…
Debido a que a que habrá mucha maldad, el amor de muchos se ira enfriando. Mateo 24: 12
…Tres años después
Gabriela
Me siento muy cansada y mi cabeza duele mucho. No tengo mucho aliento para mover tan solo un dedo, mi garganta me arde ¿Por qué mi cuerpo esta tan dolido?
Bip, Bip, Bip…
Logro abrir los ojos con mucha dificultad alcanzando ver el lugar en el que me encuentro. Exhalo el aire con dolor, ya que mis costillas duelen al respirar. Esta habitación es tan fría que el color blanco en las paredes trasmite tristeza.
- Nena, Gabriela ¡Despertaste! – Veo el rostro de mi mamá – tranquila mamita, no te muevas voy a llamar al doctor.
Escucho como sale corriendo de la habitación gritando en el pasillo que ya he despertado. En menos de lo que puedo percibir, entra un grupo de enfermeras y médicos a revisar cada parte de mí. No dejan entrar a mi mamá para poder ellos con sus aparatos médicos hacer un evalúo del estado en el que me encuentro. Entre todo que revisan, un hombre con bata blanca pregunta.
- ¿Puedes hablar? – mientras con una linterna alumbra a mis ojos
- Me arde la garganta – le respondo con algo de dificultadNo dice nada. Se limita a escribir en su plantilla.
- Pueden salir
Dice el doctor de ya cabello blanco y el equipo de enfermeros toman sus herramientas terminando de hacer su trabajo. Veo entrar a mis papas angustiados preguntándole al doctor como me encuentro.
- Tranquilos, físicamente esta estable. Algunas heridas están en recuperación, pero con un buen cuidado puede tener una mejoría muy notable. Solo falta hacerle algunos exámenes del cerebro a para ver si tiene alguna anomalía, pero en base a lo diagnosticado esta estable. Mandare a que le apliquen algo de suero y le traigan agua ya que tiene ardor en la garganta, con permiso y me retiro.
- Gracias doctor – mi papá estrecha su mano con el y mi mama se acerca con ojos llorosos.
- Mi amor estas bien, ¿Cómo te sientes?
- Mamá ¿Qué pasó? – le pregunto confundida por la condición en la que me encuentro.
- Mi niña te accidentaste cuando venias de regreso de tu luna de miel.
- ¿Cómo que me accidente de regreso de mi luna de miel? ¿Desde cuándo estoy casada?La cara de mi mamá es de incredulidad al escuchar mis palabras.
- ¿No te acuerdas de nada? Gabrielita te casaste hace un mes.
- No – le respondo tratando de recordar cuando me casé – mamá me gradué hace poco de la universidad ¿Cómo me pude haber casado con alguien si ni siquiera tengo novio? – la miro confundida con las cosas que me dice.Ella con sus ojos desorbitados se dirige a mi papá muy alterada.
- Hija – habla mi papá tratando de mantener la calma– reina dime ¿Te acuerdas de algo?
- De lo ultimo que me acuerdo es del grado. Papito dígame ¿Qué pasa?Mi mamá no puede más y sale llorando de la habitación.
- Gabriela tu grado fue hace dos años. – lo miro incrédula – si hijita, lo primero que hiciste fue abrir la galería de arte que tanto querías. Y te fue muy bien, que en una de tus exposiciones de artes conociste al hombre con el cual te encuentras casada.
- Papá yo no estoy casada – le digo nerviosa – sabes que no creo en eso ¿Cómo pude casarme?
- Mira – se limita a responder indicando la sortija de matrimonio que llevo en el dedo anular de mi mano derecha.No puedo creer lo que me dice y menos lo que veo, que el espacio en el que me encuentro siento que se reduce a tal punto de sentirme sin aire.
- Mentira – es lo único que me limito a responder.
¿Cómo me pude casar? Me niego a que eso sea verdad, me prometí a mi misma reservar cada parte de mi corazón, en que momento cambie de parecer para aceptar compartir con alguien más lo más profundo de mí. Salgo de mis pensamientos al ver a una enfermera extender su brazo con un vaso de agua y ayudarme a beber de ella.
- Mas tarde regreso y te doy otro poco más de agua, debes ser algo paciente ya que debes digerir en pocas cantidades y lo mismo con las comidas.
- ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente por el accidente?
- Quince días – responde mientras transfiere el suero intravenoso.Llega mi mamá en dirección a mi papá y los dos salen del cuarto.
- Bueno señorita, yo soy la enfermera que estaré a su cuidado así que regreso en un rato.
Mientras la enfermera se retira llega mi papá.
- Hija – dice pensando muy bien lo que me va a decir – Alejandro quiere verte.
- ¿Quién es el?
- Tu esposo – contesta – mi amor, ustedes se quieren mucho y sé que a pesar de lo sucedido saldrán adelante. Voy a buscarlo.Besa mi frente y sale de la habitación.
Alejandro
- ¿Cómo que no me recuerda?
- Calma hijo – dice mi mamá
- Su ultimo recuerdo es sobre su grado en la universidad – responde mi suegra NoeliaPero eso fue hace dos años. No es posible que su mente halla regresado a esa etapa difícil de su vida en que la conocí. No es posible que la chica pequeña y de cabellera negra con corazón abundante que se encuentra en el cuarto de al lado no tenga ningún recuerdo siquiera de mi existencia.
- Listo – entra Héctor, mi suegro a la habitación
- Voy a acompañar a Gabriela – dice Noelia y se vaMi mamá acerca la silla de ruedas a la camilla en la que me encuentro y Hector me ayudad a acomodarme en la silla ya que, por el choque en el carro, me fracture el brazo derecho y la pierna izquierda. Salimos por el pasillo en dirección al cuarto de Gabriela. Al entrar al cuarto de ella su mamá le habla acariciando su larga cabellera negra. Quisiera llorar, el solo verla despierta me da tranquilidad que está bien, tenía mucha angustia por ella desde que quedo inconsciente estos quince días que parecieron una eternidad. Ella me mira con sus ojitos redondos color negro, conozco esa mirada en la que ella se pregunta ¿Quién soy yo? Si solo supieras que soy esa persona con la que Dios permitió que nos uniéramos para un futuro juntos, solo que este es un pequeño percance que hay que superar, pero no se cuanto tiempo dure esto.
Me acerco a un lado de la camilla en la que se encuentra para acercarme a ella y poder tocar su mano. Pero fue en vano ya que la retiro de inmediato.
- ¿No te acuerdas de mí? – su mirada es incrédula – Soy Alejandro, nos casamos hace un mes bella.
- Señor disculpe, pero no recuerdo conocerlo y menos haberme casado con usted.Suspiro.
- ¿Soy muy viejo? – Le pregunto algo colérico, recordando cuando nos conocimos por primera vez – créeme que a diferencia de la edad fueron otras cosas las que nos unieron Gabi y tenemos las evidencias de eso.
- Me quiere doler la cabeza.
En eso llega el doctor diciendo, que el día de mañana los dos podremos ir a nuestras casas después de hacerle los últimos exámenes a Gabriela, la niña de mi corazón. Pide que nos retiremos para que ella descanse por la noche ya que los exámenes se realizaran temprano en la mañana y después de los resultados nos darán de alta.
Mi mamá se acerca a mi y me lleva en dirección a mi cuarto, el dolor es tan grande que cuando me recuesto en mi camilla las palabras de mi mamá hacen que una lagrima se deslice por mi mejilla.
- Ante todas las cosas solo para el amor no hay ley, hay que ser pacientes.
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El arte de ru amor
JugendliteraturRecien casados pero un accidente automobilistico impide a Gabriela recordar a su compañero de vida