Arena

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Metal Lee había visto a Sarada en la biblioteca de Konoha, había estado revisando algunos libros grandes que causaron algo de curiosidad en Metal, fue hasta verla salir del lugar que se acerco al estante del cual Sarada había sacado más libros. Para su sorpresa, se hizo de un estante único para los clanes de Konohagakure, en este se encontró un estante único para el clan Uchiha, al que pertenecía Sarada.

Paso su mirada por los estantes, sin embargo no se detuvo a leer uno en particular, no le interesaban los clanes, pero si una cosa.

-Lo siento pero no esta el archivo, tal vez en otra base de la aldea, ¿Quieres que pregunte?- la encargada de la biblioteca y los registros de Konoha aparto su vista del monitor para volver su atención al menor.

El azabache negó y agradeció en voz baja justo antes de salir del lugar, camino hacia casa, a un paso lento que le resulto sorprendente llegar a su hogar justo cuando estaba atardeciendo, dio una corta mirada al sol que lentamente se ocultaba y vestía ala aldea de la hoja con un hermoso anaranjado.

Las luces de la casa estaban encendidas, pero el sabia que su padre no se encontró en ella.

-Bienvenido, Metal- recibió TenTen, la kunoichi especialista en armas que ahora se encontraba saliendo de la cocina con un trapo en la mano. -espero que tengas hambre porque prepare mi estofado especial de carne y patatas- Ten Ten no era de presumir o cosas así pero en la cocina era realmente buena, Rock Lee y Metal se lo habían dicho más de una vez cuando ella se tomaba la libertad de cocinarles alguna vez en la semana.

Una enorme sonrisa se forma en los labios de Metal luego de escuchar a su tía.

-¡Huele delicioso!- espeto Metal ya sintiendo el gruñir de sus intestinos.

-Entonces ve a lavarte las manos, voy a servirte- Ten se apresuro a la cocina en donde aun se encontró el guiso en la estufa, aunque claro no a flama alta si no baja lo suficiente para que se calentara muy bien. Metal no perdió tiempo y camino directo a su habitación, antes de volver a entrar la vista hacia la cocina donde se escuchaba algo de ruido. Se quedo quieto frente a la puerta de su cuarto, le tomo unos segundos por fin entrar, todo estaba tal y como lo había dejado en la mañana. Miro las fotografías que habían tanto en su escritorio como en las paredes.

Tan solo fotos de él y su padre.

En ninguna se encontró a su madre.

Varias veces pregunto a su padre por ella pero nunca obtuve una respuesta concreta o satisfactoria, una respuesta que le ayudara a sentirse más conectado con ella, ¿Dónde se encontró? ¿Quién era? ¿Por qué no estaba con ellos?

¿Acaso era por ella que ahora tenía... esto?

Tomo una de las kunais del estuche que tenía sobre su escritorio, sujeto con firmeza el mango de esta, guio el filo del arma ninja hacia su vientre, espero sentir el dolor, espero ver sangre pero nada de eso. Su piel siendo atravesada por la kunai fue lo que espero, sin embargo lo único que fue capaz de sentir y ver, fue una cantidad de arena impidiendo el suceso. Una barrera de arena impidió todo.

Cualquiera se hubiera sorprendido pero en el caso de Metal este solo suspiro y dejo la kunai sobre el escritorio, la arena se disipo. La primera vez que paso estuvo más asustado que nada, pensó que se encontró de un truco o alguna ilusión, ¿algún genjutsu? Había sido en uno de sus muchos entrenamientos en la montaña, cuando una estrella ninja se desvió y fue directo a él.

Esa vez, una pared se formo delante de él, de la misma forma que había pasado ahora.

Obviamente le contó a su padre pero este pensó que se trataría de algún juego o moda que los jóvenes tenían en estos días. Dejo de insistir, eso tal vez no tenía que ver con su padre, tal vez esto era algo por parte de... su madre.

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⏰ Última actualización: Oct 05, 2022 ⏰

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