Hilo Rojo

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La leyenda afirma que aquellos que estén unidos por el Hilo Rojo están destinados a convertirse en almas gemelas, y vivirán una historia importante; y no importa cuánto tiempo pase o las circunstancias que se encuentren en la vida.
El Hilo Rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse... pero nunca romperse.

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Me encuentro placidamente durmiendo debajo de las sábanas, cuando siento unas manos en mi cintura y noto su respiración detrás de mi.

Antes que pueda girarme, moverme o reaccionar escucho su voz ronca.

- "Buenos días pequeña"

*Sonrio y me sonrojo*

Aún después de estos años que llevo con el, no me acostumbro a ser su novia o como dice el "Mi Reina".

- Se que estas despierta, aparte estas sonriendo y no intentes de engañarme que te conozco.

- Me encanta que me conozcas tanto. (me giro y le sonrió.)

- ¿Como puedes verte tan perfecta recién levantada?

- Mientes, me veo horrible recién levantada.

Acariciando mi rostro con las yemas de sus manos, me dijo.

- Aquí la que mientes eres tu, no me cambies del tema mentirosa. ¿A que acepte cuando te dije que estabas despierta y sonriendo?

- Te dejaré con la duda, puede que si o no. - digo sonriendo

- Serás...

Me coge y me sube encima de el.

- Suéltame. - digo riendo

Me mira sonriendo y me dice:

- ¿O que harás?

Antes de que pueda decirle el algo más, le callo besandole.

Mi intención era darle "un besito" pero el profundiza el beso, y ambos empezamos a aumentar la intensidad del beso.

Antes de que podamos llegar a algo más, se abre la puerta y ambos nos separamos al instante.

- Joder Dimitri, que susto nos has dado.

- Perdone señor René, pero quería informar a mi niña que tiene primera sesión de entramiento con el señor Ferrari en menos de 10 minutos.

- Dile que voy ahora vale.

- Si mi niña, con permiso.

(Cierra la puerta y se va.)

- Espero que la próxima vez toca antes la puerta Dimitri, tenía unas ganas inmensas de pasar toda la mañana y todo el día dándonos mimos.

- Yo quiero lo mismo mi rey, pero por desgracia tenemos que ir a clases.

- Lo único que me gusta de ir, es cuando aprovechamos en el recreo para poder estar darnos besos.

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