El arcoiris después de la lluvia

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Es muy difícil confiar en alguien porque esa persona después sabrá tus debilidades y te vuelves vulnerable ante ella, pero aún así decides correr el riesgo y confiar, confiar en sus palabras, en sus promesas, en todo lo que dice... Sin importar nada.... un día aquella persona se vuelve indispensable en tu vida diaria, se vuelve algo más que un confidente, en mí caso; se volvió el amor de mi vida.

Pero ahora ella no forma parte de mi vida, forma parte de la vida de alguien más... forma parte de la vida de alguien a quién ama de verdad.

De regreso al salón de clases, sólo me senté en mi carpeta y recosté mi cabeza en él, mirando la ventana. Las hojas de los árboles están comenzando a caer, ya se acerca el otoño.

Me dedico a seguir con la mirada cada hoja que cae de los árboles, son muchos así que no los sigo todos a la vez, sino uno por uno; ni que tuviera tantos ojos. La verdad, me tranquiliza seguirlos, me pregunto cuanto se demorarán en llegar hasta el suelo, es como si los árboles mudaran de piel siempre en otoño y en primavera les crece las nuevas hojas.

Vibra mi celular-

¿Quién se atreve a molestarme ahora?

Decido ignorar el mensaje y seguir viendo las hojas.

Vuelve a vibrar mi celular-

¿Otra vez? ¿Pero quién me está hablando?

Reviso el celular y los mensajes eran de Jer.

- ¿Cómo te fue?

- ¿Que pasó con ella?

-¿La enfrentaste?

- ¿La terminaste?

- ¿Cómo estás ahora?

Me apresuro a responder.

- ¿Puedes dejar de mandar tantos mensajes? Por que no mandas todo en un sólo texto. Me has interrumpido en algo importante que estaba haciendo.

- Sólo quiero saber como te encuentras.

- Estoy bien, esto no es nada. Espera, como puedes escribir si tu estás sentado en el primer asiento?

- He hecho un intercambio, mira a tu derecha.

¿Pero que rayos? ¿Como llegó a mi costado? ¿Cómo no me di cuenta?

-Que haces acá? No deberías estar adelante?

- No pasa nada, le cambié al chico que estaba acá. En realidad lo soborné para que me entregue su asiento. Volvamos a lo importante, como te fue con Naia? Ya resolviste todo?

- Ya terminamos... Fue muy duro escuchar de ella que todo esto fue un juego, que sólo fui una diversión para ella.

La cara de Jer se comenzó a arrugar.

- ¿Cómo que jugó contigo? Ya me va a escuchar esa chica.

Jer se levantó de su asiento.

- Espera espera ¿que vas a hacer?

- Ahhh cierto, no se que voy a hacer. Pero algo se me va a ocurrir.

- Estamos en plena clase, no te puedes parar así nomas ¿acaso quieres que te boten? No seas tonto.

- Me dejé llevar, es que no se como puede decir eso con todo lo que pasaron. Yo estaba envidioso de su relación, es cierto que era un poco fría pero se notaba que se querían. No lo entiendo.

- Ni yo, no se como pudo engañarme todo este tiempo.

Volví a poner mi cabeza sobre el escritorio, pero esta vez tenía la mirada perdida. Todo estaba muy tranquilo, Jer no trató de hacerme una conversación porque sabe que necesito estar sólo en este momento. Entonces unas tizas chocaron la ventana, era Sara.

La hija de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora