I. Profanación.

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Historia que volví a escribir. Extraño mi cuenta, pero no diré nada más.

PD: Las escenas Mitsukkai no son para nada necesarias, pero como dice un canción que estoy escuchando justo ahora; "eso a mí me importa un pito".

Salía de su trabajo nocturno como cualquier otra noche, llueve un poco y una minivan que estaba estacionada fuera de la oficina donde era asistente se encendió apenas estuvo fuera del lugar

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Salía de su trabajo nocturno como cualquier otra noche, llueve un poco y una minivan que estaba estacionada fuera de la oficina donde era asistente se encendió apenas estuvo fuera del lugar. No le pareció raro, pensó que tal vez era otro trabajador que también terminaría su turno a esa hora; dobló la segunda calle para llegar a su vivienda y ese auto aún seguía atrás. Apretó el paso considerablemente mientras miraba hacia atrás, la camioneta tenía las luces encendidas y reflejaban su cuerpo, su ropa mojada y de color blanco deja al visto la forma esbelta de su cuerpo.

Empieza a correr con total temor pero al cruzar por cierta calle, un hombre bajó del carro y empezó a perseguirlo. Corrió a más no poder pero pronto fue alcanzado, el alfa lo zarandeó por los hombros al estar por un callejón y él sacó su teléfono.

—N–no te tengo miedo. Llévate todo lo que tengo y y–ya.

—Tus feromonas dicen lo contrario, lindo. —susurró de manera ladina, recibió el celular pero luego lo arrojó contra la pared, destruyéndolo— No queremos ese juguetico, te queremos a ti~. —el omega le planta un puñetazo en el rostro, tan fuerte que le quiebra la nariz. Limpia la sangre que sale de sus orificios y lo empuja contra una esquina, su cuerpo se aturde. Las feromonas del señor logran marearlo hasta el punto en que está en el suelo, agarrando su cabeza por el dolor, le zumban los oídos y siente que sangran, aunque no es así. Lo levantan con cero cuidado del suelo, agarrado por la zona alta de los brazos y lo arrojan dentro del auto. Pierde el conocimiento por un par de minutos y al recobrarlo, tres hombres con unas feromonas de excitación con un olor putrefacto (para él) estaban enfrente de él; el omega se encontraba sentado y sin ropa, solo unas medias de colores... tenía moretones en los brazos por la fuerza de los señores, su cabello despeinado y sus lentes en una esquina, pero no rotos.

Se le tiran encima, uno de los hombres lo coge de un brazo, el otro hombre se acomoda en su costado derecho y empieza a sobar su pene en la carita golpeada y llena de lágrimas de Tetta; y el tercero se mete entre sus piernas, cogiendo con fuerza ambas y poniendolas en sus costados. El glande roza con la entrada de Kisaki y sigue moviéndose ante ese asqueroso contacto.

—¡¡No, déjenme en paz!! —gritó con todas sus fuerzas, un sonido que taladra los oídos de sus agresores. Empieza a patalear y revolver su cuerpo sobre ese colchón maloliente dónde lo tenían aprisionado. Está totalmente atrapado entre los brazos de esos tres alfas que no lo soltarían por nada del mundo.

—¡¡Cállate, pequeña zorra de mierda!! —le golpea el que está en su lado derecho, su cabeza se aturde pero conserva el conocimiento; pro-siguiente a eso, el señor sigue intentando que abra su boca para introducir el miembro de pobre tamaño. Mm, que mal por él tener una nuez entre las piernas.

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⏰ Última actualización: Oct 16, 2022 ⏰

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indigno de ti ; hankisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora