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"Somos amigos que se..."
"¿Gustan?" terminó Han mirando hacia el frente.
¿Qué otro término podría utilizar? Minho no sabía cómo describirlo con exactitud, Jisung tampoco. Si bien era cierto que tenían una amistad meramente ¿de enamorados? Enamorados, no podían creer que usaran esa palabra para referirse lo que uno al otros sentía.
Pero eran unos amigos enamorados. Amigos, esa palabra le desagradaba a Jisung desde hacía mucho tiempo atrás. Cuando se había dado cuenta del silencio incómodo, Jisung volvió a hablar.
"¿Y te agrada eso?" pregunto, "¿ser amigos que se gustan?"
Para ser sinceros, Minho no llamaría a Jisung por la palabra amigo, porque no eran aquello. Eso quería decir con certeza que el menor estaba en desacuerdo, obviamente. Estaba enamorado de él, necesitaba decirle algo más que amigo, cuando él quisiera llamarle con cientos de miles de apodos cursis que la hacían querer devolver, pero que le agradaban.
Sin embargo, la vergüenza se acumulaba en su estómago a la vez que negaba el hecho de necesitar hablar.
"No, no me gusta".
Y a Jisung tampoco.
"¿Entonces por qué no cambiamos ese término de manera oficial?"
Minho parecía estar alucinando con la propuesta. Por un segundo sus pensamientos evadieron entrada de sonido, y al procesar palabra por palabra, intentando descubrir que este no fuera una broma, abrió la boca con asombro a la vez que se cubría los labios y miraba atento a Jisung.
Sentía un mar de emociones revolotear su estómago sin permiso alguno, no eran solo mariposas, aseguraba que había muchos animales más haciéndole sentir como una de las personas más afortunadas del mundo. Su grandote Jisung era como una joyita inigualable, tenía características importantes que le hacían sentir enamorado. Jisung era incomparable.
"¿Hablas en serio?" cuestionó el pelinegro con brillos en los ojos.
Brillos que provocaban que en la cabeza de Jisung bailara un muñequito de alegría, la contagiosa sonrisa de Minho le daba mil años de vida a la vez que intentaba sonreírle. La nube gris que soltaba agua intentaba ya no hacerlo más, a pesar de que su amado proclamaba agua. Jisung tomaba en cuenta que Minho le quería tal cual era, pero los cambios son buenos también.
"No" burló Jisung. "Obviamente no, Minho".
Pero el chico pelinegro y su expresión se entristecieron tanto que hasta la persona más seria y sin corazón —como Chan, por ejemplo— hubiera llorado con pereza. Minho era tan inocente y tan desentendido que poseía esa característica de graciosita. Realmente bello, pero en ese momento se veía tan decaído que hizo sentir Jisung como la peor persona del mundo.
"Se mi novio, Minho. Seamos novios y tomémonos las manos".
Se sentía caer en sonrojos. Las mejillas rojitas de Minho solo hacían que Han se sintiera orgulloso, a la vez que comenzaba a jugar con sus manos por el nerviosismo. Todo iba bien.
"Conmigo no tendrás engaños, ni ese tipo de cosas" volvió a hablar el chico. "Sé que te gusto, no es un secreto, Minho".
Todo siempre va bien y algo lo arruina, y ese era el miedo se Jisung. ¿Qué tal si Minho aún no quería entrar a otra relación? Demonios, quizá se estaba apresurando demasiado y Minho aún no necesitaba un novio, o quería... Oh, demonios.
"P-pero" musitó Han; Minho logró percibir el nerviosismo en su voz y levantó la mirada para verle, "si tú no...No..".
"¡Si quiero!" admitió a los cuatro vientos. "¡Quiero ser tu novio!"
