Mi bello durmiente ✧ KookTae

𖥻 ִֶָ ۫ ּ Capítulo 1 ִֶָ

Libro: Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez.

"La ansiedad del enamoramiento no encuentra reposo sino en la cama."

—Veme aquí de vuelta —dijo Taehyung cerrando la puerta de la habitación.

Se encaminó para acercarse de Jungkook.

Una semana había pasado rápido al igual que su lectura, ahora Taehyung tenía en sus manos un nuevo libro de la estantería de Jungkook.

Ahora tenía un libro de color azul, era de tamaño mediano y tenía de portada una hermosa guacamaya azul. Taehyung se aproximó a la silla y se sentó al lado del azabache.

—Hoy traje un nuevo libro Jungkook, espero te guste, me dijiste que te encantaba este árbol genealógico, que a veces llegaba a ser algo confuso por los nombres, pero que la historia es muy interesante —suspiro—. Sinceramente no creí que, si lograse terminar el primer libro en una semana para ti, pero lo hice.

Taehyung agarró una de las manos de Jungkook, se sentían frías.

—Los demás... —hizo una pausa. —Te extrañan, todos te extrañamos, Hoseok dice que va a venir a verte cuando salga del trabajo, se está esforzando mucho. Yoongi me pregunta como has estado, quiere venir, pero tiene que estudiar para sus exámenes finales. Jin y Namjoon vendrán a verte en la tarde, creo que Jin va a traerte flores. Jimin me ha dicho que también quiere leer para ti —miro el rosto del azabache.

No sabía si era su imaginación jugándole una mala broma, pero creyó ver una pequeña sonrisa en el pálido rostro del mayor.

—Es hora de leer el segundo libro, ¿no crees?

Taehyung abrió el libro, vio la nota que había escrito aquel chico azabache que se encontraba sumido en un sueño casi infinito.

"Cien años de historia, ¿Taehyung, te gustaría vivir cien años de historia? Espero que tengas a alguien contigo para compartirlos."

Taehyung miró a Jungkook, vio las máquinas a las que estaba conectado.

—Siento que he vivido más de cien años a tu lado Jungkook —dijo con una sonrisa—. Debería sentirme afortunado, no cualquiera te tiene para vivir contigo lo suficiente para sentirse vivo una eternidad.