sonrió en grande extendiendo su mano y posarla en el vientre de su amiga, una corriente recorrió su mano hasta su estómago, asustada la alejo rápidamente, una corriente que Mikoto también sintió.

Las dos estaban asombradas por lo ocurrido, solo intercambiaron miradas tratando de entender lo ocurrido, hasta que la señora Hyuga las interrumpió preguntando si estaban bien, recibiendo una afirmación por ambas.

Kahibi: ¿Cuánto tiempo falta?

Mikoto: Tres semanas ha dicho el doctor – sonrió acariciando su vientre- Fugaku está muy emocionado e impaciente por verlo, al igual que yo.

Kahibi: Ya han elegido un nombre-

Mikoto: Si, se llamara Itachi, Itachi Uchiha- sonrió con orgullo.

Kahibi: Hola pequeño Itachi, hay muchas personas que quieren conocerte ya, yo también estoy impaciente para poder abrazarte, por favor no lastimes mucho a tu madre si, falta muy poco para poder verte así que pórtate bien y nace sano y muy fuerte- dijo hablándole al vientre, provocando una enorme sonrisa en la futura madre, y de igual manera a su Suegra que veía enternecida la escena – Pronto tendrás una amiguita y te pido desde ya que la cuides muy bien cuando yo no pueda, sé que serás alguien especial para ella pequeño Itachi- dijo susurrando evitando que Mikoto y su suegra oyeran lo último.

El pequeño bebé patio otra vez a su madre, Kahibi solo sonrió.

M/H: Lamento interrumpir tan hermoso momento, pero Kahibi querida, se está haciendo tarde y debemos partir ya.

Kahibi: Tiene razón madre- dijo enderezándose.

Mikoto: ¿Saldrán de la aldea? – pregunto preocupada – Pero es peligro que salgan-

Kahibi: Lo sabemos amiga, no te preocupes iremos escoltadas para nuestra protección- trato de tranquilizar a su amiga – Por favor cuídate mucho, te prometo que cuando regrese iré a visitarte y ver al pequeño Itachi.

Mikoto: Yo debería pedirte que te cuides Kahibi, regresa pronto. –

Y así se despidieron, tenían la intención de volverse abrazar, pero al recordar lo que había pasado antes solo se limitaron a sonreírse, cada una tomando el camino contrario a la otra.

Una vez fuera de la aldea Kahibi tomo un momento para ver por última vez la aldea, dando un último suspiro, emprendió el largo viaje.

La Reencarnación de Kaguya ÕtsutsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora