I'm Still Here. -Craig. (Mr. Harrigan's Phone)

...

Espere a mi abuelo fuera de casa, llegaríamos tarde si no se apuraba.

Me balanceaba hacia adelante y hacia atrás. Algo ansiosa. Me detuve, al ver el arbusto al lado de mi, lleno de flores.

Me agache, y suavemente arranque la flor más bonita que encontré.

Al momento en que me pare. Mi abuelo salió por la puerta.

—¿Lista? —sonrió.

—Sip—lo miré, extendí mi mano con la flor y se la di.

El la recibió con gusto, agrandando su sonrisa; con su otra mano, tomo la mía y nos dirigimos a la iglesia.

Jugaba con mis manos, la verdad venir a la iglesia no era algo que me llamara la atención en esos momentos. Movía mis piernas adelante y atrás, ya que colgaban del asiento; aún no era lo bastante alta como para sentarme en una silla y tocar el suelo con mis pies.

El padre hablaba, pero no le prestaba atención. En ese momento no me interesaba nada más que quitarme el barniz rosa de mis uñas.

Cuando todo el lugar se quedó en silencio, levanté mi vista, curiosa, y vi a un niño —como de mi edad—, caminando hacia el padre. El niño leyó unas palabras, a las cuales no les preste mucha atención.

Él volvió a su asiento, y volteo a donde estaba sentada con mi abuelo, el cual le hizo un gesto amigable. Enseguida el niño volteo a verme, le dedique una sonrisa, la cual me devolvió al instante.

...

Salí al jardín de enfrente después de haber comido. Recorría los caminos por entre los arbustos —llenos de nieve; que el jardinero cuidada—, tarareando una canción.

Me detuve a medio camino, cuando al levantar la vista ví a un niño; el mismo niño de la iglesia.

Se dirigió a la entrada de la casa, y tocó la puerta.

Edna enseguida abrió la puerta, y lo dejo pasar.

Decidí entrar a la casa, a ver qué pasaba, y saber porque ese niño estaba en la casa de mi abuelo.

Lo ví parado frente al sillón de mi abuelo, en el cual él estaba sentado.

Unos minutos después, tomó un libro y se sentó en frente de su mayor, empezando a leer.

Pasando no sé cuanto tiempo, volví a la sala, donde el invitado se había levantado, a la vez que se despedía de mi abuelo.

Al momento en que se dió vuelta para retirarse, se topó conmigo.

—Hola—sonreí.

—Hola—me devolvió el gesto, después de haberse relajado un poco por el susto que le di.

—¡Oh!—mi abuelo se levanta de su sillón, y se dirige a nosotros—. ____, cielo, el es Craig. Estará viniendo todas las tardes a leerme un libro.

Craig no dejó de sonreír.

—Es un placer, ____—dice amablemente—. Te ví en la iglesia el otro día con tu abuelo—lo señala con su mirada—. Me ofreció trabajo, y yo decidí ayudarlo.

—Que bien—sonrío. La verdad me parecía un niño simpático, con lo poco que llevo conocindolo. Podría jugar con el todas las tardes después de que hiciera lo que mi abuelo le había pedido. Al fin, alguien con quien pasar el rato. Un amigo.

—Craig, no sé si tienes que retirarte, pero veo a ____ muy emocionada por tener a alguien con quien jugar, si quieres, puedes quedarte un rato—mi abuelo le pone una mano en su hombro, antes de salir de la sala.

Lo vimos irse, y al momento en que desapareció de nuestra vista, voltee a ver a Craig, que no dejaba de sonreír.

—Y bien...—empiezo a balancearme para adelante y para atrás—¿Te gusta...leer?

—Si—asiente.

Hice una mueca.

—¿De verdad?

—Es entretenido.

—Yo no lo diría así...

—¿Entonces como?

—Algo que yo no haría.

Nego con la cabeza, sin dejar de sonreír, al igual que yo.

—Pues con los libros que tiene tu abuelo...

—Algún día, tal vez.

Caminamos por toda la casa, hablando de cualquier cosa.

—Y...¿vives con tu abuelo o estás de vista? —pregunta, mirándome.

—Estoy de visita, bueno, más bien, casi vivo aquí; mis papás trabajan y no tienen tiempo para cuidarme, entonces...

—Oh, ya veo—asiente, mirando sus pies—¿Puedo...hacerte otra pregunta?

Asentí.

—¿Quieres...ser mi amiga?

Lo miré, y le sonreí.

—Si.

..........