Estaba pasando por una mala racha, cada vez me alejaba más de las personas y me encerraba más en mi misma haciendo una especie de burbuja impenetrable por los sentimientos ajenos. No sentía nada, sólo ansiedad, estrés y malestar. Me desahogaba pasando delante de un cuaderno durante horas, cosa que no era sana para mí. No dormía, de hecho acababa de tener una fase de insomnio grave, 12 días sin pegar ojo, ahora estaba con medicación y conseguía dormir unas horas.Con todo esto, mala salud física y mental, social, ya que no salía para otra cosa que fuera trabajar donde ni siquiera me relacionaba con personas; y con problemas familiares, mi único refugio era un hombre algo mayor que yo, sentado tras una pantalla hablando o jugando cualquier juego.
Él me hacía sentir viva, es aquel momento del día en el que recuperas la compostura y levantas la cabeza, la duración de sus directos era la de mis sonrisas. "Este hombre es incapaz de saber lo bien que nos hace sentir" era lo que pensaba cuando recordaba algún momento de un directo antiguo.
Aquella noche estaba dispuesta a dormir algo. Eran las 23:56. Me senté en el borde de la cama, cogí una de las pastillas que me ayudaban a dormir y la introducí en mi boca, tragué. Me tumbé en la cama y mientras esperaba a que hiciera efecto saqué el móvil. Ese día decidí escribirle un mensaje por Twitter sin intención de ser contestado, solo un "Buenas noches". Era mi forma de decir "gracias por todo, sigo aquí para tí".
Sin quererlo se convirtió en rutina, cada día le daba los buenos días y las buenas noches. "162 mensajes, 81 días..." pensé y me dediqué a volver a sentarme sobre mi cama y tragar la pastilla. Habían pasado ya varios meses y seguía dándole los buenos días y buenas noches, y como cada noche me dispuse a escribir aquel mensaje "Buenas noches". Nunca añadía nada.
Otra noche más me acosté y pasada una hora aproximadamente caí rendida.
Me desperté de nuevo, lunes a las 6:30 de la mañana, con un despertador horrible. "Cuanto más horrible más efectivo" me repetía cada vez que pensaba en cambiarlo. Con los ojos cerrados comencé a palpar el colchón en busca del móvil. Cuando conseguí encontrarlo apague la alarma. No acostumbrada a tener mensajes fui directa a borrar las notificaciones, entonces vi una notificación que me dejó petrificada. "Buenos días". Releí varias veces pensando que sería alguna equivocación. Revisé si era un tweet o un mensaje privado sin abrirlo, entonces, tras unos segundos, con una presión nueva en el pecho abrí la notificación. Cada segundo que pasaba mientras la aplicación se abría sentía más y más presión.
Era aquella sensación de ansias, ansias de las buenas, de nervios, pero de los buenos, aunque fuera el último mensaje que recibiera suyo era especial. Sentía que me quedaba sin respiración.
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Espero que os haya gustado. Aclarar que es sólo entretenimiento propio y si a alguien le apetece leerlo, aportar ideas o cualquier cosa está invitado <3
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De fan a algo más || Reborn_live
FanficUna noche, una simple fan decide darle las buenas noches a su streamer favorito, cosa que se convertirá en costumbre. Sin saber como de un mensaje sin intención se da una bonita amistad, y... ¿Quién sabe si algo más?