1. Gran Macho

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Suspiré con fuerza recargado en la silla de oficina que pedí traer desde Alemania. Mi abuelo decía que valía la pena invertir dinero en las cosas con las que pasábamos mucho tiempo como una buena cama.

No duermo en esta silla, pero definitivamente paso mucho tiempo sentado en estas cuatro paredes.

Me encanta, es mi trabajo, pero vaya que es agotador.

Por fin viernes, sin pendientes.

Como jefe de departamento me permití salir a las cinco para comenzar con mi fin de semana. Tome mi teléfono y como lo creía, tenía tres mensajes sin leer de mi adonis personal.

Gran Macho:

Hola

¿Veámonos sí?

Te quiero aquí

Ese primer mensaje saludando es nuevo, el no saluda, ni tampoco dice frases como te quiero aquí su estilo es más como "ven a mi casa" y es todo.

Yo:

Acabo de salir, pediré un taxi y nos vemos en tu casa

Gran Macho:

De hecho, ando por el centro, paso por ti. Mándame tu ubicación.

Mi ubicación. Jamás. 

Otra cosa extraña. El jamás se ofrecería a pasar por mí. Si, me he subido a su auto, pero para comprar comida entre rondas o preservativos depende de la necesidad.

Yo:

Aún estoy terminando mi cierre, te mando mensaje cuando salga, seguro son como diez minutos.

Es muy impaciente, seguro dirá que no. 

Gran Macho:

Está bien te espero, no hay prisas.

No me esperaba eso.

Caminare lejos de mi edificio por diez minutos y donde llegue le mandare ubicación... si eso hare.

Salí a paso acelerado del gigantesco edificio sede y camine primero a la izquierda, luego a la derecha en la siguiente esquina, repetí a la izquierda y de nuevo a la derecha conforme avanzaba. Habían pasado quince minutos. Suficiente.

Mande mi ubicación y en menos de tres minutos un chico fuerte y apuesto se detuvo frente a mí en su camioneta Jeep negra mirándome con una sonrisa de conejo.

Como era una avenida grande me subí de inmediato antes de que alguien se molestara por el tráfico y le devolví la sonrisa.

—La verdad no esperaba que estuvieras disponible tan temprano, pero ya no podía aguantar sin saber de ti— dijo emprendiendo camino con uno de sus fuertes brazos al volante y el otro a la palanca de cambios.

—Tienes suerte, terminé antes mis pendientes— dije mirando por la ventanilla. Me gustaba su forma de conducir, era rápido, tenia buena destreza al volante, me hacía sentir muy seguro, más cuando nos poníamos ansiosos por llegar y me dejaba jugar un poco con él. Pero con la luz del sol no soy tan valiente.

Suspiró sonoramente en su lugar, pero no dijo nada más.

—Espera un momento— dijo al llegar a su edificio en el estacionamiento. Seguro regresaríamos a la calle, debió olvidar algo.

—Listo— dijo luego de abrir mi puerta y dejarme espacio para bajar.

Enarque una ceja y le vi como si le hubiera crecido una enorme cabeza en el pecho. El sonrió divertido y me ayudo a bajar, su camioneta es alta y yo no tanto.

Very Close Strangers KOOKMIN O.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora