Simon Dice

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—Ya sabes las reglas del juego y de que va. Una vez que aceptes, puedo pedir lo que sea y deberás hacerlo. — Tighnari asintió suspirando. —Podria usar este juego como excusa para desnudarte sabes. — El de orejas punteagudas estaba perdiendo la paciencia, debia levantarse temprano en la mañana. Tampoco creia que Niko hiciera algo asi.

—Claro claro, solo comienza.

Niko sonrio en sus adentros. No mentía, realmente deseaba a Tighnari y este juego era la oportunidad perfecta para verlo mas de cerca.

—Simon dice que saltes.

Rio para sus adentros cuando vio sus orejas moverse de manera extraña con cada salto que daba. Tighnari por su lado, debatia mentalmente el por que había aceptado jugar...

Sus ojos, claro. Cuando lo miro con una sonrisa y sus estúpidamente atractivos ojos le llamaron "cobarde". No permitiría que lo llamaran de ese modo, claro que jugaría

Y aprovecharía su turno para vengase.

—Simon dice que gires en tu lugar rápidamente.

Niko lo miro incrédulo, ¿quería marearlo para burlarse de el? No podia negarse...

Pero si vengarse luego.

Thignari río al ver como el pelinegro se tambaleaba y casi no podia quedarse de pié. No era tan malvado.

Le ayudo a sentarse en la cama.

Su expresión de enojo y confusión hicieron que el corazón de Tighnari saltara por un momento, era realmente atractivo.

—Bien idiota, es mi turno. — Hablo Niko en cuanto se recompuso.

El de mechas verdes suspiro, debio imaginar que no lo dejaría reirse asi como asi.

—Simon dice que me dejes acariciar tus orejas.

Ambos se miraron; Niko con superioridad y Tighnari con cierto enojo.

Sabe que no puede negarse pero era algo... Sensible en esa zona.

Quizas un poco no haría daño, puede controlarse unos minutos.

—Hazlo rápido, no me gusta que toquen mis orejas. — Dijo para arrodillarse frente al pelinegro que seguía sentado en la cama

En cuanto las manos de Niko tocaron sus orejas, se lamentó haber creido que podia controlarse.

—Oh, son muy suaves...

Solo estaba empeorando la situación.
Era claro que ambos se atraian pero apenas se habían conocido hace relativamente poco gracias al viajero.
No podía simplemente arrinconarlo y besarlo. Aunque admite que lo había pensado, ser indecente no estaba en sus planes.

Niko por otro lado intentaba no temblar con aquel chico arrodillado frente a el. Parece simple, pero de facil no tiene nada.

Mientras uno disfrutaba, el otro rogaba por qué parase.

Tighnari forzosamente lograba retener sus suspiros, no le desagradaba en lo absoluto pero si no paraba pronto, terminaría con una erección y ya no dejaría ir al contrario.

El pelinegro fue sorprendido cuando una mano se poso en su rodilla.
Y entonces noto el estado del de mechas, el pequeño sonrojo que tenia y los casi incontrolables suspiros que dejaba salir.
Dejo sus orejas unos segundos para preguntarle si estaba bien.
Al no recibir respuesta decido continuar, quizas se había dormido.

Siguió unos segundos antes de ser empujado con fuerza hacia el colchon.

Tighnari estaba sobre el.

—¿No... No estabas dormido?.

El de mechas tomo la mano de Niko y la poso en su entrepierna. Tenia una erección

—Por esta razon no dejo que toquen mis orejas imbecil. — Presionó mas la mano del contrario

Niko no podia mas con los nervios y estaba seguro de que su sonrojo no pasaba desapercibido.

—Pues que bien, hace semanas me tienes a la espera. — Se maldijo internamente, cuando esta nervioso no puede hacer otra cosa que; ser muy directo o muy timido y sumiso. Y hoy no pudo cerrar la boca.

—Si tan solo te hubieras quedado una noche mas, hoy estarías volviendo para la segunda... O tercera ronda.

Dicho eso, el de mechas presiono sus labios contra los Niko, tomando su rostro entre las manos. Ambos se deseaban desde que se conocieron, y ambos disfrutarían de esa noche

Niko, quien había permanecido relativamente quieto, comenzó a acariciar la erección de Tighnari mientras que su otra mano se dirigió a una de sus orejas.

Se separó un poco de Tighnari para hablar

—Si tan solo hubiera sabido que estas bonitas orejitas tienen tanto efecto en ti. — Acaricio una de sus orejas, haciendo que soltara un sonido muy similar a un gemido. Niko sonrio. —Ni siquiera me hubiera ido.

Habia logrado lo que queria, y ahora no se conformaria solo con ver a Tighnari mas de cerca. Hoy examinaria cada rincón de su cuerpo tantas veces como desee, después de todo...

Unas cuantas caricias y lo tenía a sus pies.

𝕊𝕚𝕞ó𝕟 𝔻𝕚𝕔𝕖 - Tighnari y Male OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora