Demasiadas cosas han pasado desde el momento que Sara aceptó subir a fumar a esa azotea.
¿Será que el amor murió?
¿Si aún queda algo de él serán capaz de superarlo y hacer como que nada pasó?
La verdadera villana fue subestimada, peor aún. Ni siquie...
Abrí los ojos con pesadez, a pesar de haber dormido temprano aún estaba cansada, eran menos de las 6 de la mañana, la luz de mi baño estaba encendida por lo que supuse Suga se había levantado antes para prepararse.
Desperecé, acomodé mi cabello y fui a la cocina para preparar algo de comer antes de ir al aeropuerto, vaya mi sorpresa cuando estaba todo listo.
-¿Cuanto llevas despierto exactamente?- dije apenas entró a la cocina, se había dado un baño pero llevaba un pantalón de chándal cubriendo su cuerpo.
-Estoy emocionado mi amor
-Eso lo noto- tomamos asiento y comenzamos a comer.
-Ve a prepararte mientras limpio aquí- dijo y así lo hice.
Todo este mes la habíamos pasado de maravilla, dormíamos juntos cada noche, solo iba a su departamento por algo de ropa y ya tenía la mayoría aquí, vivíamos más juntos que separados.
El día del viaje había llegado, empaqué el día anterior pero aún así lo sentía lejano. Avisamos ayer que nos iríamos por algunas semanas y algunos se indignaron por según ellos escaparnos así, otros se alegraron.
Algunos como Jimin y Taehyung creen que iremos a Las Vegas.
Mi hermano me regresó el pasaporte al fin.
Me prepare rápidamente y llevamos las maletas a la entrada, el "chofer", asignado por mi padre ya no trabajaría más conmigo, su último recado sería llevarnos al aeropuerto, ayer nos habíamos despedido de los chicos por lo que solo debíamos irnos, disfrutar.
No fue vuelo privado, pero si de primera clase, vaya sorpresa se llevaron los aeromozos al ver a un Idol, bueno a Min Yoongi de BTS tomando un vuelo a Hawái con una chica tatuada.
Los rumores estaban, en más de una cita fuimos descubiertos, en algunas nos tomaron fotos que llegaban a papá de alguna forma antes de publicarse.
Aunque con las fotos que nos tomen en la isla o camino a ella no correremos con la misma suerte.
Hace una semana fuimos a ver a su familia, esta vez su hermano estaba ahí, había algo de tensión por su madre, supongo que aún se sentía incómoda por todo lo dicho sobre mi aspecto, resultando la chica tierna e inocente de Jiun mucho peor. Supongo que aprendió que las apariencias engañan.
El vuelo fue tranquilo, estábamos solo nosotros en primera clase, haríamos escala en Las Vegas, se supone que dormiríamos allá y al día siguiente regresaríamos al aeropuerto.
Queríamos quedarnos en un hotel que Yoongi insistía y así lo hicimos, era hermoso.
No esperé que eso pasara.
Salimos a cenar, una maravilla de restaurante, lujoso, íntimo y de exquisito sabor.
Se puso de rodillas a final de la velada.
Con lágrimas en los ojos recitó las palabras más lindas que algunas vez me dijeron.
Bang Sara, mi hermosa princesita. El amor a primera vista era un mito, una ilusión, ahora entiendo que no era más que un ingenuo al pensar eso. Solo me bastaron 2 segundos para mirarte y saber que deseaba ser tuyo por el resto de mi vida.- abrió una pequeña cajita que tenía en sus manos. Llevaba un hermoso y enorme anillo, tenía una enorme piedra de diamantes en medio, y estaba rodeado por muchas más pequeñas que así vez estaban rodeadas por más pequeñas. -Este viaje lo planeamos para disfrutar y me disculpo por sobre planear algo más. Te amo, te amo tanto que duele. Que respiro con dificultad cuando te veo alejarte aún así sea por unas horas, quiero que seas todo lo mía como yo soy tuyo. Cásate conmigo, por favor.- Para ese punto mis lágrimas habías surcado mis ojos.
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Me había pedido matrimonio en Las Vegas, en un lujoso restaurante mientras hacíamos escala a Hawái, la calidez en mi pecho no me dejó pronunciar palabras.
Tenía claro que lo amaba así que asentí, luego entendí que un Si era necesario y lo hice.
Tomó mi cara entre sus manos y el beso que nos dimos nos supo a dicha, temblaba contra su piel, él también lo hacía.
Tomó el anillo de la caja y en el interior noté el tallado, Min Yoongi
Quizás fue él vino o quizás lo eufóricos que estábamos, pero cuando nos miramos a los ojos luego de la cena mientras íbamos tomados de la mano hacia nuestro cuarto y notamos el anuncio sobre una capilla en el hotel las 24 horas, solo eso bastó para saberlo.
No necesitábamos nada más. A nadie más.
-Yo me encargo de todo- dijo al dejarme en el cuarto de hotel, se supone que lo haríamos esa misma noche.
Abrí mi maleta para buscar algo que me sirva para una boda improvisada, iba a casarme.
No había algo blanco que no sea una muy sexi y provocativa pijama, la puerta fue tocada y miré al techo para evitar reír.
No fue coincidencia nada de esto.
¿Como lo sería si apenas a 5 minutos de haberse ido llegaban aquí 2 chicas con varios vestidos para que elija?
Ya veo el porque de tan extraña escala.
Elegí uno corto y ceñido, la espalda al descubierto y mangas largas y en encaje completamente, zapatos blancos también y recogí mi cabello en una trenza que luego sujeté en la parte baja de mi cabeza.
