Capitulo 1. Blood meets gold
Mis caderas se movían con gracia ante la vista de todos, ni una sola expresión plasmada en mi rostro y podía sentir como la tela del vestido caía con sutileza sobre mi figura.
El dorado me quedaba perfecto, y era algo que tenía más que claro, por lo que no dudaba al pisar sobre la pasarela, destilando elegancia ante cada uno de mis movimientos. Mi mirada se encontraba fija en el final de mi recorrido, y no me sorprendí al ver detrás de varias filas de personas, a quien era mi novio. Su asiento reservado en primera fila, vacío, como siempre.
Agradecí internamente el hecho de que esta noche mi presencia bajo las luces era casi nula, y en cuestión de instantes me encontré frente al espejo, permitiéndome descansar en uno de los cambiadores que reservaban para las modelos más exclusivas de la agencia.
Exclusivas.
Eso era, exclusividad, todo lo que pretendía para mi vida. La forma en la que las parejas de mis amigas estaban para ellas y sus familias, el tiempo que les dedicaban e incluso los pequeños detalles tontos me robaban suspiros.
Una fría mano se posicionó sobre mi hombro desnudo, el contraste bronceado con su piel pálida provocó una pequeña sonrisa en sus labios, encontrándose con unos ojos ámbar al levantar mi mirada que solo me traían tranquilidad.
—Estuviste asombrosa, como siempre, princesa.
Sus palabras lograron que el estómago me diera un vuelco, el castaño provocaba todo esto en mí desde que lo había conocido, a pesar de que últimamente la chispa se estaba apagando, no dude en agradecer su halago con un corto beso sobre sus labios. Mi atención se desvió al ramo de rosas rojas que sostenía entre sus manos, y decidí dejarlas junto al resto de ramos que mis admiradores me habían obsequiado.
—Gracias, Antoine, es bueno saber que llegaste a verme y las rosas son un detalle precioso.
Todo era perfecto, cada minuto en su vida era correcto, y sabía que en cuanto terminara de recoger todo, el muchacho propondría lo mismo de siempre.
— ¿Qué piensas si pedimos algo de comida china y nos acurrucamos en el sofá para relajarnos?
Y yo sabía, que a pesar de disgustarme la rutina, volvería a responderle lo mismo de siempre.
—Claro que sí, sería maravilloso cariño, sólo ve afuera mientras termino de prepararme.
Su sonrisa era igual a todas las que me había dedicado anteriormente, y a pesar de sentir todo el cariño posible por él, sabía que poco a poco la costumbre me consumía.
Mis manos se deslizaron por mi cabello mientras me deshacía de los últimos clips que sostenían mi peinado, y no demore en estar lista, sin embargo, el color dorado lucía demasiado bien en mi piel. Sabiendo que la agencia me permitía quedarme con lo que modelaba, a modo de agradecimiento, decidí llevarlo puesto. Quizás así las miradas de envidia lo hicieran percatarse de que yo era un diamante que él debía mostrar, aunque al ver el dorado brillar sobre mi piel supuse que lo mejor sería llamarme una auténtica pieza de oro.
Una pieza de oro que solo mostraba a su familia, a sus amigos de la alta sociedad, y ya.
¿Por qué no quería mostrarse en público conmigo? Mis pensamientos se nublaron mientras subía al automóvil negro en el que Antoine siempre me esperaba luego de mis presentaciones, para evitar malentendidos con la prensa y otras cosas que nunca terminaban de convencerme. Pero todo lo hacía por mantenernos bien, tratar de sostener esto que intentaba llamar una relación feliz.
ESTÁS LEYENDO
Blood meets gold
RomancePuesta en un altar por todos, adorada como si de una diosa se tratase, y completamente cegada por las maravillas de la alta sociedad. Odessa es insaciable y Antoine comprensivo, ¿el tercero en discordia logrará complacer a nuestra rubia predilecta...