CAPÍTULO 1

13 1 0
                                    

¿ǫᴜé sᴏɴ ʟᴀs ᴘᴀʀáʟɪsɪs ᴅᴇ sᴜᴇñᴏ? ¿ᴀᴛᴀᴄᴀɴ sɪɴ ᴅᴇᴊᴀʀᴛᴇ ᴀʙʀɪʀ ʟᴏs ᴏᴊᴏs ᴘᴀʀᴀ ᴠᴏʟᴠᴇʀ ᴀ ʟᴀ ʀᴇᴀʟɪᴅᴀᴅ?, ¿ᴏ sᴏɴ ɴᴜᴇsᴛʀᴏs ᴍɪᴇᴅᴏs ᴘʀᴏғᴜɴᴅᴏs ǫᴜᴇ sᴀʟᴇɴ ᴀ ʟᴀ ʟᴜᴢ ᴅᴇ ɴᴜᴇsᴛʀᴏs ᴏᴊᴏs ᴘᴀʀᴀ ᴘʀᴏʏᴇᴄᴛᴀʀʟᴏs?

                         Prólogo.

                "Parálisis del sueño"

-¡¡CORRE VELA!! ¡¡CORRE!!-Grita un hombre con un aspecto borroso y una silueta de sombra jamás vista.

Algo venía detrás mío, muy rápido, tan rápido que su suspiro se sentía muy cerca.

Lo último que quisiera es que me agarre de los pies, es un temor que siempre tuve.

Aceleré lo más rápido que pude, el pasillo se hacía más largo para mi pesar.

-No puedes alejarte de mí por más que huyas, jamás lo haces, no será esta la primera vez.-Dijo susurrando una tenebrosa voz agitada que esta estaba corriendo para atraparme.

Cerré la puerta de mi habitación, colocándome detrás de ella para que no pudiera entrar, dejando caer lentamente mi cuerpo por el dolor y cansancio, poniéndome sentada en el piso, ambas manos sostenían mis oídos. Golpes y golpes que no paraban de retumbar por mi cabeza. Desearía que parara, pero no paraba, algo decía que no se detendría, ¿pero quién era?, ¿quién está detrás de esto?

⏰ Sonido de alarma.

Nunca agradecí tanto que esa alarma suene. Desperté de ese sueño tan misterioso, no tendría por qué darle importancia, al fin y al cabo es un sueño. Me levanté y me puse mi atuendo de Chock plock's, es un restaurante ahí trabajo. Es horrible el atuendo, si pudiera elegir qué cambiar del restaurante sería ese vestuario sin dudas. Es una falda color verde oscuro y una remera beige, por último unas tiras color rojas, como si fuera un conjunto, ¡una falda!, preferiría que sea más larga, no le doy caso a las miradas, me acostumbre a vivir con eso, pero muy en el fondo desearía tener esa pizca de humanidad y sensibilidad que tenía antes. Cada vez que paso por las mesas a tomar sus pedidos con esa falda relativamente suele haber miradas de hombres y piropos. Comencé a trabajar ahí desde los dieciocho años, tengo veintiuno. Solía tener el deseo de ser escritora, graduarme de la universidad, tener mi diploma, como todo adolescente, pero eso tuvo grandes consecuencias.

Una noche a mis dieciseis años salí por la ventana de mi habitación, donde vivía con mis padres. Para lograr tener esa aventura de inspirarme en mi próximo libro, lamentablemente no todo resultó como planeé. Caminé mucho hasta que recordé que siempre hubo una casa cuál sentía que llamaba mucho mi atención.

Desde chica, solía salir con mamá, me llevaba a una plaza que quedaba a dos cuadras. Siempre que pasábamos miraba que entre una casa y otra, justo en el medio había un espació que separaba las casas. Pero nunca entré.

Se preguntarán, pero Vela, ¿qué tiene esto de interesante?, pues mucho solo presten atención y se les olvidara que estaba narrando en sus mentes esta historia...

Así que me decidí, era momento de cumplir lo que siempre me preguntaba, ¿A dónde dirigía ese callejón? Claramente fui caminando porque como les dije quedaba a pocas cuadras, hasta que llegue. Vi que era una especie de callejón, llegaba a un solo lugar, donde se encontraba una puerta vieja con polvo, un símbolo "➹" y una frase que decía "𝚁𝚎𝚌𝚊𝚛𝚐𝚊𝚝𝚎 𝚢 𝚜𝚘𝚖𝚋𝚛𝚊𝚜 𝚟𝚎𝚛á𝚜". Entré, parecía no haber nadie, las paredes del pasillo estaban sucias y con rasguños, al haber terminado el pasillo ya podía ver qué lugar era en el que estaba, parecía una cafetería abandonada, pero los vasitos para tomar el café estaban muy bien colocados, como si recién hubiesen estado, también había mesitas con un mantel viejo que parecían de los años de mi abuela, de pronto se escuchaban voces y ruidos también unos pisotones que venían hacia mí.

-Haré la pregunta que hacen todos al ver que un extraño está en su sitio, ¿quién eres? -Dijo un señor, con una barba sutil y ligera, unos ojos extraños color violeta.

-¡Me llamo Vela!

-Extraño nombre, ¿qué haces aquí?

-Vi la puerta, me llamó la atención y acá estamos.-Respondí mirándolo muy fijamente a los ojos qué llamaban mi atención por completo.

-¿Buscas a alguien?- Preguntó levantando una ceja.

-Vengo en busca de explorar.-Dije mientras le dedicaba una sonrisa nerviosa y pensando cómo salir.

-¿Qué te hace pensar que este sitio, mi sitio, es algo en lo que puedes explorar?mientras me respondes, te invito a sentarte en esta mesa que está cerca.

Nos sentamos. Uno frente al otro. Él me miró y penetramos las miradas, sentía como un fuego de presión accediendo por mi cuerpo, como si no pudiera respirar, pero aun así no quitaba la mirada, inmediatamente se notaba como una visión, pero no en mis ojos, sino en los suyos, como si algo me quisieran mostrar, se hallaba un hombre apuñalado por una flecha pequeña, tirado en un callejón, se notaba que una sombra lo andaba persiguiendo, trato de moverse, pero la sangre que andaba perdiendo en su abdomen lo estaba dejando sin vida, raro por qué la flecha estaba en su pectoral, pero tenía sangre en otro lado de su cuerpo.

-¿¡Está sangrando!?- Exclamé.

-¿Qué?

-Su abdomen.

-¿Como tú...?

Inmediatamente él quitó su mirada, en forma de miedo y susto, como si no pudiera creer lo que estaba diciendo y nos paramos de la mesa.

-¡Son mis ojos! ¡No puedes! Excepto que... -Dijo el de los ojos violetas retrocediendo unos pasos para escabullirse.

-¿Excepto que? -Pregunte agarrandolo de la mano, para que no pudiera evitar responder.

-Eres uno de los nuestros, no tienes idea en lo que te metiste Vela...- Insinuó haciendo miradas al aire, como si se las dedicara a otras personas.

Sentía vibras de manos queriéndome agarrar y llevarme a algún lado.

Súbitamente mis ojos se cerraron, no podía ver nada, solo sentía y recordaba un extraño pinchazo en mi brazo que dolió como jamás nada me hubiese dolido y unas voces que murmuraban. Desperté en una avenida llamada Avenue Suffren, observe mi superficie posterior del brazo derecho que me seguía doliendo y tenía sangre goteando. Entre en pánico, vi desde lejos el reloj en la puerta de una casa, marcaba que eran las 4:00 am, ¿quién me dejaría aquí sola, adolorida y sin nada? ¿Habrá sido el señor de los ojos violeta?, no tenía plata, tenía celular, pero no quería preocupar a mis padres, no me quedaba otra que caminar encima en el estado en el que estaba. Así que me fui lo más rápido posible a mi casa. Cuando llegue fui a mi baño y me tiré agua oxigenada, ardía un montón, tenía ganas de gritar, pero me aguante si no, despertaría a mis padres. Vende el brazo con un vendaje elástico y por último me fui a dormir sin hacer bochinche. Al día siguiente mi madre que su nombre es Shirley vino a mi pieza y abrió las persianas para que despertara, así que me levanté. Traté de ocultar el vendaje pero fue inevitable.

-¿Qué tienes ahí?

-Nada mamá.

-¡Como que nada!-Dijo Shirley agarrándome del brazo. -¡Qué te pasó!

-Me he caído en la calle, no es gran cosa.-Mencione quitándole el brazo.

-Está bien, Baja a desayunar, pero después quiero ver cómo está eso, ¿escuchaste?

-Por supuesto, enseguida voy.

Apenas se fue, me quité el vendaje delante del espejo de mi cuarto, para ver como me ha quedado, no tenía sangre, pero tenía algo que me dejo boca abierta, ¡¡parecía un tatuaje!!, tenía el mismo símbolo que en la puerta "➹", ¿pero quién me tatuaría?, ¿y sin mi consentimiento?, ¡¡como lo ocultaría delante de mi mamá sin que lo viera!!, me preguntaba una y otra en vez volviéndome loca desenfrenadamente en mi cabeza. Por un momento respire hondo y pase mis dedos lentamente por la silueta de mi tatuaje, cuando una luz roja salió de ahí iluminando mis ojos y haciendo que mis pupilas se pongan violetas, mirándome desde el espejo me sentí muy irreconocible y tan inigualable al señor que había visto. ¿Quién soy y que soy? ¿acaso jamás veré mis ojos color café claros?

De una máscara un misterio.(En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora