Te apareciste apoyada en la mesa de la cocina. Te saludé y subiste las escaleras.
Las subí corriendo y casi resbalo con varios escalones. Pero no importa, tú seguías aquí.
Entonces te encontré ahí, tirada en la cama con una venda puesta en los ojos.
Creí que era un antifaz, ¡fui tan idiota! Era una venda de seda blanca. Ya sabes, sigues ahí.
¿Estoy loco? Tú me estás haciendo perder la realidad.
n/a: las vendas de seda se ponen en los ojos a las personas muertas en algunos entierros.
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[S]He #She2
PoesiaÉl estaba roto. Él le escribió sus recuerdos. Ella nunca pudo leerlos. 2ª parte de S[he] [short story, short chapters ©Little_Secret_ForYou 2015]