Intolerante a la lactosa |Versión Narusasu|

"Baño de hombres"

Karin sabía perfectamente que el dolor de estómago en Sasuke tal vez estaba comenzando a hacerse cada vez más y más fuerte, pero aún así ella consintió cada uno de los antojos que su mejor amigo deseó en cuanto entraron al cine y observaron la gran pared repleta de dulces, malteadas, crepas y demás.

—Entonces, dos hot dogs, dos refrescos grandes en té, dos paquetes de chocolate, 300 gramos de osos de gomita y un licuado de fresa tamaño jumbo. ¿Desea añadir algo más?—preguntó amablemente la señorita del snack del cine.

—Sería todo, gracias.

Aunque la verdad fue que en el momento en que la señorita ofreció una oferta de hacer aún más grande su combo por un precio bajo, Karin y Sasuke no dudaron en decir que sí. Con manos llenas y boletos en manos, entraron a la sala de cine finalmente.

Sasuke estaba consciente de que su estómago dio un respingo fuerte en cuanto comió la mitad de su hot dog, y las arcadas que sintió en cuanto terminó media bolsa de gomitas, seguido de un sorbo enorme de licuado de fresa; pero nada fue suficiente hasta los últimos cinco minutos de película, los cuales usó para comer la gran barra de chocolate con maní dentro, completa. El pálido se sentía mareado y su panza estaba mucho más inflamada que al principio, y las náuseas estaban apoderándose de él, también.

—Tiwi, tengo, tengo que ir al baño.

Karin no tuvo tiempo de responder, puesto que Sas ya había abandonado la sala, corriendo velozmente al baño. Encaminándose y dispuesta a esperarlo fuera, hasta que escuchó al Uchiha jadeando fuertemente a causa de su vómito, ella entró, importándole poco si el baño era exclusivamente para caballeros.

—¡Señorita! ¡No puede entrar ahí!—el guardia gritó, pero Karin ya estaba dentro, tratando de averiguar en cuál de todos los cubículos estaba su amigo.

— ¡Cállese, señor! Mi amigo està mal. ¿Sasu? ¿Dónde estás?—la peliroja gritó, ignorando totalmente al hombre fortachón de casi dos metros detrás de ella intentando sacarla.

Entre jadeos y llanto, Sasuke logró formular un "aquí".

—¿Aquí dónde? ¡saca tu pie, asoma tu pie!

La punta de un tenis blanco sobresalió de la puerta derecha, y Karin entró en ella rápidamente.

—¡Salga de ahí, chica!

—¡Cállese, o haré que mi amigo vomite en usted!