Mystic: Gojo x reader (Traducción)

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"¡Yuuji! ¡Kugisaki!" Grité mientras me acercaba a ellos, el cuerpo inconsciente de Megumi aún en mis brazos.

"¡¡Fushiguro!!" ambos gritaron mientras corrían hacia nosotros. "¿¡Está bien!?"

Lo acosté suavemente en el suelo, "Sí, estará bien. ¿Qué hay de ustedes dos? ¿Qué pasó?"

Vi como Yuuji luchaba por contener las lágrimas en sus ojos, Kugisaki me miraba sin inmutarse.

"Nos encargamos de eso", dijo sin comprender.

"Ya veo."

"T/n-sensei", susurró Yuji. "Esos dos, eran de carne y hueso, ¿no?"

"Sí. Eran dos de las Pinturas del Útero de la Muerte, mitad malditas y mitad humanas".

Suaves lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, "L-lloró por su hermano. Comprendió la pérdida. Lamentó la muerte".

"¿Fue la primera vez que mataste en lugar de exorcizar?" Le pregunté.

"No veo la diferencia", intervino rápidamente Kugisaki. "Como hechiceros, estas cosas suceden. Tenemos que hacerlo. Llegamos a tener nuestras propias brújulas morales".

Suspiré ante sus palabras. Los mismos que tanta gente me había dicho antes... Los mismos por los que vivía Satoru.

Podemos elegir quién vive y muere. Llegamos a decidir el bien mayor.

Sigo pensando que todo es una mierda.

Yuji habló de nuevo, "Tuve que hacerlo antes de T/n-sensei, maté a tres humanos transfigurados". Me miró con ojos tristes, "¿En qué me convierte eso? ¿Soy mejor que ellos?"

"¡Por supuesto que lo eres! ¡No teníamos otra opción!" Gritó Kugisaki. "Hiciste lo que tenías que hacer. Son ellos o nosotros".

"Lo sé, y estoy aliviado de que ambos estemos vivos, pero aun así... debido a la vida que tomé, se derramaron lágrimas. Eso es todo".

Kugisaki sonrió, "Bueno, supongo que eso nos convierte en cómplices".

Suspiré con el corazón apesadumbrado, "Muy bien, ustedes dos, tenemos que movernos". Caminé de regreso hacia el cuerpo de Megumi.

"Espera. T/n-sensei. ¿Qué piensas?" Yuuji preguntó de nuevo.

"No me importa lo que pienso", negué con la cabeza.

"Ella tiene un grado especial, así que por supuesto que está bien con eso", resopló Kugisaki. "Solo te vuelves tan fuerte de una manera y por una razón".

"¿Y qué razón es esa?" Yuuji preguntó con curiosidad.

"Entonces puedes matar o exorcizar fácilmente cualquier cosa que se cruce en tu camino. Los grados especiales son raros no solo por sus poderes sino porque son los que realmente no encajan en la sociedad y los estándares de jujutsu".

"Estoy seguro de que crees que sabes de lo que estás hablando, Kugisaki, pero estás equivocado".

No iba a interferir, pero no podía dejar que pensaran que esa es la única razón de la fuerza, aunque estoy seguro de que Satoru fue quien les dijo eso.

"Me volví poderoso para no tener que matar ni lastimar a nadie más. Ahora vámonos".

"T/n-" Yuuji me miró con los ojos muy abiertos, pero lo interrumpí.

"Terminé con esta conversación, vámonos".

"¿Dónde está el dedo?" Miré hacia abajo para ver que Megumi se había despertado.

"¿¡Lo entendiste!?" Gritó Kugisaki.

"Sí," lo saqué de mi bolsillo. "Es seguro. Tenemos que ir a sellarlo".

"¿Debería simplemente comerlo?" bromeó Yuuji.

"¡No! ¡¡No sabemos qué pasaría!!" Kugisaki le advirtió.

"¿Puedo al menos verlo?" preguntó, y puse los ojos en blanco mientras se lo entregaba.

"Yuuji!!!!" los otros dos de primer año gritaron, y volteé mi cabeza hacia él. La boca de Sukuna apareció en la mano de Yuuji y consumió el dedo.

"De ninguna maldita manera..." murmuré. "Gakuganji se va a enojar mucho conmigo".

"¡¡¡Argh!!! ¿¡Todo lo que dice Gojo-sensei es pura mierda!?" Yuuji gritó. "¡¡¡Dijo que Sukuna me ayudaría a llegar a los dedos!!!"

"¿Acabas de darte cuenta de esto?" Megumi resopló cuando comenzó a ponerse de pie.

"Whoa, tómalo con calma", grité mientras lo ayudaba a levantarse. "¿Estás seguro de que estás bien para caminar?"

"Sí, vamos a llegar a casa ya".

•••••

**pocos días después en Jujutsu High**

Escuché a Satoru en el teléfono, sonando aún más sospechoso de lo normal.

"¿Quien era ese?" Pregunté cuando entré en la habitación en la que estaba sentado.

"Mm, así que estás de vuelta", me sonrió.

"Sabes que odio cuando desvías mis preguntas".

Se rió mientras se ponía de pie, "No era nadie importante".

"¿Sí? ¿Entonces supongo que pagarle a Mei Mei tampoco fue nada importante?"

"¿Hmm? ¿Cómo sabes eso?" tituló su cabeza. "Hmm, ¿estás espiando mi mente?"

"No," puse los ojos en blanco. "Te vi en tu teléfono cuando entré. Realmente deberías bajar el brillo si no quieres que nadie vea lo que hay en la pantalla".

Se rió con su risa fuerte y odiosa. El que solo usaba cuando su guardia estaba en alerta total... así que claramente estaba escondiendo algo.

"No entiendo por qué sospechas tanto de mí. ¿No confías en mí, T/n?"

"No lo tomes como algo personal", resoplé mientras pasaba junto a él y me sentaba en el sofá.

Definitivamente confiaba en Satoru más que en cualquier otra persona, pero incluso entonces, no era del todo. Me había dado muchas razones para no hacerlo, y yo no era de los que se olvidan fácilmente.

"Duele cuando dices esas cosas", me sonrió, pero no estaba interesado en sus juegos. No ahora.

"Consumir los dedos de Sukuna está provocando el despertar de otros espíritus malditos", hablé, cambiando de tema. "Probablemente hubiera sucedido eventualmente de todos modos, pero definitivamente es un catalizador".

Se inclinó y me susurró suavemente al oído: "Te contaré todo tan pronto como pueda, pero solo necesito esperar un poco más. ¿Confías en mí en esto?"

Cerré los ojos mientras él besaba mi cabeza suavemente, dejando que su cálido abrazo me calmara. "Bien", murmuré, y soltó una risa suave.

"Bien, ahora ¿podemos continuar donde estábamos antes de que te fueras?"

"Mm, lo siento", giré la cabeza para besarlo suavemente sobre mi máscara. "Tengo hambre."

Me aparté de él y salí de la habitación, escuchándolo reír detrás de mí. Rápidamente, corrió para alcanzarme.

Puso su brazo alrededor de mi hombro, "¿Cuánto tiempo me vas a hacer esperar?"

"Solo hasta que ruegues por ello", bromeé con él.

"Estarás esperando mucho tiempo entonces... ¿Seguro que puedes mantenerte alejado de mí tanto tiempo? Sabes que nunca he sido de los que ruegan".

Mordí mi labio suavemente, "Sí, eso ya lo veremos".