What about freedom?

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“¿Solución?”

—¿A qué se refiere con ‘solución’? — Toda aquella creatividad que lo personalizaba había disminuido, al igual que sus ideas e intentos de suposiciones. Quizá estaba demasiado estresado como para pensar.

El ángel le miró detenidamente con su neutral semblante dejando la pesadez del silencio en el lugar. Aquella sonrisa calmada lo sacaba de quicio.

Stanley, al no oír respuestas, quiso imponer todas sus dudas, más no pudo. El ángel se había esfumado.

“Cómo lo detesto.”

Ahora se sentía incluso más fastidiado que antes. ¿Y si se trataba de una tarea? Ciertamente lo dudaba, Gabriel solía ser directo cuando quería algo, sin embargo no le daba confianza ese silencio tan extraño. Parecía analizar sus palabras de antes, quizá se confundió. Mejor no le tomaba importancia.

No obstante, el ángel en su trono, parecía reconsiderar sus ideas. Lucía preocupado por haber hablado demasiado anteriormente.

Quizá hablé mucho. Ese maldito ángel. Espero que sus predicciones no sean ciertas.”

Reflexionaba sobre todo. Entendía a Stanley, lo quería ayudar, fue su error crearlo siendo el único ser similar al humano. Tiene capacidad para pensar como nadie más puede, sentir como si fuera su único potencial. Es tal y como un humano.

Pero no es lo mismo.
Él es mucho mejor que eso, y él no lo sabe.
Y mejor que no lo sepa.

“Mi única creación a la cual podría darle miles de oportunidades. ¿Vale la pena dejarlo en libertad? Podría recordar cómo acabó la bella historia de Adán y Eva. Fue por los mismos motivos, pero yo no puedo permitirme estos errores. Mi legado estaría terminado.”

“—¡Él no merece nada de esto! Lo encerraste y lo privaste de su independencia. ¡Eres un cobarde!”

No quería llegar hasta ese punto, pero tal vez debería comenzar a tener en cuenta la idea del siguiente exterminio. Quizá el último de todos. Lo mantendría como un plan, si es que sucede lo estimado o similares.

Le asusta lo tan peligrosa que es su mejor creación. Dejarlo vivir en ignorancia es lo mejor que puede hacer.

“Pero él no merece sentirse de esa manera. No merece sentimientos.“

Una idea iluminó sus grisáceos orbes.

La solución era clara, debía deshacerse del factor que le hacía sentir. Lo hará.

“..Tranquilo, Stanley, pronto estarás a la perfección.”

Aseguró el ángel en sus pensamientos. No había otra manera de que las cosas funcionasen.


Mientras que Stanley descansaba la mente dentro de su 'casa', no se percató de que alguien había entrado al lugar donde la TV yacía.

Una figura alta se acercó a esa televisión. Era una figura femenina con ropajes de monja. Le había echado un vistazo a la casa donde permanecía este televisor. Era polvorienta, vacía y con un aire solitario, había confirmado que la luz siquiera funcionaba, las bombillas estaban quebradas. Lo único que iluminaba el lugar era el cielo rojizo carmesí acompañado de su brillante luna roja, la cual acechaba el fin del mundo, a la par que iluminaba el mundo alterno.
El limbo.

—¿Señor Stanley? — Preguntó una voz femenina en susurros monótonos.

El mencionado reaccionó en segundos, mostrándose en la antigua televisión. Apreció minuciosamente a la figura que tenía en frente, le costó pero logró reconocerla.
—..Preacher, ¿cierto?

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