ᴇxᴘᴇᴅɪᴇɴᴛᴇ ᴠ [ᴠꜱᴏᴏ]

09.: Igual Que En Los Cómics

JiSoo no podía estar más feliz, realmente jamás en su vida pensó que, de un instante a otro todo cambiaría para bien. Estaba agradecida con el destino, mismo que le dio una gran oportunidad de crear su propia historia, su propio final.

Sonriente, elevó a su pequeña mascota en brazos a la vez que, besaba su cabecita seguidamente.

—Ni a mí me das tantos besos.—pronunció una voz detrás suyo, JiSoo soltó a su pequeño animal, girando, vio a un TaeHyung formando un puchero adorable.

—Que mentiroso eres.—espeta acercándose a su pareja, quedando a sólo centímetros del rostro contrario, Kim se puso en puntillas sin rodear el cuello del ahora rubio. Podría ser bajita pero nadie era más intimidante que ella y TaeHyung lo sabe.

—Estás a años luz de alcanzarme, y no intentes poner esa carita que únicamente causa en mí, pura ternura.

JiSoo abrió con indignación su boca, sintiéndose falsamente ofendida por el comentario de su novio. Estaba a nada de darle un golpe en ese magnífico rostro tallado por los mismos ángeles, sin embargo se retractó en aquel momento que, TaeHyung la besó dulcemente. Sí o sí tuvo que sostenerse de algo para no caer y que mejor que apoyar sus manitos en el fornido pecho del rubio.

Ambos sonrientes, estuvieron en esa misma pose por unos cuantos minutos. Y hubieran seguido de no ser por la repentina llegada de YeonJun y YeJi.

—Más despacio, velocista.—bromeó Choi sintiendo la frívola mirada de TaeHyung. YeJi a su lado, rió y saludó a la pareja.

—¿Puedo matarlo ya y hacerlo pasar por un suicido?.

JiSoo negó.

—No, dejarás a YeJi sin prometido antes del casamiento. Prohibido matar a YeonJun..—el aludido iba a agradecer pero se calló al oír la frase completa de su prima—. Ahora, ya después del matrimonio sí.

—Amor, ¿no piensas defenderme?.—se quejó YeonJun mirando a su prometida.

—Quisiera pero luego digo, nah.—contestó haciendo reír a TaeHyung y JiSoo.

Choi parpadeó seguidamente, con dramatismo cruzó sus brazos y caminó dentro de la casa sin siquiera mirarlos y por supuesto, sin ser permitido por éstos.

—Sabemos perfectamente que, fue a ver que hay de comer.—habló YeJi.

—Ese mocoso... Ahora regreso.—dijo TaeHyung adentrándose a su casa.

JiSoo y YeJi guardaron silencio unos segundos hasta que, escucharon perfectamente como TaeHyung regañaba a un YeonJun con la boca llena de bocadillos.

—¿A qué hora llega Rosie-unnie?.—cuestionó Hwang viendo la hora en su reloj de mano.

—Debería estar aquí comiéndose todo, raro—añadió Kim—. Ya llegará.