𝑷𝒓𝒐́𝒍𝒐𝒈𝒐

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Una noche, mientras la luna resplandecía, los grillos cantaban rompiendo el profundo silencio...Todos los humanos descansaban de sus trabajos duros...
El viento enfriaba la noche, mientras los árboles y flores cabeceaban al ritmo de la brisa del viento.
Las estrellas brillaban acompañando a la luna.

En una finca se oyó un grito. Un grito de una mujer de cabello negro, y ojos carmesí.
Ésta hizo llamar la atención de los que vivían allí...¡La mujer estaba pariendo!

- ¡Rápido, llamen a Koyoku! -La mirada de aquel hombre mostraba pánico y preocupación.

Aquel hombre de cabello negro y largo hasta los hombros que estaba atado, con los ojos color azul y con mirada de preocupación, agarró la mano de su amada, quién estaba sufriendo de algo muy doloroso.

La llamada Koyoku rápidamente entró en la habitación en dónde estaba la pareja.

- Disculpa hermano, pero tendrá que salir de la habitación -El nombrado salió de inmediato de aquella habitación -Ryu-san, estoy aquí, ¿Si? Trata de tranquilizarte, respira ondo y exhala. -Ryu hizo lo que dijo Koyoku -Muy bien, ahora necesito que empuje al niño, ¿Si? ¡Puje!

Ryu empujaba mientras lágrimas salían de los ojos carmesí que brillaban en la noche.

Hizo la misma acción hasta que el bebé llegó al mundo.

Pero...Otro dolor más hizo arquear su espalda...

Minutos después, vino otro niño más al mundo, pero éste tenía una marca extraña al nacer, cosa que sorprendió a Koyoku.

- ¿S-Su-Sucede a-algo? -Con curiosidad intentó levantarse, pero le fue imposible - ¿Le sucedió algo a mi be-bebé? -Miró a un lado contemplando el campo - (Estoy muy cansada)

Ryo cerró los ojos yendo al mundo de los sueños.

Una hora después, la mujer despertó y sostuvo a sus dos hijos, aunque uno tenía una marca extraña, cosa que el esposo al entrar a la habitación y ver a sus hijos, reaccionó de la peor forma ante aquella marca.

- ¿¡Qué es esto!? ¿¡Por qué este niño tiene esa marca!? ¡Koyoku! -Miyo estaba completamente enfurecido, su sangre ardía como nunca - (¡Cómo mierda tengo un hijo así de extraño! ¡No lo acepto!) - Los pensamientos y emociones en Miyo eran como una montaña rusa estando todo allí.

Koyoku entró con prisa, ya que el esposo llamado Miyo, sonaba enfurecido, cosa que la asustó y vino lo más rápido allí.

- ¿Qué pasó? -Trató de decirlo lo más tranquila posible, aunque no lo estaba.
- Explícame que es esto -Sostuvo al niño con esa marca en brazos para mostrarle a lo que se refería.

Koyoku solamente soltó un semblante serio, y un pesado suspiro para explicarlo.

- Es solamente una marca de nacimiento, no exageres hermano -Intentó calmar a su hermano, cosa que fue en vano.
- ¿Acaso cree que esta forma de marca es normal para una marca de nacimiento? Ja, no me hagas reír. Ésto puede ser una maldición, ¡Usa tu cabeza, estúpida! -Miyo frunció el ceño notando su furia.

El hermano mayor comenzaba a gritar a su hermana menor sobre lo que puede ocurrir según él con esa marca, significaría que los dioses les envío una maldición por un error por algún miembro de su familia.

Koyoku enojada, comenzó a discutir con su hermano.

Narra Koyoku:

- (No lo puedo creer...¿¡Cómo ese estúpido se atreve a insultar a su propio hijo!? ¡Qué bastardo! ¡Solamente por pensar que es una maldición! ¡Cuando lo más probable sea una simple marca de nacimiento! ¡Qué patético!)

Mi hermano y yo seguimos discutiendo hasta el punto en el que Miyo le dió aquel bebé a mi cuñada, para abofetearme.

Caí por el impacto de aquel golpe.

- (No lo olvidaré...¡No permitiré que insultes a mi sobrino!)

- ¡Cómo te atreves a decir que tu propio hijo es una mierda! ¡Eso es muy poco humano de tu parte! -Con furia le respondí, es algo obvio que no debe de hablar de esa forma a su hijo, su propio hijo.
- Por algo tengo otro niño que por lo menos no está maldito como el otro -Una respuesta...Hizo que me partiera el corazón...- (¿Cómo se atreve a decir eso...?)

Me di cuenta...Que problemas vendrían por mi hermano...En verdad...Que cruel...Es solamente un samurái interesado...

Narra narradora:

En todo aquel espectáculo, los bebés gemelos comenzaron a llorar, por los gritos y ruidos fuertes.

Ryo trataba de calmar a sus dos bebés, mientras Miyo respiró pesadamente para calmar su aura de furia.

Al ver a sus hijos, el mayor se acercó al bebé que no tenía marca, lo calmó lo suficiente para decirle unas palabras a su hijo.

- Te llamarás Michikatsu...Michikatsu Tsugikuni -Dijo con una voz suave y de bajo volumen.

Ryo también le dió nombre a su otro hijo, le dió el nombre que siempre quiso que alguno de sus hijos tenga.

- Tú pequeño, te llamarás...Yoriichi...Yoriichi Tsugikuni -Con dulzura besó al pequeño en su cabecita mientras agarraba uno de los dedos de su madre.

[Si wey, un pequeño prólogo para saber un pequeño contexto de lo ocurrido. El primer cap será un gran salto de tiempo.]

𝐄𝐥 𝐒𝐨𝐥 𝐝𝐞 𝐦𝐢𝐬 𝐌𝐚𝐧̃𝐚𝐧𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora